“Las Noches del Botánico”, evento musical que está convirtiéndose en imprescindible para quienes buscamos el frescor de la música en las calurosas noches del verano madrileño, acaba de publicar su programa de actuaciones; desde hoy sabemos que dos días estarán dedicados a Loreena McKennitt. Esta canadiense de ascendencia escocesa e irlandesa es una de las figuras más destacadas de la música celta y la «world music«. Tal y como ella misma señala en su web oficial, nació en una zona rural de Manitoba (Canadá), hija de una enfermera y de un comerciante de ganado; decidida a cursar los estudios de Veterinaria, abandonó la idea cuando conoció la música celta en la década de los setenta, viajó a Irlanda para conocerla mejor y aprendió a tocar el arpa céltica, sin duda influenciada por el gran maestro, el bretón Alan Stivell, al que ya tuvimos aquí en una vieja entrada publicada en 2014. Regresó a Canadá y comenzó a tocar en las calles hasta que consiguió financiación para grabar su primer álbum (“Elemental”, 1985). Desde entonces ha publicado una decena de discos de estudio, tal vez no demasiados para una carrera tan larga como la suya; esto puede deberse, en primer lugar, al complejo proceso creativo que envuelve a cada uno de sus trabajos, en los que se documenta e investiga a fin de conseguir los sonidos y el alma de aquellas comunidades a las que homenajea con su elegante y delicada instrumentación, y con esa inconfundible voz que parece acariciar los sentimientos; y, en segundo lugar, porque Loreena es también una mujer de negocios que tiene su propia discográfica, y a quien también le interesan asuntos como la musicoterapia, las relaciones entre fisiología, espiritualidad y música, y las iniciativas cívicas, caritativas y filantrópicas. En 1991 publicó su cuarto disco de estudio: “The Visit”; según ha comentado, porque
“Desde hace mucho tiempo considero a los impulsos creativos como una visita, una especie de bendición, quizá no tan impuesta o poseída, como esperada, para la que me preparo. Una especie, también, de misterio. Este disco se esfuerza por explorar algo de ese misterio”.
Concibió este disco tras visitar la exposición “Los Celtas. La primera Europa” (Palazzo Grassi -Venecia-), donde había piezas de arte celta procedentes de territorios como Hungría, España, Ucrania, incluso países de Asia Menor; para Loreena fue como una revelación:
“Hasta que fui a esa exposición, yo creía que los celtas provenían sólo de Irlanda, Escocia, Gales y Bretaña. Era como haber pensado siempre que en tu familia sólo existen tus padres y hermanos, para de pronto darte cuenta de que hay toda una parte de historia que es una extensión de lo que eres tú. Me sentí entusiasmada y quise saber más, por eso emprendí viaje a aquellos territorios. Esa exposición de Venecia fue para mí como una puerta que, al abrirla, me conduciría al pasado”.
El disco es una verdadera delicia, con temas tan interesantes como “Bonny Portmore”, “Greensleeves” (la leyenda dice que fue escrito por Enrique VIII), “The Lady of Shalott”, “Between the Shadows” o esa maravilla titulada “Tango to Evora”, un instrumental tarareado por Loreena que ya emociona desde que escuchamos los primeros acordes. Esta canción (aquí tenéis una versión en directo) fue compuesta por ella inicialmente como música de cabecera y cierre para el documental canadiense “The Burning Times” (1990), en el que se relatan los juicios sobre brujería en la Europa Moderna (aquí lo podéis ver).
¡Qué canción tan bonita! Había escuchado algo de ella porque la música de estilo celta me gusta mucho.
Creo que tiene razón en lo que dice sobre la creación artística, es algo misterioso y no responde tanto a lo racional como a una especie de intuición.
Un saludo, Raúl
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Ella es concienzuda en la preparación de sus discos, se informa, se documenta, intenta empaparse de las diferentes culturas y tradiciones, sin embargo cuando hace música es capaz de transformar todo eso en arte. Me parece que eso está al alcance de muy pocos. Saludos, Evavill.
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Es una música muy emotiva y evocadora. El vídeo del directo, aunque la calidad no es muy buena, me ha encantado.
Un abrazo
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En este caso tenía que poner sí o sí una actuación en directo, aunque el sonido no fuese muy bueno. Ver a Loreena tocar el arpa y cantar es como un regalo. Creo que hoy mismo ha salido el programa para «Las Noches del Botánico», estaría muy bien ir a verla. Un abrazo.
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He escuchado solo un poco de la música de Loreena a día de hoy (quizás de ahí mi opinión), y sin dejar de dudar de su belleza, calidad y mérito, me llega muy poco, salvo para oírla de fondo, casi como de ambiente, en plan chill out. O a lo mejor sucede que aún décadas después, siga empachado con el atracón de Gwendal y Stivell por el que pasamos casi todos los de mi generación en los años 70. Y lo he intentado, pero también me ocurre que me traslada a una representación en un mercadillo medieval, al igual que Enya me sitúa en unos grandes almacenes comprando polvorones. Ya se sabe, eso de las asociaciones emocionales y demás jugarretas que nos juega el “celebro” cuando “cerebramos”. Quizás sea cuestión de oír su música degustando un buen malta. Voy a probar. De momento, a lo del malta, que es una apuesta segura, y luego ya iré poniendo la música, a ver si hay suerte y hoy no me encallo en Stairway to Heaven.
