Mina Anna Maria Mazzini, conocida con el nombre artístico de Mina, es una de las grandes voces de la música pop y, probablemente, la cantante con más premios, reconocimientos y obra publicada de la música italiana. Nació en Busto Arsizio (Lombardía -Italia-), en 1940, aunque creció en Cremona (Italia), no en vano también es conocida con el sobrenombre de “Tigresa de Cremona”. Comenzó su carrera en un local de Pietrasanta (Italia), cantando versiones de R&R; en 1959 debutó en la tele, con uno de sus temas más conocidos: “Nessuno”; le terminó de llegar el éxito tras participar en los Festivales de San Remo de 1960 y 1961, hasta convertirse en una de las voces más reconocibles de Italia, una habitual en los programas de televisión, y también en el cine (intervino en casi una decena de películas, entre 1959 y 1967). Durante la década de 1970 fue abandonando sus apariciones en los medios, apenas aceptó conciertos fuera de Italia y rechazó papeles en películas de Fellini, incluso en “El Padrino”, de Coppola. A finales de los setenta decidió recluirse en su casa de Lugano (Suiza), donde se había trasladado en 1967; aunque ha seguido grabando discos con cierta regularidad, eso sí, sin someterse a giras y actos promocionales.
La canción que hoy nos ocupa, “Il cielo in una stanza”, fue grabada por Mina en 1960, publicada como single en junio de ese mismo año e incluida en su segundo álbum de estudio, titulado igual que la canción. Se trata de una pieza musical compuesta por el cantautor Gino Paoli -aunque inicialmente fuera inscrita con otra titularidad: Mogol (letra) y De Toang (música)-, autor de temas tan conocidos del cancionero pop italiano como “La gatta”, “Senza fine” o “Sapore di sale”. Al parecer, según ha manifestado el propio Paoli, la inspiración para esta canción vino después de un encuentro sexual con una prostituta de Génova, concretamente en una habitación con el techo pintado de morado. Esta canción fue rechazada por algunos intérpretes, incluso por Mina, hasta que se dejó convencer cuando la escuchó del propio Paoli, tocada al piano y, por qué no decirlo, también debido a la presión efectuada por la discográfica. Es lógico que Mina (y otros intérpretes) no quisieran saber nada de una canción que habla de practicar el sexo con una prostituta en un burdel de techo morado, sobre todo si tenemos en cuenta el nivel de intrascendencia y el tono ligero que venía siendo habitual en las canciones pop y melódicas que entonces se escuchaban en Italia. “Il cielo in una stanza” es una obra poética bella e innovadora, sin un estribillo marcado y con un crescendo musical que nos traslada desde lo onírico a lo íntimo, una manera de entender la música, más adulta y comprometida, que revolucionó el pop melódico en el país transalpino.
Aquí podemos ver a Mina, en 1961, interpretando esta canción en televisión, aquí otro directo suyo de 1962 y, en los siguientes enlaces, versiones de este tema cantadas por Mina en español, inglés y alemán. Entre las numerosas versiones realizadas por otros artistas, mencionaremos una de la ejecutadas por el autor y las de Connie Francis, Franco Battiato y Margheritta Pirri (no os perdáis el vídeo). No quiero acabar sin recomendar una serie, que a mí me ha parecido fabulosa, la mejor que he visto este año; os hablo de “Ripley”, una adaptación de la novela de Patricia Highsmith, que ya tuvo su película en 1999 (“El talento de Mr. Ripley”); en el capítulo 2 se incluye una escena bellísima (aquí la tenéis), en la que esta canción es la protagonista.

Cuando he visto a Mina me ha venido a la cabeza su imagen, más años setenta, sin cejas (o casi inexistentes) y cantando “Parole, parole, parole….” muy sofisticada y diferente de esta Mina más temprana y dulce pero ya con una voz portentosa. Casualmente pensaba en ella para una versión de una canción que pondré en algún momento, porque me gusta su estilo y su elegancia, tan de aquellos años, en los que en España se vivía mucho la música italiana. Iva Zanichi, Patty Pravo, Nada, Ornella Vanoni, Gigliola Cinquetti…. y Mina, la más moderna y rompedora. Pero volviendo a este tema, según quién lo canta suena de una manera u otra. La interpretación de Mina me ha parecido muy clásica y cantada con mucha sensibilidad y matices. De las otras me han gustado especialmente las masculinas, la del propio Paoli (irresistible) y la de mi querido Battiato. No conocía la canción y me ha parecido preciosa y bastante flipante la letra (¿una prostituta y un techo morado?) diría que en español se suavizó el contenido. De la serie que comentas (Muy chula la escena en blanco y negro y la cantante con ese look sesentero) ya sabía de ella, pero no tengo Netflix, veremos algún método alternativo, porque pinta muy bien. Bueno, Raúl, me ha encantado conocer mejor a Mina, casi recordando mi infancia y los singles familiares con muchas voces italianas en ellos. Que tengas una buena semana. Abrazos
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Es una imagen de Mina de característica, con los ojos pintados de negro y marcando mucho su mirada. Con el paso de los años fue abandonando las multitudes y la fama, y ha seguido haciendo buena música, entre melódica y jazzística; en cualquier caso, la Mina de entonces y la de ahora merecen que tú también le dediques una entrada. A mí la canción me parece una maravilla, y un atrevimiento para la época; en la letra no se aprecia con claridad el verdadero significado de la canción, todo es muy figurado y poético, así es más elegante y compatible con la Italia de aquellos años. No te pierdas «Ripley», todo en ella me gustó: la historia, las interpretaciones, la ambientación, la música y ese cautivador blanco y negro. Un abrazo, Eva, que pases una buena semana.
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Qué bonita voz y canción, a mí se me hace muy melancólica. La versión de Margheritta Pirri es preciosa y tienes razón, el vídeo merece mucho la pena, es muy especial aunque parezca simple (eso sí, no puedo evitar que me agobié un poco lo de verla tanto tiempo debajo del agua, me angustia mucho lo de ahogarse… ya sé que es una tontería).
Un abrazo
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Es melancólica, aunque con la interpretación y el vídeo de Margheritta Pirri se vuelve placentera y angustiosa a la vez, jajaja. Un abrazo, Luna.
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Lo que podría haber sido sórdido se convierte en poético y bello. Bonita voz la de Mina.
Besos, Raúl.
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Todo depende de cómo se digan las cosas y, en el caso de la música, de cómo se interpreten. Besos, Evavill.
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