El otro día comentaba a un amigo que esta bitácora tiene bastantes seguidores procedentes del ámbito literario, blogueros que utilizan la palabra para algo más que comunicar cosas o divulgar conocimientos, como solemos hacer la mayoría de los que tenemos webs de temática musical; no sabéis la ilusión que me hace que lean las entradas que se publican en La Guitarra de las Musas. Los escritores profesionales suelen decir que lo importante para hacer literatura es la constancia, el trabajo y la disciplina, tener siempre presente que es como una actividad más, que requiere de una jornada laboral. Sin embargo, yo no comparto esa opinión; en mi caso, jamás podré escribir poesía, novela o teatro, tal vez sí podría intentarlo con el ensayo, al fin y al cabo es una actividad más próxima a los trabajos científicos y divulgativos, con los que estoy más familiarizado. Podría decirse que intento comunicarme por medio de la palabra escrita, trato de construir correctamente la frase, no cometer faltas de ortografía, poner puntos y comas; en definitiva, colocar las palabras de manera ordenada y precisa. Pero todo esto, aunque imprescindible y básico, no es suficiente para ser escritor, de la misma manera que no es suficiente afinar para ser cantante (aunque sí necesario) o saber poner los acordes para ser guitarrista. Uno se da cuenta de sus limitaciones cuando lee a invitados como el que nos va a acompañar durante esta semana, capaz de embellecer sus recuerdos con el arte de la palabra porque, al fin y al cabo, un escritor lo es no por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta, de la misma manera que el placer de viajar no está en el destino sino en el propio viaje.
A Antonio lo he perseguido hasta que no ha tenido más remedio que ponerse manos a la obra con las cinco canciones de su vida. Evidentemente, esto es algo que sólo podemos hacer con los miembros de nuestra familia, tal vez también con los amigos, con el resto siempre es más difícil. Antonio, espero que pases una buena semana en La Guitarra de las Musas, que te encuentres a gusto y disfrutes de esta experiencia; de la apertura de tu blog hablaremos después, con esto también te voy a seguir torturando.
Y comenzamos con «Cuesta Abajo», un tango compuesto por Alfredo Le Pera (letra) y Carlos Gardel (música), interpretado por este cantante y actor que, ya en la entrada que dediqué a «El Día que me Quieras«, lo calificaba de idolatrado mito que forma parte del patrimonio nacional de tres países: Uruguay, Francia y Argentina. No os perdáis la letra, el arranque es arrebatador, una obra de arte: «Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido el dolor de ya no ser. Bajo el ala del sombrero, cuantas veces, embozada, una lágrima asomada ya no pude contener».
«De mi niñez en los 50 y por inducción paterna, un tango. Sin duda, de Carlos Gardel. Valórese si no se da cierto aire con el maestro Gardel el exministro Soria, y por otro lado la desolación de la guapísima chica y la indolencia de las damas que escuchan. Género clave para la educación sentimental en el arrojo, la deserción y la nostalgia, y para la educación estética en el expresionismo, desde Lang o Lubitsch a Ford y Welles. El tango hay que tomarlo con prudencia, pues su fuerte contenido sexista (culto al macho, a la madre y a la mala) y populista, puede llevar a cualquiera a emocionarse en los mítines, o a tirarse en el diván del psicoanálisis; algo en lo que se dieron la mano Centroeuropa y Suramérica en el siglo XX».
La Guitarra de las Musas 
Carlos Gardel es la personificación del tango. En ese sentido, hablar de tango significa hablar de él pero es difícil quedarse sólo con uno.
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Bien difícil, Eduardo. Pero el que ha elegido Antonio es soberbio, ¡menuda letra, vaya manera de empezar! Saludos.
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Me gusta Gardel, pero en pequeñas dosis, como dices tú. Mis tangos preferidos son «Melodía de arrabal» y «Caminito». Sí que se parece un poco al ex ministro Soria, sobre todo en la primera imagen, en las otras ya menos. La expresión de ella es de tal desolación que resulta un poco cómica.
Me gustaría leer algo tuyo, después de la presentación que te ha hecho Raúl, pero como no veo ningún enlace me parece que me quedaré con las ganas, por el momento.
Un saludo
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Dos de las piezas emblemáticas del tango. Es un género que comparte bastantes cosas con el fado, que tanto nos gusta, son canciones que más que cantadas parecen declamadas, son historias contadas en forma de canción y llenas de pasión. No se ha extendido mucho con los textos que acompañan a sus canciones pero, aún así, se puede apreciar la calidad de su prosa. Él escribe a menudo, yo he leído algunos textos suyos, en ocasiones los comparte por facebook pero ya le he dicho que tiene que abrir un blog; cuando se decida el primero que le recomendaré será el tuyo, evavill, para que vea qué calidad hay en la blogesfera. Saludos.
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No se me ocurre otra que invitarte a mi muro de fcbk, donde hace unos días y en cinco jornadas pegué algo que escribí en 2013 bajo el título ‘Por cuenta propia’. A algún amigo le entusiasmó; algún otro me descubrió como «el tapado de la ‘nueva sentimentalidad'» -¿ya vieja?-. Siempre dudo si será por la amistad.
