Jeanette. “Soy rebelde”

Jeanette Anne Dimech, conocida con el nombre artístico de Jeanette, es una cantante y compositora nacida en Londres (Inglaterra), de madre española y padre belga de ascendencia maltesa, pero nacido en la República Democrática de El Congo. Se inició en la música a los quince años, cuando estudiaba en el Marymount Scholl, un colegio de monjas estadounidense ubicado en Barcelona, concretamente en el exclusivo barrio de Pedralbes. Se unió a un grupo folk que estaba liderado por los hermanos venezolanos Brenner; tras la incorporación de Jeanette, esta formación acabaría llamándose Pic-nic. Después de grabar algunos singles y un álbum (“Pic-nic”, 1968), en el que se incluyó el conocido tema “Cállate niña”, compuesto por ella, abandonaría la banda debido a la presión de sus padres. Dejó la música, se casó y se dedicó a las labores domésticas hasta que, un buen día, contacto con ella Rafael Trabucchelli -productor de la discográfica Hispavox, la misma de Pic-nic- para que se hiciera cargo de un nuevo proyecto musical en torno a una canción, titulada “Soy rebelde”, que el compositor Manuel Alejandro había escrito para la cantante mexicana Sola cuando estaba en tierras americanas.

Ya en España, Manuel Alejandro le propondría el tema a Rafael Trabucchelli, que fue quien pensó en aquella chica, de apariencia lánguida y frágil, como posible intérprete para esta canción. Jeanette inicialmente se negó, sobre todo porque entendía que se trataba de una canción melódica, alejada de lo que había sido su estilo folk en Pic-nic: “La verdad es que cuando me presentaron Soy rebelde no quería cantar ese tema. No era el estilo que había tenido con Pic-nic. Después de tres semanas de discusiones con la casa disquera la grabé y al final tuvo éxito (pues del tema se grabaron luego versiones en inglés, francés, italiano, chino, portugués y japonés)» (Jeanette). “Soy rebelde” fue un éxito inmediato y, de algún modo, se convirtió en un himno para muchos jóvenes, que aún vivían en España bajo el yugo del tardofranquismo. La letra era realmente inofensiva, incluso algo edulcorada, tan sólo hablaba del clásico sentimiento de incomprensión entre adolescentes y adultos, esos seres casi malignos que fomentaban la desdicha de los primeros y les impedían sentir, vivir y amar. Esta oda al “síndrome de Calimero”, con un título aún conflictivo para la España de 1971, no fue muy bien recibida por la censura franquista; si no prohibieron totalmente la canción –parece que se prohibió su interpretación en presencia de menores de dieciséis años- fue porque, al fin y al cabo, estaba cantada por una inglesa que, además, parecía muy modosita.

Jeanette, al igual que la mexicana Sola, grabó “Soy Rebelde” en 1971, con arreglos del músico y director de orquesta argentino Waldo de los Ríos, con quien Jeanette acabaría congeniando muy bien. Mantuvieron esta amistad hasta el fallecimiento de Waldo en 1977; unos días antes habían cenado en un restaurante parisino, incluso fueron fotografiados juntos. Waldo de los Ríos se suicidó de un disparo en la cabeza; en su casa se encontró una fotografía, en la que se podía ver juntos a Waldo y Jeanette; la policía investigó el asunto, y ella fue llamada a declarar: “[Waldo] era una persona depresiva, tenía una vida tormentosa y no le gustaba envejecer, tenía un complejo de Peter Pan” (Jeanette). 

Finalizamos con algunos vídeos en los que se puede ver a Jeanette interpretando esta melodía: uno de 1971, otro de 1974 (en el Festival de Viña de Mar), otro de 2014 y uno más reciente de 2020 (con Pablo Motos); y con tres versiones singulares (aunque hay bastantes más), las de Albert Pla (sale en la película «Airbag»), La Bien Querida y la de la banda de punk-rock argentina Attaque 77.

