Lefty Frizzell / Willie Nelson / The Little Willies. “If You’ve Got the Money (I’ve Got the Time)”

William Orville Frizzell, más conocido como Lefty Frizzell, fue un cantante, músico y compositor de country y honky-tonk; junto con Hank Williams, probablemente de los más influyentes de su generación, algo que se hace especialmente evidente en artistas como Willie Nelson, Merle Haggard, Roy Orbison o George Jones, por mencionar sólo algunos nombres. Nació en Corsicana (Texas -EE.UU.-), aunque vivió en Arkansas desde niño, donde se mudó su familia. Mostró interés por la música siendo muy joven, en concreto por Jimmie Rodgers, considerado como el padre de la música country. De adolescente ya cantaba en programas de la radio y en clubs nocturnos. Con diecinueve años fue encarcelado por haber tenido relaciones sexuales con una fan menor de edad, cuando él apenas llevaba un año casado; el sentimiento de culpa le ayudó a escribir la canción “I Love You a Thousand Ways”, una especie de carta de descarga en la que trataba de pedir perdón a su mujer. Cuando salió de prisión, en 1949, fue descubierto por el cazatalentos y promotor discográfico Jim Beck, quien le invitó a grabar algunas demos en su estudio de grabación de Dallas (Texas), con el fin de distribuirlas entre las grandes discográficas. Parece que estas grabaciones -y sus actuaciones en vivo- fueron del agrado de Don Law, productor de Columbia, que fichó a Lefty Frizzell para este sello musical.

El primer single de este cantante se hizo con dos de aquellas canciones que grabó como demo con Jim Beck: la ya mencionada “I Love You a Thousand Ways” y la titulada “If You’ve Got the Money (I’ve Got the Time)”, cofirmada por Frizzell y Beck. Esta alegre melodía, en torno a una relación interesada (“si tienes dinero, cariño, tengo tiempo”), ha tenido algunas versiones, generalmente realizadas por artistas de country o próximos a este género: June Hutton, Jo Sttaford, George Jones, Mose Allison, Merle Haggard, Ricky Van Shelton, David Frizzell (hermano de Lefty) o Del McCoury and The Dixie Pals. La segunda versión que destacamos hoy es la que grabó Willie Nelson al poco tiempo de fallecer Lefty Frizzell, que incluyó en su disco titulado “The Sound in Your Mind” (1976); un año después, publicaría otro disco (“To Lefty From Willie”, 1977), íntegramente en homenaje a este cantautor. La tercera versión que proponemos es la del grupo de country alternativo The Little Willies, del que forman parte Dan Rieser (batería), Lee Alexander (bajo), Jim Campilongo (guitarra), Richard Julian (guitarra, teclados) y Norah Jones (voz, piano y teclados). “If You’ve Got the Money (I’ve Got the Time)” fue incluida en el disco “For the Good Times” (2012), en el que también incluyeron versiones de músicos como Willie Nelson, Loretta Lynn, Quincy Jones, Johnny Cash, Kris Kristofferson o Dolly Parton.

Lefty Frizzell (1928-1975)

Johnny Cash. “Man in Black”

Durante las décadas de 1960 y 1970 el country estuvo dominado por el movimiento conocido como “sonido Nashville”; productores como Owen Bradley o Chet Atkins, y artistas como Jim Reeves, Loretta Lynn, Dolly Parton o Patsy Cline, ofrecían un producto apto para todos los públicos, con melodías suaves y sencillas, en el que se tomaban prestados elementos procedentes del pop, y se escribían letras con poca carga intelectual y no excesivamente reflexivas. Este movimiento – que ha acabado conformando la orientación predominante en el country actual, en la que abunda más el pop que los valores musicales del viejo bluegrass- fue contestado por la facción más rockera del colectivo country; de un lado el “sonido Bakersfield” -antecedente del country-rock- y, de otro, el “outlaw country”, una especie de alternativa disidente, de músicos fuera de la línea trazada por la industria del género. Estos forajidos del country, entre los que podemos nombrar a nombres tan conocidos como Waylon Jennings, Kris Kristofferson, Willie Nelson o nuestro protagonista de hoy: Johnny Cash, reivindicaban un country menos encorsetado y previsible, defendían la creatividad, la ejecución instrumental sin artificios impuestos por las productoras discográficas, el entronque con el folk y el country tradicional y, a la vez, se mostraban cercanos a los planteamientos formales y musicales del rock.

