Richard Dadd fue un pintor inglés del siglo XIX que hizo sus mejores cuadros mientras estuvo encarcelado en el hospital psiquiátrico de Bethlem (Reino Unido) por asesinar a su padre, convencido de que era un príncipe de las tinieblas enemigo de Osiris, divinidad a la que Richard Dadd creía servir desde que cayó víctima de una severa enfermedad mental, probablemente causada o agravada por el consumo habitual de drogas. La obra pictórica de este autor está plagada de simbolismos y situaciones fantásticas, oníricas y surrealistas, donde se mezclan duendes y hadas con rostros reconocibles, y todo ello ejecutado con gran detalle en ambientes abigarrados, llenos de imágenes minúsculas. Uno de sus mejores trabajos, muy representativo de su estilo, es «The Fairy Feller’s Master-Stroke» («El Golpe Maestro del Duende Leñador»), actualmente conservado en la Tate Gallery de Londres. Este cuadro sirvió de inspiración a Freddie Mercury, como él mismo ha reconocido, para componer la canción del mismo título incluida en el segundo Lp de estudio de la banda británica Queen («Queen II«, 1974), un álbum conceptual en torno al bien y el mal, al equilibrio cósmico de los opuestos, a la dicotomía antagónica blanco/negro. De hecho, la primera cara -compuesta casi toda ella por Brian May- está gobernada por el sentimiento y la claridad, mientras que la cara B -compuesta en su totalidad por Freddie Mercury- es más oscura y las letras son de temática fantástica. Esta dualidad está también presente en las fotos que ilustran este Lp, con los integrantes del grupo vestidos con ropajes blancos o negros; estamos ante una de las portadas más conocidas y valoradas por los aficionados al rock, como bien pusieron de manifiesto los amigos blogueros cuando la eligieron, en la encuesta que realizamos hace unos meses, como una de las mejores portadas de la historia del rock. «Queen II» es uno de mis discos favoritos de los británicos, donde se aprecia muy bien su estilo barroco limítrofe con el rock progresivo. «The Fairy Feller’s Master-Stroke» es una pieza complejísima, de una gran riqueza instrumental y unos arreglos vocales muy cuidados; una obra sorprendente, un experimento musical construido como si fuera una pieza de orfebrería churrigueresca, sobre el que llamó la atención el buen amigo Alex (RockTelegram), a quien agradezco la sugerencia que me hizo para que me ocupara de este tema, un precioso regalo para mí y para este blog.
La Guitarra de las Musas 
Buen post y buen tema, si señor!!
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¡Muchas gracias, Pere! Saludos
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¡¡Qué bien te ha quedado la entrada Raúl!! Todo un honor que te hayas hecho eco de esa sugerencia, de verdad, muchas gracias.
Me gusta un montón el tratamiento que le has dado a la canción. Un tema maravilloso que puede parecer menor por lo alocado de su música o por su corta duración, pero que encierra mucho más de lo que parece a simple vista, como nos has demostrado.
Desde luego los primeros discos de Queen (yo hago siempre el corte en The Game), son impresionantes, magníficos, fabulosos… de lo mejor que se ha hecho en el Rock. Y quizá el Queen II sea mi favorito de la banda, en seria disputa con A Day at the Races y Sheer Heart Attack, aunque todos me apasionan, no por nada siempre digo que Queen son mi ‘otra’ banda favorita.
Saludos amigo y que pases un buen fin de semana!!
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¡Muchas gracias, Alex! La verdad es que no lo dudé, en cuanto me comentaste la canción me puse a ello; con temas así da gusto escribir, estuviste muy acertado. Yo también prefiero sus primeros discos, y en esto soy muy clásico: me encanta «A Night at the Opera». Que tengas un buen fin de semana.
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La cara B de ese disco es una maravilla. Épica, espectacular. No conocía la historia de este tema en particular, muy interesante.
Yo como Alex también hago una partición en la obra de Queen con The Game, para mi el último gran disco de la reina.
Buen finde a todos.
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Es curioso porque Queen tuvo un éxito tremendo durante los ochenta, sin embargo somos muchos los que preferimos sus discos grabados en los setenta. Es verdad que este disco en realidad parecen dos discos, por eso del blanco y el negro, y todo lo que tiene que ver con los opuestos que comentaba en la entrada. Saludos Salva.
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A pesar de todo no podemos olvidarnos de grandes temas después de The Game, esas canciones que algúnos frikis aficionados a la música que se las dan de entendidos llaman canciones putrefactas jajajaja. I Want it all, The show must go on incluso I want to break free que de pura putrefacción a pasado a estado de descomposición total. Con la que no he podido jamás ha sido con Radio Ga-Ga. Se que a mucha gente le dolerá, pero me parece la mayor, bueno una de las mayores mierdas que han creado Queen.
Recuerdo la primera vez que escuché A night at the Opera. Me quedé sin palabras: Death on two legs es impresionante, The prophet song no lo es menos, pero pequeñas joyas como ´39, You´re my best friend o Love of my life hacen de ese disco uno de los mejores de toda su carrera. Y si, el putrefacto Bohemian Rhapsody es una cancionzaca como la copa de un pino.
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Me acuerdo que el primer disco que escuché de Queen fue el directo «Live Killers», varias veces tuve que arreglar la cinta de tanto ponerla. El siguiente fue «A night at the Opera», con el que acabaron por conquistarme, y el resto de los publicados en los ochenta. La música que hicieron después de The Game, en general, ya no me interesó tanto; canciones como «Radio Ga-Ga» la verdad es que tampoco me hacen mucha gracia.
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Genial entrada Raúl. Freddie era un genio y sólo los artistas con talento pueden realizar una obra sobre cualquier tema, en este caso una canción, saliéndose totalmente de las temáticas habituales. Muy interesante, gracias Raúl 🙂
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Me alegra mucho que te haya gustado, Marta. Sé que eres muy buena seguidora de Freddie y de Queen, muchas gracias. La verdad es que el culpable de todo ha sido Alex, me recordó esta magnífica canción con historia incorporada, de esas sobre las que da gusto escribir. Un abrazo.
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Reconociendo la calidad del cuadro,he de reconocer que el tema también resulta abigarrado como este y quizás llegue a ago
tar,tantos elementos sonoros como lo hace el cuadro que llega a rellenar en exceso todo ese paisaje,no dejando vacíos para el descanso… Aun con todo, creo que radio Gaga no deja de ser un temazo , dejando esos huecos que te dejan volar la imaginación, como en ese viaje por metropolis.Pese a esa excesiva saturación sono ra del mismo que llego a influir en lady ja,ja.Ya sabéis que yo soy de los s que como con las legumbres, me salte una o varias décadas, como los s 70, pero que ahora me empeño en recuperar con paginas como la tuya o la de Alex, recuerdos a Salva, espero que todo te valla mejor
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Esa la historia, Vidal, la canción es como el cuadro, todo muy apretado pero con una nitidez que asusta. Es una de las obras más barrocas de Queen, hay volutas y elementos churriguerescos por todos los lados, jajaja. Concede una oportunidad a los Queen setenteros, ya verás como te llevas una sorpresa. Gracias por tus comentarios. Saludos.
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