“A la rueda, rueda”, “La chata Merengüela”, “El patio de mi casa” o “La tarara” son algunas canciones populares que, la cultura tradicional española, ha podido conservar gracias al juego infantil del corro. El tema protagonista de nuestra entrada de hoy, “La tarara”, es una canción popular de origen indeterminado, quizás árabe o sefardí, muy popular en diferentes territorios de nuestro país. Aunque fue conocida y bailada durante el siglo XIX, no parece que existan registros de su partitura hasta comienzos del siglo XX; por ejemplo, en la obra Folk-lore de Castilla o Cancionero Popular de Burgos (Burgos: Diputación Provincial, 1903; págs. 103-104), escrito por Federico Olmeda; o formando parte de la suite para piano “Iberia” (1905-1909), de Isaac Albéniz, en concreto como parte de la pieza “El Corpus Christi en Sevilla”. La recuperación definitiva de esta melodía tuvo lugar durante la década de 1930 -quizás algo antes-, gracias a la labor desempeñada por Federico García Lorca para preservar el cancionero popular español. Unificó la letra, que variaba en cada territorio donde se cantaba, e incluyó la canción en el repertorio de los espectáculos que llevó a cabo junto a Encarnación López Júlvez (“La Argentinita”); él tocaba el piano, mientras que ella cantaba y tocaba las castañuelas.
En una entrada anterior, dedicada el tema “Zorongo gitano”, hablábamos del disco titulado “Colección de Canciones Populares Españolas” (1931), en el que se incluyeron doce de aquellas canciones tradicionales que Lorca interpretaba en directo junto a “La Argentinita”. Llegado a este punto, me gustaría aclarar un error muy extendido en la blogosfera (ya sabéis, webs que se van copiando unas a otras, perpetuando el error): “La tarara” no formó parte de este histórico disco, sencillamente no está (no es tan difícil de ver), sin embargo sí debió ser cantada en estos espectáculos, tal y como señala Marco Antonio de la Ossa Martínez en su trabajo titulado “Federico García Lorca, la investigación musical y las Canciones Populares Españolas”, publicado en la revista Quadrívium, 9: 1-14. 2018. Esta canción infantil trata sobre una mujer poco juiciosa, quizás algo alocada, que incluso podía llegar a cantar o entonar una canción de manera ininteligible; de ahí quizás pudiera venir el término “tararear”; según el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (Barcelona: Gredos, 2008; pág. 528), de Joan Corominas, esta palabra tiene su origen en las “sílabas ta-ra-ra, que suelen formar la letra del tarareo”.
“La tarara” cuenta con muchísimas versiones, y en diferentes estilos (flamenco, pop, jazz, instrumental, folk, world music, canción melódica, género lírico, canción infantil, etc.), incluso aparece en alguna película española, como “La Novia”, en este caso cantado por su protagonista: Inma Cuesta. Entre quienes han interpretado esta canción, están: Joaquín Díaz, Jubal, Soledad Bravo, Mikaela, Ismael, Candeal, Nuevo Mester de Juglaría, Marisol, Los Grillos, Paco Montalvo, Daniel García Trío, Carmen Linares, Clara Montes, Pilar Lorengar, Teresa Berganza, Antonio Vega, Ana Belén, Pasión Vega, Radio Tarifa o el grupo infantil La Abuela. Para las tres versiones destacadas, os voy a proponer a Camarón, con ese arreglo -a cargo de Ricardo Pachón– entre el flamenco y la psicodelia jazzística, que formó parte del álbum “La leyenda del tiempo”; a Las Migas -cuando aún contaban con Silvia Pérez Cruz como cantante-, formando parte del disco “Reinas del Matute” (2010); y a la Orquesta Chekara Flamenca, un proyecto entre el flamenco y la música folclórica marroquí creado por el músico Abdessadeq Cheqara, autor de la adaptación de “La tarara” conocida como “Bent Bladi”.
