He de confesar que hubo una época en la que le fui infiel a la Música. Me dejé seducir por el Cine, acudía a todos los estrenos que merecieran la pena, disfrutaba hablando sobre la película que acababa de ver, leía libros y revistas especializados, coleccionaba vídeos de esos que se vendían en los kioskos y, sobre todo, no me perdía ni una película clásica de las que ponían en la tele -hubo unos años en los que La2 era un filón para cinéfilos-, ya fuera a las tantas de la madrugada o grabándolas para visionarlas después. Pero mi conocimiento sobre el cine sigue siendo francamente limitado, sobre todo si lo comparamos con el de Antonio, nuestro invitado de esta semana. Él es el responsable de Diccineario, uno de mis blogs preferidos, una de las bitácoras de mayor calidad que conozco, y no estoy exagerando, basta con que os paséis por allí para apreciarlo al instante; Diccineario es un ejemplo de economía descriptiva, de utilización certera de los adjetivos y de cómo contar la esencia de una película sin recurrir a crónicas de dos páginas o a indeseables spoilers. Y digo todo esto sin haber hablado del brillante planteamiento que sustenta el blog; en este caso prefiero que sea el propio Antonio el que nos explique de qué va su página web:
«Escudándome en el indivisible lazo existente entre el celuloide y la palabra escrita, propongo desenmascarar mi cinefilia crónica y casi furtiva dosificando con la máxima asiduidad posible una compilación aleatoria de palabras en castellano, enlazadas a una película afín al término en cuestión. De este modo pretendo, por un lado, organizar una especie de diccionario, que, más allá de su función natural de consulta, permita la posibilidad de recomendar al internauta un título significativo sobre el tema que le apetezca frecuentar y, por otro, recopilar cronológicamente films que de una manera u otra me han marcado o llamado la atención y, que, a mi entender, merecen conservar un lugar de privilegio en la Historia del Cine. Cada entrada consta de un vocablo (generalmente un sustantivo) con su respectiva definición, una cita célebre al respecto (o bien un extracto de una obra literaria que guarde relación) y una ficha crítica que consta de los siguientes apartados: datos técnicos y artísticos, cartel original, una frase escogida de la película (excepto de las silentes) y un comentario (siempre de la misma extensión) que pretende sintetizar su trama, desvelar su procedencia literaria (si la hubiere), destacar sus atributos formales y señalar sus repercusiones. Finalmente, hago mención de otras tres películas adscritas a cada término, que ejercen como alternativa a la inicialmente propuesta».
Pero, además de ser un gran experto en cine, Antonio es un gran aficionado a la música, de la que también es buen conocedor. Durante esta semana nos propondrá temas rockeros, baladas, new wave, incluso un tema en español que a mí particularmente me gusta mucho. Os dejo con Antonio; en primer lugar con unas bonitas palabras de presentación, que le agradezco muy sinceramente, y con sus primeros recuerdos de la mano de Dire Straits, y su enganche al rock. Ésta es la segunda vez que aparece «Sultans of Swing» en esta sección, el amigo Juanlu también la incluyó en su «top five».
«A principios del pasado septiembre tuve la oportunidad de disfrutar en persona de la sencillez y cordialidad a la que nos tiene acostumbrados Raúl, tanto en este estupendo blog como en todos los otros en los que participa asiduamente. Por lo bien que me trató en Madrid y, por supuesto, por la profusa fidelidad y simpatía que siempre ha tenido hacia Diccineario, no podía negarme a participar en esta sección. Además, debo reconocer que siempre me ha gustado el asunto de confeccionar listas y selecciones, como Rob Fleming (el personaje de “Alta Fidelidad”), aunque admito que al pensar en los temas que escogería me quedé igual de bloqueado que éste cuando al final de la novela le preguntan en una entrevista cuáles son sus cinco discos preferidos de todos los tiempos. En definitiva, no me ha resultado nada fácil la elección pero espero que disfrutéis con el recuerdo de estas canciones, las cuales han gozado de un importante papel en mi vida y en mi manera de entender y disfrutar el pop/rock».
«Esta canción trae a mi memoria el recuerdo del inicio de mi adolescencia y de los gustos e inquietudes musicales que ya empezaba a absorber por aquel entonces. Habituado a contagiarme del falsete de los hermanos Gibb o las pegadizas melodías de Boney M., la presentación en sociedad de Dire Straits marcó un punto de inflexión en mi manera de entender y degustar la música Pop/Rock. Después llegarían Supertramp, Alan Parsons, Pink Floyd… pero todo empezó con la guitarra limpia e hipnotizante de Mark Knopfler».
