Si no me falla la memoria, es la primera vez que este blog se ocupa de una banda francesa de rock sinfónico. Nuestro país vecino, sin tener la notoriedad británica, italiana o alemana, ha dejado un importante legado en lo que a la escena progresiva se refiere, con bandas tan importantes como Magma, Atoll, Carpe Diem, Ange o nuestros protagonistas de hoy: Pulsar, conocidos dentro del mundillo “prog” como los Pink Floyd franceses. Según nos cuenta César Inca Mendoza Loyola en la entrada titulada “Pulsar – el polen más exquisito de la primera hornada progresiva francesa”, esta banda originaria de Lyon dio sus primeros pasos en 1966, cuando tres de sus miembros formaron el grupo Soul Experience, especializado en versiones hardrockeras y de R&B. Tras algunos cambios en la formación original, pasaron a denominarse Free Sound; seguían haciendo versiones, pero más orientadas hacia el rock psicodélico y progresivo. A finales de 1971 ya se hacían llamar Pulsar, y alternaban las versiones con los temas propios. Su primer álbum (“Pollen”) fue publicado en 1974, por el sello discográfico británico Kingdom Records, con la siguiente formación: Philippe Roman (bajo, voz), Víctor Bosch (batería, percusiones), Gilbert Gandil (guitarras, voz), Rolland Richard (flauta, sintetizadores) y Jacques Roman (teclados y sintetizadores). Después de “Pollen”, sacaron al mercado “The Strands of the Future” (1976) y “Halloween” (1977), discos que, junto con “Pollen, constituyen el núcleo principal de la obra musical de Pulsar. Después vendría un período más irregular, en plena decadencia del género progresivo, en el que se espació más su producción: “Bienvenue au Conseil d’Administration” (1981), “Görlitz” (1989) y “Memory Ashes” (2007).
Aquí podéis escuchar “Pollen” en su totalidad, disco en el que destacan piezas como la cósmica y electrónica “Pulsar”, la compleja y épica «Puzzle-Omen» o la etérea y nostálgica “Pollen”, precisamente el tema que hemos elegido para presentar a esta interesante, y no muy conocida, banda de rock progresivo francés. Esta suite, de unos 13 minutos de duración, comienza con unos acordes acústicos que, en seguida, dan paso a un primer fragmento melódico, en el que la guitarra eléctrica es protagonista y, después, diferentes efectos generados por sintetizador, que preparan el camino a un bello pasaje de flauta y a la primera parte cantada, suave, melancólica, con una sugerente letra, entre romántica y onírica. Hacia el minuto 4:12, comienza una fase más jazzística, siempre manteniendo la riqueza melódica y esa triste solitud a la que nos invita esta pieza, como dejándonos mecer por el sueño; es la parte más pinkfloniana de “Pollen”, sobre todo por el trabajo de guitarra, a lo David Gilmour. A partir del minuto 6:46, comienza un nuevo segmento cantado, con un interesante apoyo de piano y flauta. Este último instrumento protagoniza una de las partes más emotivas de esta composición (a partir del minuto 9:27), que se rompe bruscamente con efectos de sintetizador y piano, es el momento más cósmico de “Pollen”, que finaliza con unos estimulantes efectos sonoros acuosos y marinos. Si hoy habéis tenido un mal día, si estáis agitados, estresados o nerviosos, poneos unos cascos y escuchad este tema antes de automedicaros con un ansiolítico.

He seguido tu consejo y he escuchado esta pieza de rock progresivo francés de una banda, como era de suponer, por completo desconocida para mí, con los cascos puestos y simplemente dejándome llevar por la música. Me ha parecido una música muy suave y sugerente, a veces melancólica, con poco artificio, una propuesta muy clásica. Es extraño que teniéndolos tan cerca no hayan trascendido mucho, al menos en el momento en que este tipo de música se escuchaba más, incluso con ese toque galáctico, ahora supongo que solo en determinados círculos se aprecia a bandas tan exquisitas como parece ésta. Me ha encantado conocerla y me he relajado disfrutando de ese “Pollen” quedándome casi con ganas de más. Un abrazo, Raúl y buen fin de semana.
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En Francia son relativamente conocidos, al menos entre los aficionados al rock progresivo, y esos tres primeros discos que comentaba en la entrada. Sí, es un rock sinfónico clásico, a veces recuerdan a los Pink Floyd anteriores a «The Dark Side of the Moon», otras veces a los grupos alemanes de Klautrock. Aunque sigue habiendo bandas de rock progresivo, es difícil encontrar en ellas este tipo de sonido, tan característico de los setenta. Me alegra que te haya gustado, Eva. Un abrazo.
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Me ha gustado mucho y tienes razón, relaja (mucho mejor que un ansiolítico, dónde va a parar, je, je).
Un abrazo
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jajaja, una nueva versión de los remedios de la abuela. Un abrazo, Luna.
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Je, je. Sin duda, la música es sanadora del alma. Otro abrazo, Raúl
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Me gusta en especial cuando suena la flauta y la parte cantada. Resulta rara la letra en francés, es la falta de costumbre. Le da un toque distinto, más suave que si fuera en inglés.
Gracias por el descubrimiento!!
Besos
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Sí, lo habitual en el género es el inglés, incluso el italiano, pero es verdad que el francés también tiene su gracia. Gracias a ti. Besos.
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