Radiohead. “Creep”

La banda de rock alternativo Radiohead se formó, a mediados de la década de 1980, en la localidad de Abingdon-on-Thames (condado de Oxfordshire, Inglaterra), concretamente en el colegio privado masculino Abingdon; allí se encontraron Phil Selway (batería), Ed O’Brien (guitarra, segunda voz), Thom Yorke (vocalista principal), Jonny Greenwood (guitarra solista, teclados) y su hermano Colin (bajo, teclados). Formaron un grupo al que dieron el nombre del único día de la semana en el que podían ensayar: On a Friday. Tocaban versiones en la Taberna Jericho de Oxford, sobre todo los fines de semana y durante las vacaciones ya que, en 1987, ya habían dejado Abingdon para ir a la Universidad. Cuando casi todos finalizaron sus estudios universitarios, retomaron la actividad musical con mayor intensidad, grabaron demos y se hicieron relativamente populares en la zona de Oxfordshire. Grabaron su primer EP (“Drill”) en 1992, ya bajo la denominación de Radiohead, inspirándose en la canción “Radio Head” (1986), de la banda Talking Heads.

Tras este EP, que apenas tuvo repercusión, grabaron su primer Lp (“Pablo Honey”, 1993), un trabajo de rock alternativo en el que se incluyó el que probablemente sea el éxito más conocido de esta banda: “Creep”. Esta canción estuvo cerca de sepultar a Radiohead bajo la indeseable etiqueta de grupo one-hit-wonder; así sucedió cuando Radiohead comenzó su andadura musical, todo el mundo la demandaba, mientras los miembros del grupo acabaron odiándola. Cuando Radiohead consolidó su posición en el mercado musical, a partir de los siguientes discos (“The Bends”, 1995; y “OK Computer”, 1997), dejaron de tocar el tema en directo durante muchos años. “Creep” fue un éxito inesperado, que se incluyó en el álbum de debut casi de casualidad, a sugerencia de los productores Sean Slade y Paul Q. Kolderie, cuando trabajaban en otras canciones; de hecho, para los conocedores de este grupo, “Creep” no es realmente una canción representativa del sonido Radiohead. El tema había sido escrito por el cantante Thom Yorke cuando estaba en la Universidad, se había fijado en una chica inalcanzable para él, un repelente bicho raro que jamás podría, ni siquiera acercarse, a una chica como aquella; la siguió durante dos o tres años y, un día, la vio en uno de los conciertos de la banda, así fue como surgió la canción. En lo musical, el tono de balada depresiva es compensado con el sonido distorsionado de la guitarra, que aparece al inicio del estribillo. Parece que este recurso apareció de manera relativamente casual; fue cosa del guitarrista Jonny Greenwood, a quien no le gustaba el ritmo lento de la canción e intentó sabotearla: “eso es el sonido de Jonny tratando de joder la canción. Realmente no le gustó la primera vez que la tocamos, así que intentó estropearlo. E hizo la canción” (Ed O’Brien).

“Creep” toma algunos elementos prestados, incluso parte de la melodía, del tema “The Air That I Breathe”, compuesto por Albert Hammond y Mike Hazlewood, que apareció en el álbum del primero titulado “It Never Rains in Southern California” (1972) y se hizo muy popular en la versión de The Hollies; tras emprender acciones legales, Hammond y Hazlewood aceptaron, a modo de compensación, una pequeña parte de las regalías obtenidas con la canción. Finalizo con cuatro directos de Radiohead interpretando esta canción: uno de la primera época, otro de 1993 y uno más grabado en 2016. También os dejo cuatro versiones (aunque hay muchas más), a cargo de Pretenders, Tears for Fears, Karen Souza y Damien Rice.

The Cranberries. “Zombie”

El 20 de marzo de 1993 murieron dos niños, de tres y doce años, en un atentado que tuvo lugar en la localidad inglesa de Warrington, en el que además hubo cincuenta y cuatro heridos. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) reivindicó el acto terrorista. El suceso conmocionó a la población civil, la verdadera damnificada de esta guerra que parecía no acabar y rebasaba los límites de la atrocidad. Para la joven Dolores O’Riordan, líder de la banda de rock alternativo The Cranberries, aquellas muertes le dolieron como persona y, también, como irlandesa; según ha manifestado en alguna ocasión, estaba de gira cuando escuchó la noticia e inmediatamente pensó que, aunque era irlandesa, ella no había matado a esos niños, no había sido ella y quería que toda Inglaterra supera lo dolorido que estaba su corazón y lo mucho que detestaba aquella sinrazón. Más aún cuando oyó a los líderes del IRA decir que lo habían hecho por Irlanda; O’Riordan, ofendida, afirmó que ella no era el IRA y tampoco los Cranberries.