La Guitarra de las Musas 
Me siento identificado con los nombres que citas pues también yo empecé a interesarme por la música rock con ellos, sobre todo Supertramp y Pink Floyd.
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Eran los tiempos de mayor popularidad del Rock Progresivo, por lo que hasta cierto punto era normal que nos aficionáramos a la música gracias a éstos y muchos otros grupos del género, como Camel, Jethro Tull, King Crimson, Genesis, etc.
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Yo ya conocía a Supertramp y Pink Floyd, pero viví en directo la irrupción de Dire Straits en la música, fue como la gran esperanza para el rock. Como ves, muchos de nosotros hemos seguido caminos muy similares. Saludos.
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Ante todo, muchas gracias por tu generosa presentación, Raúl. Creo que algún día habrá que consumar definitivamente esa admiración recíproca que hay hacia nuestros respectivos blogs… Ya sabes a que me refiero, amigo. Un abrazo.
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Eso espero, Antonio, en la presentación del viernes también lo recordaba yo. Gracias a ti. Un abrazo.
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Esta canción es de aquellas que tengo grabada a fuego: soy capaz de seguir hasta en el más mínimo detalle la letra, los instrumentos, las melodías… También me gustó desde el primer momento y marcó mi afición a la banda de Mark Knopfler desde aquel ya lejano entonces, hasta hoy. Todo un temazo. Brillante por los cuatro costados.
Me paso por el blog de Antonio que tiene muy buena pinta por lo que parece… Yo fui muy cinéfilo, aunque últimamente tengo esa afición un tanto aparcada y me dedico más a la lectura y la música.
Saludos!!!
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Me alegro que coincidamos en valorar los primeros Dire Straits y, todavía más, que a ambos nos marcara tanto esta canción en su día. Puestos a armonizar gustos y aficiones, espero que también quedes satisfecho con la idea y los contenidos de Diccineario. Un saludo.
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Creo que con Dire Straits hay una mayoría entregada, al menos entre quienes nos leemos. Esa manera de tocar la guitarra, escucharlo cuando eres un chaval, es de las cosas que no se olvidan. De verdad, no es por peloteo hacia el blog de Antonio; entra tú mismo en su web y ya verás qué calidad tiene. Saludos.
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Pues es cierto… Estuve ayer dando una vuelta por Diccineario y me ha gustado un montón el concepto y, sobre todo, la redacción de las reseñas. Muy buena web, me la apunto en favoritos. Ya me he anotado un par de pelis para ver…
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¿CIne? Maravilloso, uno de mis grandes amores en esta vida, sin duda. Todo ha cambiado con la llegada de internet, la desaparición de tantas y tantas salas, etc. Pero no esa fascinación por las películas. Aunque ahora me centro en escuchar música y en escribir entradas, la verdad. Yo no tengo problema en protagonizar infidelidades de cine y triángulos amorosos. Camas redondas si hace falta también. Ví el otro día Mad Max, Furia en la Carretera, tremenda, acción trepidante y la gran Charlize, la hermosa Charlize. Un guitarrista loco cuelga de un gran camión y suelta zarpazos de rock y solos constantemente mientras la loca caravana avanza. Brutal, daba para una entrada de blog. Y con muchas ganas de ver The Arrival, de la que tanto se habla. En esta canción está uno de los solos de guitarra más inconmensurables del rock. Ah, la robot de Ex Machina os manda muchos saludos…
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Lo que me reí cuando vi al guitarrista ese en «Mad Max», jajaja. Esa de «Arrival», desde luego no me la quiero perder; y aún no he empezado a ver la serie «Vinyl» aunque pronto lo haré, con la música de los setenta como protagonista. Me apunto eso de los tríos y las orgías, jajaja., ¡muy bueno! Saludos.
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¿A que es buenísimo lo del guitarrista? Jajaja…La de Arrival se la critica un poco porque pinta a los extraterrestres como malos u hostiles, dispuestos a colonizarnos o atacarnos sin miramientos. Aunque las críticas la ponen muy bien y dicen que es un thriller hecho con inteligencia. Primera vez que oigo lo de la serie «Vinyl». Es que tengo larguísima cola de series esperando también.