Saludos, y a seguir disfrutando de la música.
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La música es capaz de resistir el paso del tiempo y de sobreponerse a las modas, pero lleva muy mal la tortura. Ni siquiera una obra de tanta calidad como la de Loreena McKennitt puede soportar el «efecto Kenny G», es decir, su uso indiscriminado en ascensores, salas de dentistas y hospitales privados que intentan transmitir quietud y relajación. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido con «Shine On You Crazy Diamond» si lo hubieran utilizado para estos mismos fines (tal vez no debiera dar ideas …) o con Led Zeppelin si se hubiera utilizado como música de los coches de choque, en lugar de la de Camela. A menudo se ha comparado a Loreena con Enya, yo creo que más que nada por la suavidad de su música, aunque creo que la propuesta musical de la primera es más rica en matices y más compleja. En cuanto a Gwendal y Stivell, ya han aparecido por aquí, al igual que Labanda (https://laguitarradelasmusas.com/2017/06/19/labanda-suenos-diabolicos/), una de las mejores propuestas de este género que hemos tenido en España. Saludos, Caito.
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Me hipnotizó…¡que bueno! No sabía nada de la música celta,la voz y la música hacen una armonía absoluta. Segurisimo que tiene efecto terapéutico, se esfumaron todas mis alteraciones del día . En lugar de una taza de tila antes de dormir la musica celta con Loreena McKennit. Me encantó , gracias . Un abrazo.
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¡Qué bien que te haya gustado! A mí me parece una música de gran calidad, ideal para determinados momentos del día, y también de ánimo. Un abrazo.
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Estoy escuchando la segunda vez…lloro con las lágrimas buenas…algo pasa conmigo.
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A mí también me parece un tema emocionante, ya verás cuando lo escuches por tercera vez …
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Por cierto, si te ha gustado Loreena, prueba con el maestro del arpa céltica Alan Stivell: https://laguitarradelasmusas.com/2014/06/30/alan-stivell-marv-pontkalleg/
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Fue Trecet el que me hizo conocer a Lorena. Tanto me gustó que compre un CD. Pero luego ne le seguí la pista. Me imagino que iras al botánico. Ya lo contaras.
El titulo del tema lo sugiere, tiene un aire muy portugués muy de Madredeus. Me gusta mucho es aire portugués.
Sorprendente el Greensleves, clásico muy jazzístico.
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La verdad es que me gustaría ir, pero aún tengo que estudiar todo el programa bien para ver a qué me apunto finalmente, y si me busco compañía para ir; por supuesto, si voy lo contaré. Lo de Evora tiene que ver con el contexto de la canción dentro del documental para la que fue escrita, creo recordar que allí hubo algún tribunal de la Inquisición; está claro que Loreena le ha sabido dar el tono musical adecuado, portugués con ritmo de tango o milonga (creo que más bien esto último, aunque aquí me pierdo un poco). A mí también me recuerda mucho al estilo de Dulce Pontes. «Greensleeves» es un tema buenísimo, un clásico del folclore británico, que da para otra entrada; por supuesto, tiene versiones hechas desde el ámbito del jazz: John Coltrane, Ray Barretto, etc. Saludos.
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Me encanta desde hace muchos años Loreena McKennitt, mi desmedida afición por la música Celta no me la dejó pasar y soy un enamorado de su música, aunque me tire más el lado gamberro de los Pogues o The Men They Couldn’t Hang …
Abrazos!!!
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Es verdad que como música celta se suele etiquetar a propuestas muy diferentes unas de otras, algunas se sitúan cerca del rock, otras del folk y la música ambiental, incluso hay grupos cercanos al punk como The Pogues o The Men They Couldn’t Hang. Un abrazo, Alex.
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¡Gracias por este artículo!
Con Loreena siempre me ha sido difícil elegir, de entre todos, con qué tema quedarme. Sin duda el que más he escuchado en estos 30 años sea «Tango to Evora».
La verdad es que tuve la suerte de disfrutar en directo de su magia, en la gira del maravilloso disco «An ancient muse». Y me emocionó no sólo su música. También su recuerdo a dos músicos que acababan de morir en accidente de tráfico, Carlos Redondo e Igor Medio, a los que dedicó parte de su concierto.
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Gracias a ti, Carlos, por leer y comentar. Yo estuve a punto de verla el año pasado, en Las Noches del Botánico, en Madrid, pero al final opté por The Chiftains y Carlos Núñez, entre otras cosas porque ya casi no quedan entradas para Loreena, pero la próxima vez intentaré ir a verla. Saludos
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Excelente resumen, muchas gracias por su aportación.
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¡Bienvenida a La Guitarra de las Musas, Pilar! Muchas gracias por leer, escuchar y participar. Saludos.
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