Henry Mancini / Andy Williams / Slash. “(Where Do I Begin?) Love Story»

Love Story” (1970) es una de las películas románticas por excelencia. No es mi intención elogiar o denostar este trabajo de Arthur Hiller, con Ali McGraw y Ryan O’Neal en los papeles protagonistas. Un largometraje que, para algunos, es la quintaesencia del amor, perfecto para llorar a lágrima llena mientras se piensa en lo bonito que es amar el amor; para otros, no es más que un melodrama folletinesco, caduco, lacrimógeno y cursi. También es de esas películas que se disfrutan como placer culpable, en soledad, durante uno de esos días de invierno, grises, fríos y lluviosos, en los que nos reconciliamos con nuestra tristeza; que levante la mano el que haya visto la película y no haya soltado alguna lagrimilla. “Love Story” ganó varios Oscars y Globos de Oro en 1971, entre ellos los relativos a la mejor banda sonora; fue escrita por el francés Francis Lai, al que también recordaremos por ser el responsable musical de trabajos cinematográficos como “Un hombre y una mujer”, “Ojos negros”, “Mayerling” o “El imperio del León”, por citar sólo algunos largometrajes de los que Lai fue responsable musical.

El tema central de “Love Story”, titulado “(Where Do I Begin?) Love Story”, fue compuesto por Francis Lai como melodía instrumental, aunque la productora (Paramount) pidió al compositor estadounidense Carl Sigman que escribiera una letra, cosa que hizo tras recibir la partitura y el guion de la película. Sin embargo, no gustó mucho a los responsables de la productora, y pidieron a Sigman que la volviera a escribir. Pese a la negativa inicial, herido en su orgullo de compositor, reelaboró la letra; finalmente, en la película sólo se incluyó la versión original instrumental a cargo de Francis Lai & His Orchestra. Poco antes del estreno en los cines (25/12/1970), fue lanzada la versión de Henry Mancini -con la que hoy comenzamos nuestro recorrido a través de las versiones- y, el 15 de enero de 1971, se publicaron dos interpretaciones con la letra de Carl Sigman, la de Andy Williams y la de Tony Bennett. Parece que esto se hizo así con el propósito de preparar el oído del público potencial, es decir, la estrategia pasaba por acostumbrar a la audiencia con la melodía instrumental y, después, lanzar las versiones cantadas. Tanto las interpretaciones de Henry Mancini como la de Andy Williams fueron muy exitosas -tal vez algo menos la de Bennett-, y son las que abrieron paso a las numerosas versiones que vendrían después.

Sin ánimo de ser exhaustivo, entre las instrumentales, citaremos las de The Exotic Guitars, Hubert Laws, Bill Vaughn, Oladepo Ogomodede, Paul Mauriat, Fausto Papetti, Frank Pourcel, Buddy Rich, 2Cellos o Søren Bødker Madsen; y, entre las cantadas, destacaremos las de Johnny Mathis, Shirley Bassey, Vikki Carr, Glenn Campbell, Sarah Vaughan, Rick Astley, Barry Manilow, Mark Bautista, Paul Potts, Conchita Wurst, Mirelle Mathieu (en francés), Patty Pravo (en italiano), Moncho (en español) o Andrea Boccelli (en español). Como tercera opción destacada de hoy, os voy a proponer algo más reciente y más rockero: la versión instrumental que, en 2020, publicara como single el guitarrista Slash, al que muchos conoceréis por ser uno de los miembros integrantes de la banda de hard rock y heavy metal Guns N’ Roses.

Mari Trini. “Yo no soy esa”

María Trinidad Pérez de Miravete-Mille y Pascual del Riquelme, más conocida con el nombre artístico de Mari Trini -menos mal que no quiso reivindicar su nombre completo-, nació en la pedanía murciana de Singla, el 12 de julio de 1947. Pronto se trasladaría a Madrid con su familia donde, a lo siete años, enfermó de gravedad (nefritis crónica), por lo que tuvo que pasar largas temporadas en casa, sin apenas levantarse de la cama; no obtuvo el alta médica definitiva hasta que cumplió los catorce años. La enfermedad le dejó alguna secuela física, pero también perfiló su personalidad y carácter, y fue un período que aprovechó para escribir y aprender a tocar la guitarra. Con apenas quince años conoció en Madrid al cineasta Nicholas Ray, director de películas como “Rebelde sin causa” o “55 días en Pekín”; él fue quien convenció a Mari Trini para que marchara a Londres a estudiar arte dramático y a prepararse para interpretar una película, que finalmente no llegó a realizarse. De Londres viajó a París, allí grabó sus primeros discos, tres Eps con canciones en francés.

