Madeleine Peyroux. «J’ai deux amours»

Tras la victoria de las tropas aliadas en las playas de Normandía, se trató de penetrar rápidamente en territorio alemán con el fin de acabar lo antes posible con la guerra. Sin embargo, al sur estaba París; su liberación era imprescindible para la Resistencia, para tratar de evitar un eventual gobierno aliado en su territorio y como símbolo de lo que debería ser la nueva Francia libre. Para el mando militar norteamericano la entrada directa en la ciudad suponía un verdadero quebradero de cabeza. Por ello, decidieron rodearla en lugar de entrar, sitiarla y esperar una mejor ocasión para tomarla; los franceses no se quedaron conformes y decidieron enfrentarse a los nazis desde dentro. Una vez conocida la noticia de que el ejército aliado se aproximaba, los trabajadores del Metro y de la Gendarmería Nacional se sublevaban; eso sucedía el 13 de agosto de 1944, dos días después hacía lo mismo la Policía y luego los carteros, a la vez que se requisaban vehículos con el objetivo de blindarlos para la batalla. El 18 de agosto se declaraba una Huelga General, se levantaban barricadas y se incrementaban las escaramuzas con las tropas alemanas. Unos días después, el Comandante de París, Dietrich Von Cholitz, recibía la orden de Hitler de defender la ciudad hasta el final y, cuando esto no fuera posible, destruirla para que los americanos no se la encontraran intacta, incluyendo los puentes sobre el río Sena y la mayor parte de los monumentos emblemáticos. Mientras tanto, el general Leclerc, desobedeciendo las órdenes de sus superiores estadounidenses, entró en París al mando de la 2ª División Blindada, que comenzó a atacar la ciudad el 21 de agosto, sin contar con apoyo aéreo aliado. Al frente de la División iba la 9ª Compañía de Reconocimiento, conocida como «La Nueve», formada casi exclusivamente por soldados españoles, unos ciento cincuenta, antiguos componentes del Ejército Popular Republicano, las primeras voces que escuchó el pueblo de París cuando «La Nueve» entró por la Porte d’Italie. El 25 de agosto el Estado Mayor alemán, Dietrich Von Cholitz incluido, fue hecho prisionero por los españoles (con uniforme francés) Francisco Sánchez, Antonio Navarro y Antonio Gutiérrez. Finalmente Cholitz desobedeció las órdenes de Hitler y no destruyó París; para algunos fue un héroe, para otros un opresor. La novela «¿Arde París? (1964), de Larry Collins y Dominique Lapierre, describe con detalle los momentos previos a la liberación de París, incluso también se ha hecho un largometraje. Recientemente he tenido la oportunidad de revivir este episodio a través de la película francesa «Diplomacia» (2014), en la que se plantea la hipótesis de la intermediación diplomática del cónsul sueco para evitar el desastre. Al acabar, con los títulos de crédito, me quedé pensando en este episodio de nuestra historia mientras sonaba «J’ai deux amours» en la maravillosa voz de Madeleine Peyroux.

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Autor: Raúl

Me llamo Raúl Rodríguez, me dedico a la docencia universitaria y a la investigación en el ámbito de la Historia de la Ciencia, actividades que forman parte de mi vida desde que acabé la carrera, allá por 1986. Sin embargo, la música está conmigo desde mucho antes, desde mi infancia y primera adolescencia, y ha sido siempre una leal compañera. Decidí abrir un blog de canciones con el propósito de encauzar mis inquietudes musicales a través de un canal que pudiera ser sintonizado por otras personas con intereses similares y que, además, sirviera como foro de opinión para todos aquellos que quisieran compartir su pasión por la música. Decidí llamar a este espacio "La Guitarra de las Musas", en honor de las diosas griegas de las Ciencias y las Artes, especialmente de la Poesía y la Música. Quiero pensar que si hubieran tenido guitarras –y baterías, bajos, teclados y demás instrumentos de nuestro tiempo- hubieran sonado como la música propuesta en este blog. En este espacio, el rock en casi todas sus vertientes será el protagonista pero, también, otros estilos como el blues, el jazz, el pop, el soul y las melodías más pegadas a nuestra cultura: cantautores, canción melódica, boleros, corridos mexicanos, tangos, rumbas e, incluso, copla. Por favor, que nadie se enfade conmigo si no encuentra aquí la música que le gusta; la selección de los temas y los comentarios realizados responden, únicamente, a mis intereses particulares que, como bien puede verse, están un poco anticuados. Todos aquellos que busquen música actual no la encontrarán en este sitio.

6 opiniones en “Madeleine Peyroux. «J’ai deux amours»”

    1. Es curioso cómo se plantea en la película «Diplomacia» la negociación entre el nazi y el cónsul, éste último se cuela por un pasadizo secreto en el cuartel general alemán que da a una puerta en la calle …

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    1. Este verano estuve a punto de verla en el Maadgarden Festival de Madrid y al final no pude ir … Al igual que tú, no quiero dejar pasar la próxima oportunidad que tenga. Saludos.

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  1. Que interesante entrada Raúl, e histórica… Le vas a hacer la competencia a Francisco Javier Tostado jejjeje
    Recuerdo siempre rodando por la librería de mi casa ‘Arde París’, una de las novelas favoritas de mi madre, pero que no he llegado a leer, y eso que de vez en cuando me da por tragarme tochos acerca de la Segunda Guerra Mundial y no paro hasta haber devorado tres o cuatro de una tacada. Puede que la próxima empiece con esa novela.
    La canción es muy bonita, muy sensual, me gusta bastante ese tipo de Jazz vocal. Y siguiendo con historias de canciones, combatientes extranjeros y guerras, te dejo una interesante propuesta de Christy Moore para que le des una escucha, igual te sirve para otra entrada de tu blog 😉

    Saludos

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    1. Otra gran historia, la de la Quinta Brigada, la de esos irlandeses que lucharon contra el fascismo en España; gracias Alex, por supuesto que la apunto para una futura entrada, tal vez para algún día de versiones pues me estoy acordando de una versión de Carlos Núñez y otra de los Dubliners. Eso sí, hacerle la competencia a Francisco Javier Tostado va a ser francamente difícil, es un maestro en la divulgación histórica. A mí también me gusta mucho el jazz vocal y Madeleine es una de mis preferidas, con ese timbre de voz tan parecido al de Billie Holliday. Saludos.

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