Las letras del outlaw country son más introspectivas, reflexivas y comprometidas que las del sonido Nashville, incluso hay canciones que podríamos englobar en la categoría de canción protesta, algo no excesivamente habitual en el country. Un ejemplo de ello lo tenemos con el tema titulado “Man in Black”, incluido en el álbum del mismo título; fue publicado en 1971, y en él intervinieron músicos como June Carter, Carl Perkins, Norman Blake, Billy Grant o W.S. Holland. Johnny Cash, conocido como “el hombre de negro” -de una manera más decidida después de publicar esta melodía- trató de explicar en esta canción por qué utilizaba esta indumentaria en sus conciertos. Eduardo de Frutos, en la imprescindible web River of Country, nos cuenta que escribió el tema en un fin de semana de febrero de 1971, después de una conversación con los estudiantes de la Universidad de Vanderbilt en torno a los problemas, desequilibrios e injusticias de la sociedad que les había tocado vivir:

Viste de negro por los pobres y los desheredados que viven en el lado sin esperanza de la ciudad, por el prisionero que hace tiempo que ha pagado por su crimen pero sigue ahí porque es una víctima más de los tiempos, por los que nunca han oído ni leído las palabras que dijo Jesús acerca del amor y la caridad, por los enfermos y ancianos, por las vidas que pudieron ser -una referencia a la guerra de Vietnam, ya que añade que cada semana perdemos a un centenar de jóvenes-, por los miles que han muerto creyendo que Dios estaba de su lado y por los que han muerto creyendo que nosotros estábamos de su lado. En definitiva, que le gustaría llevar un arcoíris todos los días pero, hasta que las cosas vayan mejor, será el hombre de negro. Según Rosanne, la hija de Johnny, esta canción tiene un significado especialmente profundo. En sus palabras, refleja la tristeza, las convulsiones, la noche oscura del alma por la que pasaba frecuentemente”.

Eduardo de Frutos, publicado en River of Country

Como podéis ver, la canción es atemporal y, por supuesto, sigue teniendo validez en la actualidad; en el comentario que dejé en aquella entrada de Eduardo, dedicada a “Man in Black”, traté de reivindicar la necesidad de un “día de negro” (al fin y al cabo, tenemos días para asuntos diversos), en el que todos nos vistiéramos así y, al menos durante un día al año, no miráramos para otro lado al encontrarnos con los problemas y las injusticias que habitualmente nos rodean. Finalizo con la interesante versión de “Man in Black” realizada por Loquillo, con letra en español, adaptada y traducida libremente del original en inglés.

¡Felices fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes!

Pekenikes / Dick Dale & His Del-Tones / The Outlaws. “(Ghost) Riders in the Sky: A Cowboy Legend”

Stan Jones fue un compositor y actor estadounidense, que entró en el cine gracias a su amigo John Ford, uno de los directores más importantes que ha dado el Séptimo Arte. A Stan Jones se debe la música de westerns inolvidables como “Río Grande” o “Centauros del Desierto”, aunque su canción más recordada es “(Ghost) Riders in the Sky: a Cowboy Legend”, también conocida con otros títulos: “Riders in the Sky”, “Ghost Riders”, “Ghost Riders in the Sky” y “A Cowboy Legend”. Este tema, cuya melodía recuerda a la canción popular de la Guerra Civil Americana “When Johnny Comes Marching Home”, fue compuesto por Jones a partir de una historia que escuchó de un anciano nativo americano cuando tenía doce años; según este relato, los indios americanos -quizás apaches del condado de Cochise- creían que, cuando las almas abandonaban los cuerpos físicos, se quedaban vagando por el cielo, como si fueran jinetes fantasmas. La canción, probablemente influenciada por la mitología escandinava, nos habla de cómo un rebaño de vacas con los ojos rojos cruza el cielo perseguido por unos jinetes fantasmas; uno de ellos le advierte al narrador que, si no cambia su comportamiento, acabará por unirse a ellos en una persecución eterna de esta manada demoniaca a través de los cielos.