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A mí las de ciencia-ficción me gustan, siempre las veo, aunque muchas de ellas luego me decepcionen. En «Vinyl» intervienen como productores Mick Jagger y Martin Scorsesse, entre otros.
http://www.filmaffinity.com/es/film420716.html
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Yo no estoy tan expectante por ver The Arrival, la verdad. En cambio, tampoco tendría ningún problema en asistir de vez en cuando a una de esas bacanales de rock y cine que has insinuado. Ambos contenidos se compenetran a la perfección, a diferencia de lo que ocurre con el deporte (excepto con el boxeo), y a lo largo de los años nos han proporcionado maridajes inolvidables, como por ejemplo aquel de cine, animación y rock sinfónico dirigido por Alan Parker y musicado por Pink Floyd, «The wall». Un saludo.
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Desde luego, las conexiones entre música, canciones y cine y series parece que ha crecido estos últimos años, sobre todo con la calidad que han adquirido muchas de estas últimas, Constantemente lo veo cuando leo o consulto cosas. O cantantes que aparecen en series de televisión y cine y uno ni se entera…Saludos.
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Hablando de The Wall, película, me siento casi obligado a reivindicar la figura del tantas veces maltratado Roger Waters. Le han dicho de todo al pobre y, durante los últimos 20 ó 30 años, poco bonito; puede que al final de Pink Floyd ejerciera de ‘tirano’, pero cierto es que fue irse y venirse abajo la banda, por mucho que Gilmour, Mason y Wright trataron de recrear el glorioso pasado, sin Waters fue imposible. Sin duda, su liderazgo desde que faltó Syd fue importante para Pink Floyd.
The Wall es quizá su criatura más redonda y personal, algo que Alan Parker supo apreciar y, juntos, crearon una peli maravillosa, un concepto que pocas veces se ha vuelto a repetir y que no pierde vigencia. Un clásico. Por mucho mérito que Pink Floyd, Parker o Gerald Scarfe tuvieran a la hora de parir The Wall, el mérito mayor debe atribuírsele a Waters. Al menos así lo veo yo…
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Bien podría decirse que «The Wall» es un disco de Roger Waters con el acompañamiento del resto de Pink Floyd, más que un álbum de todo el grupo. Tienes razón que a cada uno hay que reconocerle su mérito, y este disco es obra suya, aunque a él también habría que atribuirle gran parte de la responsabilidad en la disolución de la banda, debieron acabar de él hasta las narices.
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Hoy precisamente me he dado una buena sesión con los Dire!
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¿Qué tal, Àlvaro? Pues entonces habrás tenido un buen día, ¿no? Saludos.
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Espero que sobre todo hayas escuchado los primeros discos del grupo, en mi opinión, los mejores…
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A los Dire Straits los conocí gracias a mi hermana hace muchísimos años cuando editaron Love Over Gold, desde entonces siempre han estado ahí.
El final de los 70 y la música disco. Quién no se dejaba llevar por los sonidos de Boney M, Village People o Bee Gees. Así que nuestro acercamiento al rock siguió caminos similares.
Esta canción entraría en esa lista de canciones perfectas, al lado de Eye in the Sky, More than a feeling, Against the wind u Hotel California.
Haber con que nos seduces mañana Antonio.
Saludos a los dos.
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Eso es, Salva, es que los Dire Straits aparecieron en un momento crítico para el rock, como la última esperanza entre tanta música disco, punk, new wave y sin que aún hubiese eclosionado el heavy metal. Saludos.
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De las cuatro canciones que citas, me quedo con la de Boston y esa maravilla de Bob Seger que has posteado hoy en tu blog. Aquella época de finales de los ochenta era, en mi opinión, uno de los momentos más ricos, variados y creativos que nos ha deparado la historia de la música, pues estaba en auge la música disco y rock sinfónico, pero también el punk, empezaba a emerger el fenómeno de la new-wave, el reggae presumía de tener en todo su esplendor a su máxima figura (Bob Marley) y, aunque todavía no había eclosionado el heavy (como dice Raúl) se podía disfrutar también de metal de categoría. No nos olvidemos que el «Highway to hell» de AC/DC era de 1979. Casi nada. Un saludo.
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Esa infidelidad con el cine yo también la tuve en una época que me encontraba sólo….recuerdo un otoño que pase en Madrid y los ya reconvertidos cines de la Gran Vía se convirtieron en el lugar más mágico dónde todas las semanas me veía dos películas…y aquel ciclo de Garci que me enganchó con aquella carta a una desconocida…o el vilipendiado y ultrajado Trueba que me hizo olvidar por unas horas que al día siguiente me examinaba de Derecho Penal, viendo su maravillosa Belle Epoque …..
