Ya lo he comentado en otras ocasiones, Triana es, en mi opinión, el mejor grupo de rock sinfónico que ha tenido España. En la entrada que dediqué a “Luminosa Mañana”, os hablaba de su primer y excepcional álbum, “El Patio” (1975), en el que las metáforas, las paranoias psicodélicas y la reivindicación poética de la libertad acompañaban a un rock progresivo de gran calidad, impregnado de fragancias andaluzas. Su segundo trabajo de estudio, “Hijos del Agobio” (1977), estuvo a la altura del primero, tanto en la parte musical como en las letras, en esta ocasión más explícitas, más combativas, llenas de fuerza, indignación y tormento; así nos lo ha explicado recientemente Eduardo Rodríguez Rodway, la guitarra española de Triana, uno de los tres miembros de esta legendaria banda:
“El título del disco, Hijos del agobio, es lo que éramos nosotros, hijos del dolor, la generación de la posguerra. Crecimos sin podernos ni mover. Yo iba con mi novia por Sevilla, le daba un beso y venían los municipales gritando y querían llevarme a comisaría. Esto no lo habéis vivido. Esto hay que explicarlo, la gente tiene que saber lo que se ha sufrido en este país. España nunca ha estado mejor que ahora, a pesar de que estén dando la lata el Rajoy, el otro, Maroto y el de la moto”.
Una de las señas de identidad de este Lp es su portada, obra del artista Máximo Moreno quien, según sus propias palabras, quiso representar al “Ángel caído, dueño y señor de los infiernos que lanza un grito de queja (Quejío) porque está hasta los cojones de la cantidad de mierda que le mandan, incluida la polución que les acompaña”. Luis Clemente, en su libro Triana: la historia (Sevilla: 27PAC / Madrid: SGAE, 1997), recoge una explicación del autor del dibujo algo más explícita:
“El dibujo está dividido en dos partes: portada con una escalera central por la que descienden estos personajes, mitad humanos, mitad monstruos, que al ir descendiendo los peldaños van sufriendo una transformación degradante, que dejan de ser humanos para llegar a ser monstruos. Comienza con la muerte, porque es como un infierno. Hay garras de ave, bandera americana, claro, esto era la época del fascismo, el que está masturbándose con toda la cabeza llena de poyas y los labios pintados, el que nada más que piensa todo el día en lo mismo; después está la madre patria, con su bastón y su peineta; la mujer cuerpo, que está todo el día en el gimnasio poniéndose cachas y al final acaba ahogándose ella misma; éste es el oscuro, que te da cuando menos te lo esperas; aquí está el militarista con manos de serpiente, y hay un par de guardianes; la folclórica con la estola y las tijeras para ir cortando banditas, el señorito andaluz con la estampa de la virgen en el sombrero y también va de garras; y debajo hay de todo, desde la rey hasta el sheriff pasando por el lord… este es Valera, que me vendió un jamón podrido y lo metí aquí” (consultado en el blog Triana: Discografía).
Elegir una sola canción de este excelente álbum es como pedir a un padre o una madre que señale a su hijo favorito; son ocho temas, imprescindibles en la historia de este grupo: “Hijos del Agobio”, “Rumor”, “Sentimiento de amor”, “Recuerdos de Triana”, “¡Ya está bien!”, “Necesito”, “Del Crepúsculo lento nacerá el rocío” y, por supuesto, “Sr. Troncoso”, una canción que, tal y como indica Eduardo Rodríguez Rodway, nos habla de “un aparcacoches alcohólico del Pozo Santo en Sevilla, que había sido legionario. Era un hombre muy singular, perdido, no encontraba su norte y había que ayudarlo. La canción la compuso Jesús de la Rosa y es una maravilla”. En cuanto a la parte musical, os recomiendo que, si nunca habéis escuchado “Sr. Troncoso”, os dejéis seducir por su ritmo folk, por las voces de Jesús y Eduardo, y por ese crescendo construido a base de guitarras y palmas. Aquí tenéis un interesante vídeo en el que les podéis ver ejecutando este tema en directo y, al final, Jesús de la Rosa cuenta la historia del Sr. Troncoso; en este otro les tenemos en el programa de televisión “Aplauso”; y, para finalizar, os dejo esta versión a cargo de Javier Ruibal.
No sé si los mejores pero desde luego son muy, muy buenos. Me ha gustado mucho eso de «impregnados de fragancias andaluzas».