Tras pasar cinco años en la capital gala, regresó a Madrid, donde grabó su primer Lp con la discográfica RCA; un álbum (“Mari Trini”, 1969) en el que interpretaba temas escritos por autores como Patxi Andión, Juan Carlos Calderón o Luis Eduardo Aute. Convencida de que tenía el suficiente talento para escribir sus propias canciones, decidió cambiar de discográfica y pasarse a Hispavox, allí la esperaban Waldo de los Ríos y Rafael Trabucchelli, como productores y arreglistas musicales. Su primer disco con Hispavox se tituló “Amores” (1970), un excelente álbum, plagado de canciones a cuál mejor (“Si no te vas con la tarde”, “Amores”, “Cuando me acaricias”, “Vals de Otoño”, etc.), que convirtieron a Mari Trini en una de las más importantes compositoras españolas que ha dado nuestra música popular. El siguiente álbum se tituló “Escúchame” (1971), otro gran trabajo en el que, además de canciones escritas por Mari Trini, se incluyeron versiones de George Moustaki (“Milord”), Gilbert Bécaud (“Je partirai”), Jacques Brel («La Fanette«), Consuelo Velázquez (“Que seas feliz”) o José Alfredo Jiménez (“Ayer«).

Pero, por encima de todas, destaca “Yo no soy esa”, probablemente su melodía más conocida y, desde mi punto de vista, la mejor; un grito reivindicativo, una canción profundamente feminista que vio la luz al final de la Dictadura franquista, cuando hablar de esas cosas en España era prácticamente un acto heroico. Mari Trini nos ayudó a comprender que las mujeres no eran bellos y frágiles floreros, que tampoco eran apéndices de los hombres, y que tenían opinión y capacidad de decidir por ellas mismas, sin necesidad de la aprobación o el visto bueno del macho: “Yo no soy esa que tu te imaginas. Una señorita tranquila y sencilla, que un día abandonas y siempre perdona. Esa niña sí … no, esa no soy yo” (al final os dejo toda la letra).

“Yo no soy esa” es una de las grandes canciones melódicas de nuestro país, por eso no es de extrañar que tenga muchas versiones; pero lo que llama la atención es que haya tantas dentro del universo “indie”, lo que demuestra el reconocimiento que tiene Mari Trini entre las cantantes jóvenes españolas. Además de la clásica versión de Helena Bianco -obviamente, no incluida en este grupo de vanguardia-, os aconsejo que prestéis atención a las versiones realizadas por Kuve, Bla, La Bien Querida, Mäbu o Adriana Moragues, incluso las debidas a La Húngara y a Diamar e Iván, con ritmos flamencos y latinos. En cuanto a las interpretaciones que Mari Trini ha hecho de esta canción, creo que conviene recordar la que ejecutó en el Festival de Viña de Mar de 1975, con un arreglo ligeramente jazzístico, y la grabación con Los Panchos, del año 2001, ocho antes de su fallecimiento, cuando apenas contaba con sesenta y un años.

Little Willie John / Peggy Lee / James Brown. “Fever”

Peggy Lee es una de las cantantes habituales en las entradas dedicadas a versiones; la hemos mencionado muchas veces, de manera destacada en dos canciones: “Johnny Guitar” y “Garota de Ipanema”. Nació en Jamestown (EE.UU.), el 26 de mayo de 1920; comenzó a cantar como profesional en la radio KOVC de Valley City (Dakota del Norte), en una época en la que alternaba el trabajo, en ésta y en otras radios locales, con el de camarera. A comienzos de los años cuarenta ya había tenido sus primeros éxitos (“Somebody Else is Taking My Place” y “Why Don’t You Do Right”), y había participado en un par de películas como cantante en la orquesta de Benny Goodman. Falleció el 21 de enero de 2002, dejando un importante legado musical que se extendió durante seis décadas, con una gran cantidad de discos grabados en compañías como Capitol, Decca o Harmony. Además de cantante, también fue actriz y compositora.

Una de las canciones más recordadas de Peggy Lee es “Fever”, publicada como sencillo en 1958. Se trata de un tema compuesto en 1956 por Eddie Cooley y Otis Blackwell -bajo el pseudónimo de John Davenport debido a problemas contractuales-. El tema fue grabado en 1956 por el cantante de R&B norteamericano Little Willie John; tuvo bastante éxito, a pesar de que, al menos inicialmente, no era muy del agrado de este artista. Entre 1956 y 1958 se publicaron otras versiones, como las de Sandra Meade, Kay Martin & Her Bodyguards, Earl Grant o Ray Peterson, aunque ninguna de ellas -ni siquiera el original- obtuvo el respaldo que logró Peggy Lee, que supo transformar la canción convirtiendo su propuesta en la versión de referencia para la mayoría de las que se hicieron después. Reescribió la letra y transformó la melodía, con la complicidad del arreglista Jack Marshall; el ritmo vivo y los arreglos de viento del original fueron sustituidos por un tempo más lento y sensual, una suave batería (Shelly Manne), un envolvente bajo (Joe Mondragon) y ese inolvidable chasquido de dedos -ejecutado por la propia Peggy Lee- que, aunque ya estaba presente en la versión de Little Willie John, ahora se hacía más evidente como recurso para incrementar el tono insinuante de la canción.