Escribió “Zombie” ayudada de su guitarra acústica, una noche en su apartamento cuando había regresado de una fiesta. En este hermoso tema vertió, a través de unos versos contundentes y explícitos -salvo el significado de “Zombie”, sobre el que hay diferentes teorías-, el hastío y la tristeza que sentía por las consecuencias de este atentado y, en general, por ese reinado de terror y violencia en el que se encontraba inmersa la población civil de Irlanda e Inglaterra. En lo musical, “Zombie” es un tema construido a partir del característico estilo Cranberries, entre el rock alternativo, el pop-rock y el grunge, en el que destaca la voz de Dolores, llena de intensidad y sentimiento, cargada de matices y recursos vocales, como esos inolvidables pasajes en falsete, emulando el yodel o canto tirolés.

Esta canción, que acabó mereciendo los favores de crítica y público a través de diferentes premios y números uno en las listas de ventas, formó parte del segundo álbum de estudio de The Cranberries, banda irlandesa fundada en Limerick (Irlanda) en el año 1989. “No Need to Argue” (1994), como finalmente se tituló el disco, contiene canciones bien conocidas, como “Ode to My Family”, “I Can’t Be With You” o “Ridiculous Thoughts”, pero ninguna tan reconocible como “Zombie”, lanzada como sencillo el 19 de septiembre de 1994, pocos días después de un anuncio de alto el fuego realizado por el IRA, el 31 de agosto de 1994. Para la promoción de este tema se utilizó un videoclip (es el que podéis ver al comienzo de la entrada), en el que se pueden ver imágenes del conflicto armado irlandés mientras Dolores O’Riordan aparece pintada en oro junto a niños cubiertos de maquillaje plateado; este vídeo llegó a estar prohibido, debido a la violencia de sus imágenes, por algunas cadenas de televisión, como la BBC o la RTÉ. Os dejo tres directos de The Cranberries interpretando esta canción, uno de 1994, otro de 1999 y uno más acústico. De entre las versiones existentes, a menudo interpretadas por grupos y artistas no excesivamente conocidos, os propongo dos: la de la banda de metal alternativo Bad Wolves y la de los españoles Berk & The Virtual Band.

Dover. “Serenade”

Se acaban de cumplir veinticinco años del disco “Devil Came To Me” (1997), todo un fenómeno musical con el que el grupo español Dover demostró que en España, con canciones cantadas en inglés, el grunge también podía rugir como con Nirvana o Pearl Jam. Tal y como señalan las biografías de esta banda, la idea de Dover partió de Cristina Llanos (voz, guitarra), cuando apenas tenía diecisiete años; pronto se unió al proyecto su hermana Amparo (guitarra), diez años menor que Cristina y, en 1992, Jesús Antúnez (batería) y Álvaro Díez (bajo) -después sustituido por Álvaro Gómez-; ese mismo año nacía Dover, cuyo nombre surgió a partir de una marca de ropa que se vendía en la tienda que tenía la madre de las hermanas Llanos en Majadahonda (Madrid). Se dieron a conocer en el programa de radio “Disco Grande”, de RNE Radio 3; en 1995 publicaron su primer álbum (“Sister”), con la discográfica independiente Everlasting-Caroline; tras finalizar el contrato con esta compañía, firmaron con Subterfuge Records, con ellos grabaron el mencionado “Devil Came To Me”, en tan sólo diez días y con un presupuesto de apenas ochenta mil pesetas, se vendieron quinientas mil copias. Los siguientes álbumes (“Late at Night”, 1999; “I Was Dead For 7 Weeks In The City of Angels”, 2001; y “The Flame”, 2003) fueron grabados por su propia productora discográfica, Loli Jackson Records, con el apoyo de la multinacional EMI (en dos de ellos a través de Chrysalis Records).

Aquí comienza el principio del fin de Dover, una banda que pasó de congregar a multitudes de jóvenes enfervorecidos por las buenas canciones y la sinceridad que mostraban en el escenario -con esa desgarrada y sucia manera de tocar la guitarra de Amparo, la entrega absoluta de Cristina y la agresividad de Álvaro y Jesús en la sección rítmica- al olvido más absoluto a partir del disco titulado “Follow the City Lights” (2006), con el que, inexplicablemente, decidieron abandonar el rock alternativo y el grunge para hacer algo así como electropop. Para que comprendáis mejor cómo se desarrolló el fenómeno Dover, os recomiendo la lectura del artículo escrito por Carlos Marcos para El País, titulado “Dover: la luz y la oscuridad de lo nunca visto en el rock español”, en el que se incluyen testimonios de miembros de Dover; reproduzco algunos fragmentos:

“Todo el mundo nos decía que era muy difícil triunfar porque cantábamos en inglés, tocábamos con las guitarras a todo trapo y Cristina pegaba alaridos. Estábamos mentalizadas para que fuera difícil, pero Cris y yo teníamos una fe ciega en lo que hacíamos. No ya sobre adónde íbamos a llegar, sino en la música que estábamos grabando. Creíamos mucho en nosotras mismas como compositoras, cantantes y letristas. Una mezcla de no creerte el ombligo del mundo, pero a la vez considerar que lo que haces es lo más grande”

Amparo Llanos.