Stan Jones debió grabar la copia original a finales de 1948 o comienzos de 1949; de este año son también las versiones de Burl Ives, Peggy Lee, Bing Crosby o Gene Autry. Obviamente, el género country atesora buena parte de las interpretaciones que se han hecho de esta canción; véanse, por ejemplo, las debidas a artistas como Jimmie Rodgers, The Brothers Four o Johnny Cash (tal vez la versión más conocida de todas), por citar sólo algunos ejemplos. También hay versiones melódicas (como la de Bobby Vinton), pop (como la de Tom Jones), en idiomas distintos del inglés (como la de Milton Nascimento, en portugués, o la de Pedro Vargas, en español) y otras verdaderamente curiosas, como la de Tom Jones y Raphael, cantada en español e inglés.

Sin embargo, para esta ocasión nos vamos a quedar con tres versiones dentro del ámbito del rock, dos de ellas instrumentales y la última cantada. Comenzamos con la de los españoles Pekenikes, recogida en su primer EP (“Madrid”, 1961); continuamos con la de Dick Dale & His Del-Tones, que formó parte del álbum titulado “King of the Surf Guitar” (1963); y finalizamos con la de la banda estadounidense Outlaws para el disco “Ghost Riders”, publicado en 1980. Pero hay más versiones rockeras, tanto instrumentales (The Ventures, The Shadows, Los Iracundos, Bert Weedon o The Trashmen) como cantadas (Sleepy LaBeef, Elvis Presley o Children of Bodom), seguro que cada uno de vosotros tendréis vuestra versión preferida. Recordamos que esta canción inspiró uno de los temas emblemáticos de los psicodélicos The Doors, “Riders on the Storm”, al que ya dedicamos una entrada en el año 2014.

Stan Jones (1914-1963)

The Everly Brothers / Ray Charles / Madeleine Peyroux . “Bye Bye Love”

Los hermanos Don y Phil Everly se iniciaron en la música gracias a su padre, guitarrista como ellos, que inculcó en sus hijos el gusto por el country a través de la escucha de programas radiofónicos. Tal y como nos cuenta Eduardo Izquierdo en su libro titulado Country rock. Historia, cultura, artistas y álbumes fundamentales (Barcelona: Ma Non Troppo, 2016; págs. 85-86), llegaron a actuar alguna vez en la radio, junto a su padre, y pronto consiguieron grabar un sencillo (“The Sun Keeps Shining”, 1956) con Columbia, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, este trabajo llamó la atención del guitarrista Chet Atkins, quien se quedó enamorado con la manera que tenían de ejecutar las melodías mientras tocaban sus guitarras acústicas. Su primer álbum, titulado “The Everly Brothers”, fue publicado en 1958; en él se incluyó su primer gran éxito, “Bye Bye Love”, tema protagonista de hoy, con el que se presentaron ante la comunidad musical, con ese estilo tan característico, entre el rockabilly edulcorado y el country “rockerizado”. Consiguieron sus principales éxitos durante la década de 1950; no les fueron tan bien las cosas en los sesenta, quizás el repertorio tuvo la culpa, pero también sus adicciones, los roces, las incompatibilidades y las discusiones entre los hermanos. Se separaron en 1973, volvieron a trabajar juntos durante los años ochenta y, finalmente, abandonaron su actividad como dúo en el año 2006; en enero de 2014 falleció Phil y, más recientemente Don, el pasado mes de agosto.

Bye Bye Love” es un tema compuesto por el matrimonio Felice y Boudleaux Bryant, los mismos que escribieran otras canciones de los Everly Brothers, como “Love Hurts”. Tras ser rechazada por otros artistas, fue grabada por los hermanos en 1957, para el sello discográfico Candence Records; contó con buenos músicos de sesión, además del propio Chet Atkins a la guitarra. Coincidentes en el tiempo, son las versiones de Chuck Miller con Carl Stevens & His Orchestra, Webb Pierce o Rory Blackwell, entre otras. Después vendrían las de Roy Orbison, Anita Kerr Singers, Count Basie, The Righteus Brothers, Loretta Lynn & Conway Twitty o Rita Coolidge. Hay dos versiones especialmente conocidas, las de Simon & Garfunkel, grabada en directo e incluida en el disco “Bridge Over Troubled Water” (1970); y la de George Harrison, con cambios en la letra, incluso en la melodía, que formó parte de su disco “Dark Horse” (1974). Para acompañar a los Everly Brothers, os propongo otras dos: la de Ray Charles para el Lp “Moderns Sounds in Country and Western Music” (1962) y la de Madeleine Peyroux, incluida en el disco “The Blue Room” (2013). Finalizamos con algunas interpretaciones españolas, en concreto las debidas a Los Cinco Latinos, Los Hermanos Carrión, Dúo Dinámico y Joan Chamorro & Magalí Datzira, ésta última francamente interesante.