De los Diré tengo mi mejor recuerdo con el último concierto que dieron en la Romareda en una época en que la música y la cultura se cuidaba más en esta ciudad….de tu blog me pareció extraordinario encontrar referencias a películas rusas de Tarcosky con esa versión de 2001 que hicieron en esas frías tierras….sin duda deberías pensarte publicarlo en papel por la gran calidad….un saludo y espero que algún día vuelvan a surgir nuevas salas de cines y de conciertos y que nadie se encargue de manchar el mundo de la cultura que sin duda es la mejor manera de defender a un país.
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A mí siempre me ha gustado el cine, cuando era chaval me mandaban a la cama pero lo hacía lo imposible para levantarme y ver la peli desde el pasillo … Lo que pasa es que veía cualquier cosa, lo que ponían en la tele, hasta que apareció «La Clave», el programa de Balbín y me di cuenta de la inmensidad del cine. Aún así la música seguía ganando al cine en aquella época, fue después, ya con veintitantos y treinta y tantos cuando me enganché más. Uff la que se ha liado con Trueba … Estoy de acuerdo contigo, Antonio debería hacer un libro, yo también se lo he dicho, pero es que el mundo editorial es muy perro … Saludos.
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Os agradezco que valoréis mi trabajo y que me animéis a que Diccineario siga creciendo hasta el día que decida culminar algún proyecto que tengo entre manos, en la línea que ha apuntado Vidal. Os confesaré que antes de caer rendido a los encantos del cine clásico, yo también fui un compulsivo aficionado a la música pop/rock. De hecho, mi colección de música siempre ha rivalizado con mi videoteca. Un saludo.
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La guitarra limpia e hipnotizante. Esta economía de calificativos expresa a mi modo de ver muy bien lo que suena en esta canción.
Recuerdo el año que salió este tema, fue en unas vacaciones de pascua. El tema sonaba por todas partes radios, bares…
Durante algunos días yo creía que lo que sonaba era JJ Cale que había hecho un tema largo. Tarde un tiempo en retener y averiguar el nombre Dire Straits.
Con mucho su mejor obra.
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Yo también me acuerdo, sonaba mucho y en los sitios mas insospechados. Esa manera de tocar, sin púa y utilizando los dedos, según la técnica clawhammer que utilizan los que manejan el banjo, es su seña de identidad, aunque es verdad que J.J. Cale también suena parecido. Saludos.
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Pero por mucho que sonaba no te cansabas de escuchar aquellos pletóricos riffs de guitarra… Estoy de acuerdo contigo que es su mejor obra y coincido también en admirar la figura del gran J.J.Cale. Un saludo.
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Bufff!…. Dire Straits y ‘Sultans of Swing’, casi ná. Me encantan, quizás porque mi madre me los ponía a todas horas en el coche cuando nos llevaba a la piscina en verano. Los tengo muy asociados a aquella época, allá por el 83. ¡Brutales, me encantan!. Me pasaré por Diccineario, es imposible no visitarlo tal y como lo habeis puesto 🙂
Abrazos!
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Pues que suerte, yo en cambio tenía que luchar con mi madre para que me dejara poner Dire Straits en casa o en el coche. Si te gusta el cine, creo que no te va a defraudar. Un abrazo, Fran.
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¿Y a quién no le hubiera gustado escuchar en el coche de sus padres los Dire Straits? Todo un lujo. Si no recuerdo mal en 1983 fue cuando salió aquel grandioso directo llamado «Alchemy». Espero que te haya gustado Diccineario, Fran. Un abrazo.
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Lo he visto esta tarde, un poco por encima porque hay mucha tela que cortar ahí dentro, jaja. Lo añadiré a la lista de seguimientos 🙂
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Cuando comenzaron Dire Straits, creo que nadie quedó indiferente ante el sonido fresco de la guitarra de Mark Knopfler, y consiguieron en poco tiempo que nada más comenzar a escuchar un tema suyo, ya lo identificabamos, algo cuando menos meritorio, luego a mi entender se volvieron más comerciales y previsibles y salvo alguna canción suelta del grupo y de Mark Knopfler en solitario, no me enganchaban mucho.
Namasté
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¡Bienvenido a La Guitarra de las Musas! Creo que somos unos cuantos los enamorados del sonido Knopfler, yo traté de seguir su carrera hasta el final, incluso seguí escuchando los discos de Knopfler en solitario pero es verdad que los comienzos fueron mágicos. Encantado de contar con tu opinión. Saludos.
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