Cat Stevens. «Lady D’Arbanville»

Patty D’Arbanville es una actriz y modelo neoyorquina, nacida en 1951 que, con apenas ocho años, había actuado en una película realizada por aficionados; con trece, fue descubierta por Andy Warhol e incluida como actriz en su película «Flesh» (1968); y antes de los dieciséis ya recorría el mundo como groupie. En una de las habituales fiestas que se celebraban en Londres, con músicos como Steve Winwood, Ginger Baker, Eric Clapton o Jimmy Page, conoció a Cat Stevens, que finalizaba su período de convalecencia tras una tuberculosis que contrajo en 1968. Cat y Patty comenzaron a salir, incluso ella lo acompañó a sus giras durante un tiempo pero, cuando él quiso formalizar la relación, Patty le rechazó y regresó a Nueva York; allí, al cabo de unos meses, escuchó atónita una canción titulada «Lady D’Arbanville, que hablaba de su propia muerte. Esta melodía fue escrita por Cat Stevens como respuesta a aquel desengaño amoroso, en ella nos habla de la fuerza del amor, incluso tras la muerte de la persona amada, probablemente como metáfora de un amor imposible o llegado a su fin. Con anterioridad a estos acontecimientos, Steven Demetre Georgiou, este londinense hijo de madre sueca y padre greco-chipriota, conocido con el nombre artístico de Cat Stevens, ya había grabado dos álbumes («Matthew and Son», 1967 y «New Masters», 1967) en plena efervescencia de la British Invasion, sin embargo no se sentía del todo a gusto con la imagen pop que transmitía, ni con la música que hacía. De modo que trató de dar un giro a su carrera con algunos cambios en su estilo; en un tono más acústico, más folk-rock, grabó «Mona Bone Jakon«, disco publicado en 1970, en el que intervinieron músicos como Alun Davies, John Ryan o Peter Gabriel, que contribuyó con la flauta en la canción que lleva por título «Katmandu«. Este álbum comenzaba con «Lady D’Arbanville», tema que fue lanzado primero como single y que, de algún modo, fue el inicio del éxito de Cat Stevens, consolidado con trabajos que vendrían después como «Tea for the Tillerman» (1970), «Teaser and the Firecat» (1971), «Catch Bull at Four» (1972) y alguno más. En 1978 se convirtió al Islam, dejando de ser Cat Stevens para tomar el nombre de Yusuf Islam.

Autor: Raúl

Me llamo Raúl Rodríguez, me dedico a la docencia universitaria y a la investigación en el ámbito de la Historia de la Ciencia, actividades que forman parte de mi vida desde que acabé la carrera, allá por 1986. Sin embargo, la música está conmigo desde mucho antes, desde mi infancia y primera adolescencia, y ha sido siempre una leal compañera. Decidí abrir un blog de canciones con el propósito de encauzar mis inquietudes musicales a través de un canal que pudiera ser sintonizado por otras personas con intereses similares y que, además, sirviera como foro de opinión para todos aquellos que quisieran compartir su pasión por la música. Decidí llamar a este espacio "La Guitarra de las Musas", en honor de las diosas griegas de las Ciencias y las Artes, especialmente de la Poesía y la Música. Quiero pensar que si hubieran tenido guitarras –y baterías, bajos, teclados y demás instrumentos de nuestro tiempo- hubieran sonado como la música propuesta en este blog. En este espacio, el rock en casi todas sus vertientes será el protagonista pero, también, otros estilos como el blues, el jazz, el pop, el soul y las melodías más pegadas a nuestra cultura: cantautores, canción melódica, boleros, corridos mexicanos, tangos, rumbas e, incluso, copla. Por favor, que nadie se enfade conmigo si no encuentra aquí la música que le gusta; la selección de los temas y los comentarios realizados responden, únicamente, a mis intereses particulares que, como bien puede verse, están un poco anticuados. Todos aquellos que busquen música actual no la encontrarán en este sitio.

19 opiniones en “Cat Stevens. «Lady D’Arbanville»”

    1. Si la información que he leído es correcta, y el oído no me traiciona, los instrumentos utilizados son: bajo, percusiones, teclados (a cargo del propio Cat Stevens) y dos guitarras, la de Alun Davies y la de Cat Stevens que, por cierto, suenan fenomenal y muy bien empastadas. Saludos.

      Me gusta

  1. Sí que tiene que impactar un tanto escuchar una canción que habla de tu propia muerte.
    Es un tema bonito, me gusta.
    Y no me había fijado en la variedad instrumental que apunta Eduardo y es verdad, la tiene.

    Le gusta a 1 persona

    1. Tiene que poner los pelos de punta a cualquiera, aunque sea en tono metafórico … ¡Qué bien que te haya gustado, Evavill! A Eduardo le comentaba que utilizan bajo, percusiones, dos guitarras y teclados, lo que ocurre es que sacan mucho partido a esos instrumentos; tal vez haya alguno más, a ver si alguien es capaz de detectarlo … Saludos.