No sabía de dónde venía ese » hijos del agobio». Está muy bien puesto. Época agobiante, sí. Y hasta asfixiante.
Saludos, Raúl.
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Efectivamente, es una valoración muy subjetiva, hay otras bandas que también podrían figurar ahí, como Iceberg, Bloque, Canarios, Gotic, Crack, etc. Para mí son los mejores del rock sinfónico hispano por trayectoria (sus tres primeros discos son fundamentales para este género) y por la influencia que ejercieron en el rock andaluz durante los setenta y ochenta. Todo en ellos es muy andaluz y, a la vez, muy vanguardista, algo parecido a lo que experimentas cuando escuchas a Smash, de los que hablé hace alguna semana, aún más antiguos que Triana. Está bien lo que dice Eduardo Rodríguez, a veces nos olvidamos de valorar lo que tenemos, sobre todo cuando lo comparamos con aquella etapa tan oscura y opresiva. Saludos, Evavill.
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Tienes razón, chulísima esa mezcla de palmas y guitarras. En una de las primeras entradas tuyas que leí-escuché conocí a este grupo, y ya me gustó.
Qué morriña con la foto de la cinta…
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La cinta está mugrienta, jajaja, pero aún funciona, le tengo mucho cariño. No es el tema más progresivo de esta banda, pero tal vez es de los que mejor llegan a todo el mundo, por esa emoción que transmite. Saludos.
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Intento entender el género, de momento no lo tengo claro si me gusta o no…no entiendo . La foto de la cinta es una pasada. Un abrazo.
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De vez en cuando pongo alguna foto de mis cintas, aunque estén ya un poco machacadas. Ponte la canción dos o tres veces seguidas, ya verás como te empieza a gustar. Abrazos.
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Totalmente de acuerdo contigo, me encantan Triana y no dudo de que fueron lo mejor que tuvimos por aquí en cuanto a estilo y composición musical. Siempre es agradable escucharlos y escapar durante un momento de la rutina que nos rodea. Un diez. Abrazotes, maestro Raúl
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No veas el éxito que ha tenido esta canción en los grupos de facebook donde habitualmente posteo las entradas, Triana sigue siendo un grupo muy recordado y querido. Abrazos, Fran, y ánimo con ese nuevo proyecto de La Cabaña.
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¡Vaya! pues me acabo de llevar un pequeño chasco, era una de esas que tenía pendiente contigo y casi terminada. En fin casualidades de la vida bloguera, no te preocupes algún uso le daré.
Emotiva canción, solo apuntar que el «añadido» final de guitarra eléctrica es obra de Antonio García de Diego tocando a lo Zeppelin.
Aquí también cuentan sobre el Sr Troncoso.
Una de mis canciones favoritas fuera de El patio, junto a Tu frialdad fuera también de sus maravillosos tres primeros discos. También la tienes ¡mecachis!
Abrazo 😉
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No hay problema Nostromo, en las Cinco Canciones de tu Vida se puede repetir todo lo que se quiera, de hecho hay canciones elegidas varias veces. Tampoco pasa nada porque ya haya aparecido como entrada normal. Lo importante son los recuerdos que uno tiene de cada canción, así que puedes volverla a enviar sin problemas. Y lo mismo digo de «Tu Frialdad» que, además, apenas tiene texto. Muchas gracias por los aportes; Antonio García de Diego es todo un clásico, también ha tocado con Miguel Ríos, con Sabina y con otros; me acuerdo que cuando tenía quince o dieciséis años comentábamos que Triana tenía un guitarrista «alquilado» porque sabíamos que no era ninguno de los tres miembros oficiales. Un abrazo.
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Estoy contigo en la gran calidad y lo necesario que es reivindicarlos en estos tiempos un poco ya distopicos donde todo se esta comparando y reescribiendo sin ponerse en el lugar de una España de un gran analfabetismo a todos los niveles, incluido el musical….. Por cierto la amiga Julia publicó ayer día de de la Música…. SALUDOS Y BUEN FINDE
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¡Sí, ha vuelto Julia!, a ver si continúa porque tiene un excelente gusto musical y nos ayuda a conocer grupos y músicas nuevas. Pues sí, Vidal, siempre se escucha la misma música y se lee muy poco, vamos hacia el analfabetismo total. Buen finde.
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