Ez Dok Amairu es el nombre de un movimiento musical surgido en el contexto de la Nueva Canción Vasca (Euskal Kantagintza Berria), que tuvo plena vigencia entre los años 1966 y 1972, en los últimos años de la dictadura franquista, cuando la Europa libre se convulsionaba con el movimiento hippie y las protestas estudiantiles que finalizaron con el episodio conocido como “Mayo francés” o “Mayo de 1968”. Los miembros de Ez Dok Amairu trataron de reivindicar valores como la paz, la libertad, la justicia o la esperanza, utilizando como punto de partida la lengua, la cultura y las tradiciones vascas. Joxean Artze y Mikel Laboa, ambos ya fallecidos, fueron dos de los miembros más destacados de este movimiento cultural; el primero fue un poeta y músico txalapartari, autor de uno de los poemas más reconocibles de la literatura vasca: “Txoria txori”, escrito en 1957; el segundo es uno de los principales cantautores en euskera que nos ha dejado la música popular.
Mikel Laboa fue quien puso música al poema “Txoria txori”; según ha contado su esposa, Marisol Labastida, todo ocurrió en 1968, cuando Mikel y ella acudieron a cenar al restaurante Aurrera, en San Sebastián, allí vieron impresos los versos de Joxean Artze en las servilletas y decidieron llevarse una a casa. Mikel compuso la melodía y grabó la canción en 1974, incluyéndola en su álbum “Bat-Hiru”. El poema no puede ser más sencillo y, a la vez, más bello y más abierto a cualquier interpretación: “Si le hubiera cortado las alas / habría sido mío / no habría escapado. / Pero así habría dejado de ser pájaro. / Y yo… / amaba al pájaro”. Este canto a la libertad y al amor sin ataduras es como un himno oficioso del País Vasco; se canta en reuniones familiares, eventos culturales y deportivos, fiestas populares y, en definitiva, en cualquier acto presidido por la armonía y la concordia. Incluso ha trascendido las fronteras generacionales, sobre todo desde que, en 2014, la joven cantante vascofrancesa Anne Etchegoyen grabara esta canción, bajo el título “Hegoak” (“Les ailes”, en francés; “Las alas”, en español); consiguió un disco de oro en Francia, con más de sesenta mil copias vendidas. En opinión de Josune Albisu Barandiaran, profesora de la Universidad del País Vasco (Euskal Herriko Unibertsitatea),
“La ambigüedad del significado de la letra ayuda a que la canción pueda resultar coherente en diferentes espacios y situaciones. La letra no constriñe la canción para que esta sea clasificada en un sitio y lugar concretos. Más bien diría que se da una simbiosis entre letra y música que la hace libre para que se adapte a múltiples situaciones como lo ha mostrado durante todos estos años. La sencillez y claridad de una canción es importante a la hora de cantarla, sobre todo para la gente de a pie, porque normalmente cantamos regular (hay gente que muy bien) y una canción sencilla ayuda a soltarte a cantar y no sentirte incómoda. En este sentido Txoria txori invita a ser cantada, tanto por su sencilla melodía como por una letra fácil de aprender (…) con canciones como Txoria txori, entramos en una comunidad, no de un grupo o colectivo concreto, ni de un momento concreto (un concierto, una fiesta), sino de una especie de supra comunidad que engloba a cualquier ser vivo con su necesidad de conexión y comunión. Una supra comunidad que tiene en cuenta la simplicidad o si se quiere la sencillez del ser vivo, como ser efímero y eterno en esencia”.
Albisu Barandiaran, Josune. “¿Por qué hay canciones que perduran? La historia interminable de una canción: Txoria txori”. Perifèria, 20(2): 178-194. 2015.
“Txoria txori” es una canción que apela a la conciliación y a la unidad desde la transversalidad; por ello, no es raro que las versiones procedan de ámbitos musicales bien diferentes, desde la música tradicional vasca y el folk (Carmen Leñero, Ester Formosa y Adolfo Osta, Errobi Kanta, Hak’Amarra, Ontuak, Battista Acquaviva, Sociedad Coral de Bilbao, Maialen Errotabehere, Mixu y Xabaltx, Kepa Junquera y Pablo Milanés, John Kelly & Maite Itoiz, Luar Na Lubre o Kalakan) hasta el punk (Sofokaos o Etsaiak), pasando por el heavy metal (Nao o Moonshine Wagon), el narcorrido (Puro Relajo), el flamenco (Sonakay), la música experimental y alternativa (Isseo & Dodosound o Xabier Montoia y Ángel Katarain), la canción melódica (María Berasarte) o los cantautores actuales (Salvador Sobral o Judit Neddermann). Para acompañar al original de Mikel Laboa, os propongo la versión en directo de Joan Baez, incluida en su álbum “Diamonds & Rust in the Bullring” (1988), y la de Itxaso y Daniel Pérez, dentro del ámbito del jazz, que formó parte de su disco “New Land-Lur Berria” (2000). Otra bonita interpretación es la de la cantautora vasca Izaro, que podéis ver en el “El Camerino”, un interesante (y recomendable) programa musical de la plataforma de televisión Movistar.

