En tiempos prepandémicos se podía pasear libremente por el centro de Madrid, sin miedo, sin mascarillas y sin guardar distancias de seguridad cuando entrabas a los establecimientos comerciales, incluso podías conocer y abrazar a algunos de los amigos hechos a lo largo de estos bonitos años pasados en la blogosfera. El día que nos vimos Alex -patrón de la web, ya desaparecida, Rocktelegram- y yo hablamos de todo; de su vida, de la mía y, por supuesto de música; nos dimos una vuelta por algunas de las principales librerías y tiendas de discos de la capital y, en una de ellas, Alex me regaló una lujosa edición del cuarto disco de estudio de David Gilmour, el mítico guitarrista de Pink Floyd. Además del álbum en formato cd, titulado “Rattle That Lock”, esta “Edición Deluxe” incluye un blu-ray, dos pequeños libros en tapa dura -uno con fotografías, con las letras y con los títulos de crédito, mientras que el otro es una copia del libro segundo de John Milton Paradise Lost, que sirvió de inspiración a las letras de este disco-, un póster a doble cara, una púa y una postal del club de jazz Le Chat Noir incluida en un sobre ¡Muchas gracias, Alex!
La discografía de David Gilmour en solitario no es muy extensa y, tal vez, tampoco destaque demasiado, sobre todo si la comparamos con la de otros músicos emblemáticos del rock progresivo. Su primer trabajo (“David Gilmour”) lo publicó en 1978, el segundo (“About Face”) en 1884, el tercero (“On an Island”) tardó bastante más en ver la luz, concretamente lo hizo en el año 2006, mientras que el que protagoniza nuestra entrada de hoy es de 2015, es decir, que transcurrió casi una década entre estos dos trabajos. Fue grabado en el Medina Studio del propio Gilmour, con Phil Manzanera como coproductor, con buenos músicos y algunas colaboraciones especiales, como las de Robert Wyatt, Richard Wright, David Crosby o Graham Nash. “Rattle That Lock» es un disco para escuchar en casa por la tarde-noche, mientras te olvidas de las dificultades que has tenido durante el día. Algunos temas recuerdan a Pink Floyd, otros se acercan más al jazz, incluso a la música ambiental; si queréis ir escuchando alguna de estas canciones, podéis empezar con “Dancing Right in Front of Me”, “In Any Tongue”, “The Girl in the Yellow Dress” o con la que encabezamos este post, “Faces of Stone”, publicada como single con un vídeo promocional realizado por Aubrey Powell, del colectivo Hipgnosis, en el que se combinan imágenes de David Gilmour con el cortometraje experimental mudo “At Land” (1944), dirigido por Maya Deren.
A ritmo de vals, Gilmour nos ofrece una delicada composición en la que destaca la guitarra acústica, el piano -parece que, en buena parte, fue tomado de algunas grabaciones inéditas del que fuera teclista de Pink Floyd Richard Wright– y, cómo no, la inigualable guitarra eléctrica de este maestro de la sensibilidad y el buen gusto musical. Creo que tampoco os deberíais perder este vídeo en directo de “Faces of Stone”, grabado en el sitio arqueológico de Pompeya (Italia).
