No es la primera vez que declaro mi admiración por los grupos catalanes que poblaron la escena española durante los años setenta, ya lo hice cuando me ocupé de Gótic, una de las mejores bandas de rock progresivo que hubo en aquella época; en esa entrada mencionábamos (también lo hacían algunos compañeros en sus comentarios) algunos de los grupos que constituyeron el movimiento conocido como rock laietano. Una de aquellas bandas, pionera del rock progresivo en España, fue Iceberg, que funcionó entre 1974 y 1980. Tras su disolución, el guitarrista Max Sunyer, tal vez su líder más carismático, creó Max Sunyer Trío, el germen de lo que acabaría siendo Pegasus, un verdadero supergrupo que, tras la sustitución de Carles Benavent y Salvador Niebla, quedó constituido por Max Sunyer (guitarra) y Kitflus (teclados) procedentes de Iceberg; Santi Arisa (batería), antiguo integrante de otro de los grupos de referencia del rock sinfónico catalán, «Fusioon»; y, finalmente, Rafael Escoté (bajo) del ya mencionado Gótic. En febrero de 1982 empezaron a ensayar en una casa del Pirineo propiedad de Albert Boadella, amigo de Santi Arisa; allí prepararon su primer disco bajo la supervisión del productor ejecutivo Alain Milhaud; y, en junio de aquel año, entraban en el estudio de grabación para hacer frente a su primer trabajo de estudio: «Nuevos encuentros». Estuvieron en activo hasta 1997, actuando en lugares tan importantes como el Festival de Jazz de Montreaux, el Carnegie Hall de Nueva York, el Palau de la Música de Barcelona o el Festival Internacional de Cine de Miami; en 2007 retomaron su actividad y aún hoy día la mantienen. Hoy nos vamos a centrar en uno de los temas de su primer álbum (en total tienen diez): «Tema del Müll», aunque os recomiendo que escuchéis aquí el disco entero. Para quien esto escribe, Pegasus atesora la mayor concentración de talento que ha habido nunca en un grupo español; cuatro músicos excepcionales haciendo la música que les motiva y les divierte, básicamente jazz-rock impregnado de una intensa fragancia mediterránea, en ocasiones aderezado con elementos de rock progresivo. Éste es otro de los grupos que me traen muy buenos recuerdos, de tardes y noches escuchandolos en los Colegios Mayores de la Ciudad Universitaria de Madrid, en ocasiones como Pegasus y, otras veces, cada uno de sus componentes por separado.
Buenos días, gracias por tus magistrales lecciones de grupos nacionales. 🙂
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Se agradece mucho, Marta. El rock y el jazz-rock catalán de los setenta fue lo más talentoso que que habido en la historia de la música española.
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Totalmente de acuerdo contigo en cuanto a la admiracion por los grupos catalanes y mas concreto del denominado rock laitano de los 70. Los Pegasus eran extraordinarios pero para mi gusto, prefiero al germen de esa banda, los Iceberg. Pero bueno, son dos bandas extarordinarias como muchas de las que comentas, Fusioon, Gotic, Coto en Pel, Blay Tritono y un largo etc…
Muchos de ellos los escuchamos en nuestro especial de mas de 10 horas en La Ruleta Rusa Radio Rock. Echale un vistazo si te apetece: http://laruletarusaradiorock.com/?p=739
Tremendo post! Abrazote desde LRR!
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¡Gracias por tus palabras! Es probable que, como grupo y como iniciativa novedosa, Iceberg fueran mejores, pero la concentración individual de talento de Pegasus es abrumadora; además, los he visto tantas veces que, para mí, tienen un valor añadido de tipo personal. Vuestro especial de diez horas es fabuloso, yo lo he escuchado entero (me parece que ya os lo comenté), mi enhorabuena por el gran trabajo que habéis realizado. Saludos Santyjazz.
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Gracias a ti Raul, se lo comentado a tanta gente que no sabia si ya os lo habia dicho 🙂 Perdon si me repito. Gracias de nuevo y felicitaciones tambien a ti por tu excelente blog.
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Tenía unos 16 ó 17 años cuando los vi actuar en Calella (Barcelona), en la gran discoteca de moda de la época, llamada Highwayman, donde actuaron en un Festival de Jazz que cada viernes nos deleitaba con un soberbia actuación. Aunque era menor de edad, mi padre me acompañaba y conseguía que me dejaran entrar… La de Pegasus fue la noche que más recuerdo, junto a la de Tete Montoliu. Gracias, Raúl, por propiciarme esta inesperada nostalgia. Un abrazo.
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Esas son las típicas vivencias que no se olvidan, sobre todo para los que nos gusta la música; coincidimos, por lo tanto, con buenos recuerdos asociados a este grupo. En Madrid solían actuar bastante a menudo, en locales pequeños, como colegios mayores y sitios parecidos. Gracias a ti por hablarnos de tus recuerdos. Un abrazo.
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Yo por generacion soy mas de los primeros grupos de jazz rock catalanes. La Orquesta Mirasol con su disco «Salsa Catalana» me parecen algo fuera de serie igual que los dos primeros discos de la Companyia Electrica Dharma.
De todos modos muy bien por Pegasus,
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Me encanta la Companyia Electrica Dharma, también la Orquesta Mirasol y, por supuesto, todos los grupos más progresivos: Maquina, Fusioon, Gotic, etc. Fue una época muy buena para la música catalana, con músicos de mucho nivel y propuestas muy innovadoras. Saludos.
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¡¡Qué buenos Pegasus!! De lo mejor que se ha hecho en España y es que, como bien dices, esos años y esa ‘escena’ fueron excepcionales, comparable a la italiana de la misma época.
En cuanto al tema que propones, es muy guapo con ese inconfundible aire latino, o quizá más bien mediterráeno, y esos instrumentos sucediéndose en su protagonismo sobre la inquieta y magnífica base rítmica totalmente jazzy… Muy muy, bueno…
Saludos Raúl
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El teclista de Pegasus (y de Iceberg), Kitflus, fue el que hizo los arreglos de la versión de «Mediterráneo» que lanzó Serrat en los años 80, además le acompañó durante un tiempo, yo los vi juntos en el festival anti-Otan que hubo en la Casa de Campo (lo contaba en una de aquellas cinco canciones que le pasamos a Salva). Lo has descrito muy bien: calidad instrumental y jazz mediterráneo típico de aquella tierra. Gracias, Alex. Saludos
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Gracias por ampliar mis escasos conocimientos de la arqueología musical catalana pero si que veo ese mar mediterráneo tan tarareado con impostación a lo Serrat.
Saludos desde la capital del calor
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En Madrid no te creas que hace menos calor, esto es el infierno, vamos a arder … Menos mal que estos temas tan mediterráneos nos refrescan algo, aunque sea el alma.
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