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Gracias por la invitación, me pasaré a leer.
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He leído por el momento algunas cosas tuyas en el blog y me han admirado.
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Yo también me he pasado por tu muro y tiene razón Raúl cuando alaba tu escritura.
Tendrías que animarte a hacer un blog aunque también tiene sus inconvenientes, claro.
Un saludo
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Gardel era uno de los favoritos de mi padre. Yo tangos escuchaba los que sonaban en casa. No es un género que me tire demasiado. No así los boleros de los que siempre me han gustado mucho, sobre todo Los Tres Hernandez que también sonorizaron mi niñez a través de los vinilos de mi padre. Cierto día mi hermana trajo a casa un disco de Malevaje que sonaron bastante después de la movida apoyados por muchos miembros de esta famosa corriente, pero aunque su sonido crudo me atrajo tampoco me deje imbuir por su música.
La verdad es que he tenido que leer un par de veces el comentario de Antonio, recuerda que soy heavy y eso marca jajajaja.
No me ha quedado claro si es familiar tuyo o un buen amigo, aunque supongo que paciencia debe de tener. Te imagino dándole la brasa para que publicara sus cinco canciones.
Ahora solo falta convencerle para que abra un blog. Creo que de entrada sumara varios seguidores.
Un saludo a ambos
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Yo también prefiero los boleros pero los tangos también me gustan. Sí, a mí a veces me pasa, Salva; tiene tal control de la palabra, y tal precisión, que a veces que hay leer varias veces lo que escribe para percatarse al 100% de lo que ha querido decir. Antonio es mi cuñado, profe de historia de secundaria y escritor vocacional (también escribe poesía o al menos antes lo hacía). Le tengo medio convencido con el blog, ya le he dicho que yo le ayudo en los asuntos más técnicos y todo eso, a ver si se anima. Saludos, Salva.
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Yo también junto fado y tango lo hago por el dramatismo que los dos tienen. Aunque me parece que el tango me suena a veces como algo exagerado. Aun así me gusta. En su día machacaba una cassette de Gardel en el coche comprada por cuatro perras en las famosas peceras de los supermercados.
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Al tango le pasa como a los corridos mexicanos, son muy exagerados; éstos últimos incluso más: borracheras como solución para el desamor, sangre y vino en la misma copa, asesinatos y suicidios, etc. Y, como comentaba Vidal y el propio Antonio Mazuecos, sus letras son, como mínimo, políticamente incorrectas. Saludos.
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Contadísimos tangos he escuchado en mi vida, quizá me sobrarían dedos de una mano. Un género con enorme personalidad y carga emocional y humana, también teñido de tragedia y melancolía. Por eso conecta con el fado y el bolero, y en cuanto a hablar de pasiones y relaciones creo que también con la salsa.
La letra es muy buena. En cuanto a Antonio, ese brevísimo texto me ha dado la sensación de que estamos ante un intelectual de tomo y lomo, alguien con un background cultural brutal. Esas referencias cinematográficas desarmado me dejaron.
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No te equivocas, what, es un intelectual, muy buen conocedor de la literatura en todas sus vertientes, de la historia y, por supuesto, de otras manifestaciones artísticas y culturales. Lee mucho y creo que debería escribir más porque tiene muchas cosas que contar. Saludos.
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Ver expresionismo alemán en un tango es de nivel sin duda,lo del parecido razonable ya es más discutible,pero sin duda este genero me resulta más atractivo en cuanto al baile,lo de las letras ya no aguantaría un revisionado en ningún género musical…..saludos
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Me imagino que hace esa asociación por el carácter de deformación de la realidad, inherente al expresionismo como manifestación cultural y artística, precisamente por esas letras idealizadas y, en muchas ocasiones, irreales que plantean los tangos. Saludos.
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Llego tarde esta semana… Estoy hasta arriba de curro y con la niña y la casa (también soy ‘amo’) se me acumulan las tareas y me faltan las manos y los minutos… Bueno, al lío, que no soy mucho de tangos, me pasa como a Salva, que el Jevy y el Prog me tienen sorbido el seso y me salgo muy poco de estos estilos favoritos, pero vamos, a Gardel lo conozco por la leyenda que le precede, cómo no… Y si, se da un aire al exministro Soria jajjaja!!!
También yo he apreciado la condensación de ideas expresadas con tan pocas palabras y he tenido que releer el comentario de Antonio para asimilarlo en plenitud, debe ser la marca jevy esa de Salva jejjeje
Saludos!!!
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¡¡Somos más burros!!! jajajaja
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Jajaja, como se decía antes en ciertos deportes: tienes que pedir tiempo muerto … Esa es la dificultad, Alex, contar lo que cuenta Antonio con tan pocas palabras y que, además, haya una plasticidad y belleza en cómo lo cuenta. Puedo sentirme orgulloso de contar con los jevis más inteligentes y con mayor sensibilidad de toda la blogosfera. Saludos.
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Joder, este comentario se me había pasado. Ahora resulta que semos unos blandengues Alexito jajajaja. Y además inteligente oiga.
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Por Dios, muchachos, un poquito de por favor: de intelectual nada, que me sale sarpullido; que yo más bien tiro a golfo.
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