      Me gusta

  2. Guau, vaya historia. Un poco retorcido y algo «cabroncete» Cat Stevens, jajaja, aunque quizá solo se tomaba una licencia poética. Desengaño de un amor o como dices reflexiones sobre el amor tras la muerte o de uno de naturaleza imposible.
    Curioso, habláis de los distintos instrumentos pero yo me he fijado muchísimo en la letra. Porque no dice claramente que ella está muerta hasta bien avanzada la composición, cuando dice literalmente «aunque yaces en tu tumba». Antes que eso frases como «respiras muy lentamente» o «duermes muy quieta» o «tú serás mi acompañamiento» (my fill), o lo de que «tienes la piel muy blanca». O sea, todo poético y metafórico. Si no llega a poner lo de la tumba nos cuela un gol por toda la escuadra, y a la propia Lady, no sé si se me entiende.
    Es una grandísima canción, la había escuchado muchas veces y tengo la sensación de que ha salido en este blog o se la ha mencionado, o en algún comentario…¿es posible? Es un clásico del folk con mayúsculas y me recuerda a Donovan también. Estoy pesadito con Donovan.

    Le gusta a 1 persona

    1. Es una letra de gran sutileza y muy bella, independientemente de lo que pudiera pensar y sentir Patty D’Arbanville que, me imagino, no debía estar muy contenta. Cat Stevens ha salido de refilón, en versiones de temas escritos por otros, como «Streets of London», de Ralph McTell; y, por supuesto, a propósito del tema «Rubylove», una de las cinco canciones de lrotula; he estado mirando los comentarios de aquel día y no me ha parecido ver ninguna alusión a este tema de hoy, aunque a lo mejor ha salido en otro y ahora mismo no me acuerdo … Saludos.

      Me gusta

    1. ¿Pero de dónde has sacado estas versiones? NI idea de estos grupos (Círculos y Los Grillos 😮 ), muchas gracias por estas verdaderas rarezas. Dejo una en italiano, a cargo de Gigliola Cinquetti. Saludos

      Me gusta

  3. A mí Cat Stevens se me quedó grabado de pequeño porque una tía mía escuchaba una y otra vez Moonsahdow y, claro, se me acabó pegando… Con los años hice alguna intentona de escuchar otras cosas suyas y, de hecho, tengo el Tea for the Tillerman en mi discoteca de originales, pero no acaba de hacerme demasiado tilín. A mi mujer si que le gusta mucho y se suele poner ese disco y algún recopilatorio que tenemos por ahí también…
    El tema de las groupies de los 60, 70 y 80 es para dedicarle una entrada a muchas de ellas porque tienen historias tremendas, cosa que igual hago en breve. Hace algunos años me leí la biografía de Marianne Faithfull y es la leche.
    Un abrazo!!!

    Le gusta a 1 persona

    1. Pues “Tea for the Tillerman” está muy bien, allí se incluyó «Wild World», otro de sus temas más conocidos, seguro que alguna vez lo has oído. Sí que es un buen tema, además me da la sensación que el fenómeno tuvo que ser diferente, con sus propias peculiaridades en esas diferentes décadas que mencionas; anímate, quedaría muy bien en tu blog … Un abrazo.

      Me gusta

  4. Que tendrá el desamor que saca de nosotros lo mejor y lo peor….sin duda una canción sobresaliente que ha dejado huella sonora..
    Saludos

    Le gusta a 1 persona

    1. Debe ser por la sensación de estar vivos, desde luego es un factor que incrementa la creatividad (para el que tenga ese don, claro …) Saludos.

      Me gusta

  5. No sé si es que soy rara, pero en 1970 yo tenía 16 años y mi cantante favorito en aquellos años fue Cat Stevens. Para gustos los colores pero yo pondría a Cat junto a Leonard Cohen y Pink Floyd en el podium de lo mejor de lo mejor. Yo lo compararía con Lorca en la literatura: The number one. Es que en un período entre los 15 y los 25 años saca más de una veintena de temazos de primerísimo nivel como este Lady d’Arbanville. Ahora me estoy traduciendo las letras y comprobando también que son muy bellas. Saludos y mucho Cat Stevens.
    Julia.

    Le gusta a 1 persona

    1. ¡Bienvenida a La Guitarra de las Musas, Julia! No está nada mal tu podium. Mencionas a dos autores, Leonard Cohen y Cat Stevens, que son dos de los mejores poetas que ha dado la música, estoy seguro que ambos volverán a aparecer por aquí y, por supuesto, Pink Floyd. Saludos.

      Me gusta

Comentarios cerrados.