“Fever” es una de esas canciones que parece haber cantando todo el mundo, y en todos los estilos imaginables. Seguro que vosotros tendréis vuestras versiones preferidas; en mi caso, para acompañar a Little Willie John y Peggy Lee, me voy a quedar con la de James Brown, incluida en su álbum “Cold Sweat” (1967). Si queréis seguir escuchando otras propuestas, podéis empezar con las ejecutadas por Frankie Avalon, Elvis Presley, Ben E. King, Conway Twitty, The Kingsmen, Sarah Vaughan, Paul Revere & The Raiders, Buddy Guy, Junior Wells, The Jam, Rita Coolidge, Billie Jo Spears, Wanda Jackson, Boney M, Tom Jones, Joe Cocker, Chuck Brown & Eva Cassidy, Suzi Quatro, Nina Hagen, Michael Bublé, Bette Midler, Madonna, Beyoncé o, incluso, la más hilarante de Rita Moreno con los Teleñecos.

Ketty Lester / Ike & Tina Turner / Alison Moyet. “Love Letters”

Ketty Lester es una cantante y actriz estadounidense nacida en Hope (Arkansas), en agosto de 1934. Empezó cantando en la iglesia, en coros escolares y, a principios de la década de los cincuenta, ya actuaba como profesional. Después trabajaría como cantante en la orquesta de Cab Calloway e, incluso, llegó a aparecer en el concurso “You Bet Your Life”, que presentaba Groucho Marx. Grabó su primer sencillo (“Queen for a Day”) en 1962, aunque para finales de los sesenta ya estaba abandonado su carrera como cantante para dedicarse al cine y las series de televisión; los que tengáis una cierta edad, quizás os acordéis de su papel de Hester-Sue Terhune en “La Casa de la Pradera”.

El gran éxito musical de Ketty Lester fue “Love Letters”, una canción de Edward Heyman (letra) y Victor Young (música) que apareció en la película “Cartas a mi amada”, de 1945, cantada por Dick Haymes, cantante y actor estadounidense nacido en Argentina. Tras esta primera grabación (aquí la podéis escuchar), aparecieron otras, como las de Tony Bennet, Herbie Mann, Nat King Cole, Rosemary Clooney, Eydie Gorme, Perry Como, Peggy Lee o Baden Powell. Sin embargo, ninguna tuvo tanto éxito como la de Ketty Lester, publicada en 1962; una versión que, por su estilo y sencillez, contrasta con el barroquismo orquestal o jazzístico de la mayoría de las versiones anteriores, quizás ahí radicara el éxito del “Love Letters” de Ketty Lester, una canción pop-soul sin apenas arreglos, que inspiró algunas de las versiones que se hicieron después. La de Lester es la grabación que se incluyó en la película “Terciopelo Azul” (1986), de David Lynch.

De entre las versiones posteriores a la de Ketty Lester, citaremos las de The Marvelettes, Brenda Lee, Julie London, Vera Lynn, Elvis Presley, Sandie Shaw, Don McLean, Joe Walsh, Boz Scaggs, Elkie Brooks, Aretha Franklin, Sinéad O’Connor, Bonnie Raitt y Elton John, Etta James, Carla Bruni, Diana Krall, Diane Schurr y, por supuesto, las dos que he elegido para acompañar a Ketty Lester: la de Ike & Tina Turner y la de Alison Moyet, cantante inglesa con una larga carrera en solitario, que se dio a conocer formando parte de la banda de synth pop Yazoo; la primera versión formó parte del álbum titulado “Don’t Play Me Cheap”, publicado en 1963, mientras que la segunda fue lanzada como single en 1987 y, finalmente, incluida en la reedición que, en 2016, se hiciera de su álbum titulado “Raindancing” (1987).

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