Durante las décadas de 1960 y 1970 el country estuvo dominado por el movimiento conocido como “sonido Nashville”; productores como Owen Bradley o Chet Atkins, y artistas como Jim Reeves, Loretta Lynn, Dolly Parton o Patsy Cline, ofrecían un producto apto para todos los públicos, con melodías suaves y sencillas, en el que se tomaban prestados elementos procedentes del pop, y se escribían letras con poca carga intelectual y no excesivamente reflexivas. Este movimiento – que ha acabado conformando la orientación predominante en el country actual, en la que abunda más el pop que los valores musicales del viejo bluegrass- fue contestado por la facción más rockera del colectivo country; de un lado el “sonido Bakersfield” -antecedente del country-rock- y, de otro, el “outlaw country”, una especie de alternativa disidente, de músicos fuera de la línea trazada por la industria del género. Estos forajidos del country, entre los que podemos nombrar a nombres tan conocidos como Waylon Jennings, Kris Kristofferson, Willie Nelson o nuestro protagonista de hoy: Johnny Cash, reivindicaban un country menos encorsetado y previsible, defendían la creatividad, la ejecución instrumental sin artificios impuestos por las productoras discográficas, el entronque con el folk y el country tradicional y, a la vez, se mostraban cercanos a los planteamientos formales y musicales del rock.
Las letras del outlaw country son más introspectivas, reflexivas y comprometidas que las del sonido Nashville, incluso hay canciones que podríamos englobar en la categoría de canción protesta, algo no excesivamente habitual en el country. Un ejemplo de ello lo tenemos con el tema titulado “Man in Black”, incluido en el álbum del mismo título; fue publicado en 1971, y en él intervinieron músicos como June Carter, Carl Perkins, Norman Blake, Billy Grant o W.S. Holland. Johnny Cash, conocido como “el hombre de negro” -de una manera más decidida después de publicar esta melodía- trató de explicar en esta canción por qué utilizaba esta indumentaria en sus conciertos. Eduardo de Frutos, en la imprescindible web River of Country, nos cuenta que escribió el tema en un fin de semana de febrero de 1971, después de una conversación con los estudiantes de la Universidad de Vanderbilt en torno a los problemas, desequilibrios e injusticias de la sociedad que les había tocado vivir:
“Viste de negro por los pobres y los desheredados que viven en el lado sin esperanza de la ciudad, por el prisionero que hace tiempo que ha pagado por su crimen pero sigue ahí porque es una víctima más de los tiempos, por los que nunca han oído ni leído las palabras que dijo Jesús acerca del amor y la caridad, por los enfermos y ancianos, por las vidas que pudieron ser -una referencia a la guerra de Vietnam, ya que añade que cada semana perdemos a un centenar de jóvenes-, por los miles que han muerto creyendo que Dios estaba de su lado y por los que han muerto creyendo que nosotros estábamos de su lado. En definitiva, que le gustaría llevar un arcoíris todos los días pero, hasta que las cosas vayan mejor, será el hombre de negro. Según Rosanne, la hija de Johnny, esta canción tiene un significado especialmente profundo. En sus palabras, ‘refleja la tristeza, las convulsiones, la noche oscura del alma por la que pasaba frecuentemente’”.
Eduardo de Frutos, publicado en River of Country
Como podéis ver, la canción es atemporal y, por supuesto, sigue teniendo validez en la actualidad; en el comentario que dejé en aquella entrada de Eduardo, dedicada a “Man in Black”, traté de reivindicar la necesidad de un “día de negro” (al fin y al cabo, tenemos días para asuntos diversos), en el que todos nos vistiéramos así y, al menos durante un día al año, no miráramos para otro lado al encontrarnos con los problemas y las injusticias que habitualmente nos rodean. Finalizo con la interesante versión de “Man in Black” realizada por Loquillo, con letra en español, adaptada y traducida libremente del original en inglés.
¡Felices fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes!

Justo eso iba a comentar, que deberíamos vestirnos de negro también ahora pues la letra de la canción no ha pasado de moda en absoluto.
Buen tema.
Besos, Raúl
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Incluso en Navidad, ¿verdad? O, aún mejor, precisamente en Navidad. Gracias, Evavill. Besos.
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Al leer me ha venido a la cabeza la canción de Loquillo, pensaba igual se había inspirado en esta, pero no que fuera una versión… En fin, ya sabemos lo de mi oído musical, ja, ja.
Voto tu propuesta de un día al año de negro, luego otro, y otro… y así, quizá, llegaría un momento en que no hiciera falta.
¡Un abrazo!
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Suele pasar cuando la versión es muy conocida, y la de Loquillo lo es. Habrá que sugerirlo a quien lleve lo de los días dedicados, ¿no? Porque tiene que haber alguien que gestione todo eso, jajaja. Abrazos.
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Yo creo que hay más de una persona, porque algunos días se entienden, pero otros… madre mía, ja, ja
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