Warren Zevon. «Carmelita» / Los Secretos. “Agárrate a mí María”

Enrique Urquijo fue uno de nuestros principales activos musicales en la España pop de las décadas de 1980 y 1990, y de los más recordados para los de mi generación. Formó parte del grupo Tos -banda protagonista en la irrupción del movimiento cultural conocido como “Movida”, en esta otra entrada nos ocupábamos de ello-, de su continuadora Los Secretos y de un proyecto más personal, conocido como Enrique Urquijo y Los Problemas, en el que, en un tono más intimista y acústico, junto a su inseparable Begoña Larrañaga (acordeón), hacía versiones de Los Secretos y de otros autores, además de cantar otros temas compuestos por él. Falleció el 17 de noviembre de 1999, a los treinta y nueve años, víctima de una sobredosis cuando apenas tres meses antes se había declarado a su novia, Pía Minchot, con quien pensaba casarse. No fue la primera vez que Enrique Urquijo vio alguna esperanza para su vida; unos años antes, en 1994, nació su hija María, fruto de su relación con Almudena Navarro Barrio. Entonces quiso creer que María le proporcionaría la fuerza necesaria para abandonar definitivamente las drogas; le dedicó dos canciones: “Pero a tu lado” y “Agárrate a mí María”.

Ésta última era un grito desesperado de auxilio, una historia terrible, en la que resumía cómo era su vida y lo desgraciado que era. La canción, acreditada en letra y música a Enrique Urquijo, fue publicada como single en 1996 por su grupo Los Secretos y, posteriormente, fue incluida en el álbum recopilatorio de esta banda titulado “Grandes éxitos” (1996) y en el, también recopilatorio, “Lo mejor de Enrique Urquijo y Los Problemas” (2001). Es uno de los temas habituales en los conciertos de los Secretos; aquí tenéis una actuación de 1996, aquí otra -ya sin Enrique Urquijo-, en este vídeo podéis ver a Los Secretos y a Rozalén interpretando esta melodía y en este otro tenemos a Enrique Urquijo y Los Problemas, también en directo, a ritmo mexicano. Una de las versiones más conocidas de este tema es la que realizó Antonio Vega, junto a Los Secretos, para el álbum “Los Secretos. A tu lado. Un homenaje a Enrique Urquijo” (2000).

Aunque “Agárrate a mí María” es una de las canciones emblemáticas del pop español, lo cierto es que presenta un gran parecido con el tema titulado “Carmelita”, del cantautor estadounidense Warren Zevon, uno de los músicos de referencia -y fuente de inspiración- de Enrique Urquijo. La melodía es muy similar, mientras que con la letra sucede algo parecido; “Carmelita” nos cuenta la historia de un drogadicto (también heroinómano) en una situación límite, que trata de refugiarse en Carmelita; adivinad qué es lo que le pide: que le abrace muy fuerte … La canción fue inicialmente grabada por el cantante estadounidense Murray McLauchlan, en 1972, aunque cuatro años después lo haría el propio Warren Zevon; aquí tenéis un directo suyo del año 1976 y aquí otro, junto a Jackson Browne. “Carmelita” tuvo bastante éxito en la voz de Linda Rondstad, aunque existen más versiones, como las de Flaco Jiménez & Dwight Yoakam, Adam Duritz, The Bronx, GG Allin & The Criminal Quartet o Willy DeVille. Por último, os recomiendo que escuchéis otra canción, “Seven Spanish Angels”, escrita por Troy Seals y Eddie Setser, y grabada por Ray Charles & Willie Nelson en 1984 ¿No se parece también a “Carmelita”?

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