Preciosa canción, pura poesía. Esta vez has sido tú el que me has traído recuerdos, ya que pasé mi adolescencia en una zona limítrofe con el país vasco, con mucha influencia. Cantábamos canciones en euskera, sobre todo de Urko, muy de moda a finales de los setenta y principios de los ochenta. Tiempos complicados, pero precisamente leí una entrevista de él que decía que antes era normal oír en cualquier lugar de España musica gallega, catalana o vasca y ahora no. Para pensar. Me ha encantado la versión de Itxaso y Daniel Pérez y subrayo lo de la transversalidad, tan necesaria y deseable en cualquier aspecto. Tan difícil. Un abrazo Raúl y buen finde.
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Me acuerdo de Urko, sobre todo de su tema «Gu euskaraz». Si no recuerdo mal, creo que ésta es la primera canción que aparece en este blog en euskera, espero que no sea la última, a ver si para la próxima ocasión entra algún grupo de rock progresivo vasco. En catalán y en gallego han salido varias y pronto aparecerá otra en valenciano. Que tengamos tantas lenguas en España nos enriquece y tiene que ser motivo de orgullo para todos, al menos esa es mi opinión. Me ha costado mucho elegir la tercera versión de hoy (Mikel Laboa y Joan Báez los tenía claros); finalmente, la de Itxaso y Daniel Pérez me ha parecido una versión delicada y llena de matices, con esa flauta que queda fenomenal. Un abrazo, Eva.
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Hola Raúl, mi nombre es Roberto Martínez del programa de radio ‘Bienvenido a los 90’. Me gustaría contactar contigo. Te dejo mi email. GRACIAS
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Hola Roberto ¡Bienvenido a La Guitarra de las Musas! No veo tu email, si quieres contactar conmigo lo puedes hacer a través de la siguiente dirección: raulrn@wanadoo.es. Saludos.
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Ay, qué emoción ver esta canción en tu blog. Es tan tan mítica, que me cuesta creerme las versiones; de hecho, diría que la única que me ha llegado de verdad es la de Joan Baez.
Saco mi tiquismiquismo y te voy a hacer una pequeña corrección, bueno, a ti no, a quien haya escrito la traducción que has puesto. No dice «Y yo… lo que yo amaba era al pájaro», sino «y yo… amaba al pájaro». Es un error muy común (y no se puede achacar a la interpretación), y ya sé que puede parecer lo mismo, pero no lo es, poética y rítmicamente suena diferente.
Por cierto, este 1 de diciembre ha sido el decimoquinto aniversario de su muerte, casi clavas la entrada.
Mikel Laboa tiene muchisísimas canciones propias, algunas experimentales, porque era muy innovador, pero te voy a dejar aquí otra muy conocida, en la que también puso música a la letra de Joxean Artze. Primero subtitula en euskera y luego en castellano. ¡Un abrazo!
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No sabes cuánto te agradezco la corrección de la traducción, no se me ocurre nadie con mayor autoridad en la materia que tú. Hay muchísimas versiones, es normal, es una canción que todo el mundo quiere cantar, sobre todo dentro del ámbito vasco; lo que me parece más bonito es que cada uno quiera hacerla a su manera: folk, rock, jazz … es como si fuera algo patrimonio de todos, y no sólo de su autor; con todo, el original de Mikel Laboa sigue siendo la referencia. Es una canción que tenía pendiente desde hace tiempo, ha habido dos catalizadores que me han animado a publicar la entrada: la fecha que comentas (lo vi el otro día) y el visionado del programa «El Camerino», en el que sale Izaro cantando el tema. Muchas gracias por la canción, es muy bonita. Un abrazo, Luna.
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Es preciosa, la conocía pero no sabía de qué hablaba. Ahora me gusta más. Es muy poética.
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¿Te refieres a la que yo he puesto? Es preciosa, sí (también Txoria txori). Lo malo o bueno del euskera, según se mire, es que no tiene tantos registros como el español. Por mucho que parezca muy difícil por lo raro, en realidad estructuralmente es más sencillo. Por eso, las traducciones literales quedan como muy rectas, muy bastas (no hacer chistes fáciles, por favor, ja, ja), y a veces es difícil encontrar la manera de traducir bien en cuanto a significado y que tenga el toque poético de la original.
Ains, es que me encanta hablar de esto y me pongo pesadita, perdón, ja, ja. Besotes
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Sí, la de la niebla.
Nada de pesada al contrario 🙂
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Una canción muy bonita, tanto en música como en el mensaje de su letra. A mí la que más me gusta es la de Mikel Laboa.
Gracias por traerla, Raúl.
Besos
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Aunque todos quieren cantar esta canción, desde el folk hasta el punk, el original de Mikel Laboa sigue siendo la referencia. Gracias a ti, Evavill. Besos.
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¡Madre mía! que bonito .¡ Precioso! Que rara es la lengua euskadi, pensé que canta un indígena americano ( que me perdonen mi ignorancia). Me encanta. Muchas gracias ,Raúl.
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El euskera no tiene parentesco lingüístico con las lenguas romances (castellano, gallego, catalán, etc.) y no sé si con alguna otra lengua de las que existan en la actualidad. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo, Laacantha.
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