“La que se montó no lo he vuelto a vivir. Era un grupo nuevo que acababa de sacar un disco. Con el primer acorde la gente comenzó a hacer una ola de cabezas, saltando. 5.000 personas brincando a las siete de la tarde. Chicos metidos en un lago que había por allí y subidos a los árboles. 45 minutos así. Yo estaba en un lateral del escenario y pensé: ‘Esto es muy fuerte”

Carlos Mariño, representante de Dover, tras la actuación de Dover en el Festimad de 1997.

“Eran dos escenarios separados por 60.000 personas, entregadísimas. Cuando acabamos de tocar, en el otro escenario empezó Muse. Esa era el nivel en el que estábamos. Pero luego…”

Jesús Antúnez, principios de los años 2.000, en pleno éxito.

“Fue un concierto organizado por una radio, en Galicia. Había cuatro gatos viéndolo. Tocamos en la plaza del pueblo y el escenario era un camión. Compartimos escenario con Rebeca, la de Duro de pelar. Estábamos en el fango”

Jesús Antúnez. Habla del año 2010, cuando publicaron su disco “I Ka Kené”.

Cristina] terminó aburrida de todo. Bueno, aburrida no es la palabra. Pensó que ya había hecho lo que tenía que hacer con Dover. Y una vez que se bajó del escenario decidió que no quería volver a saber nada. No sé si en el futuro cambiará. Pero será en un futuro muy lejano, a lo ABBA”

Amparo Llanos.

“Éramos una banda grunge que escupíamos en el escenario y de repente nos convertimos en Madonna haciendo playback”

Jesús Antúnez.

«He trabajado 40 años en compañías de discos y nunca había visto un odio tan grande hacia una banda (…) Fue una sorpresa que grabaran ese álbum [“I Ka Kené”, 2010], porque rompía con todo lo que habían hecho. Parecía que había cierta influencia de un novio de Amparo en la onda africana. A mí me gustaban las canciones, pero se convirtió en el grupo más odiado de España. En ese momento las redes sociales estaban comenzando y se llenaron de insultos. Ahí supe lo que era un hater. También la prensa los destrozó. No vendimos nada”

Carlos López, presidente de Sony España.

“Tenía que suplicar para que nos contrataran. Fue un suicidio musical. La gente se descojonaba de nosotros. Perdimos el norte. Y cuando lo recuperamos ya fue tarde (…) Fuimos unos privilegiados porque vivimos algo grande, pero nos dimos algún hostiazo importante”

Jesús Antúnez.

Tras unos años muy difíciles, sin el apoyo del público y con fuertes disensiones entre algunos miembros del grupo, el 23 de noviembre de 2016, Amparo Llanos comunicaba el final de la banda. Volviendo a “Devil Came to Me”, fue reeditado -en varios formatos- para conmemorar el 15 aniversario. Parece que pronto veremos en el mercado una nueva reedición 25 Aniversario, junto con un documental sobre la banda titulado “Die for Rock and Roll”, dirigido por Miguel L. Garrido. Mientras tanto, os dejo con la grabación de estudio de “Serenade”, la canción de Cristina Llanos que acabó convirtiéndose en el primer número uno de esta formación. Y aquí tenéis un directo de este mismo tema, una actuación ofrecida en uno de los, ya desaparecidos, festivales Espárrago Rock.

Las Cinco Canciones de Juanlu (III): “Smells Like Teen Spirit” (Nirvana)

Nunca sabes cuando vas a hacer los amigos de verdad, esos que te durarán toda la vida. Juanlu nos habla hoy de su amigo «El Pelos», de las jornadas que pasaban en las tiendas de discos y de cómo descubrió el grunge gracias a Nirvana y su disco «Nevermind». Particularmente no es el estilo que más me gusta, pero he de reconocer el poderío de esta banda, su propuesta innovadora y su legado, algo de lo que no pueden presumir todos los grupos. Os dejo con Juanlu.

«Ya en Pamplona con mis padres, corría el curso 1990-1991 en COU cerraron el internado y tuve que ser reubicado en el cole de mi hermana donde conocí a quienes serían mis amigos hasta hoy y hasta que me muera, sobre todo uno, Luis, por entonces «El Pelos», mi actual hermano-amigo con el cual hice muy buenas migas desde el principio y sobre todo a través de la música. Los sábados solíamos quedar por la mañana para ir a «Kilkir», una tienda de discos junto a la catedral de Pamplona, el dueño nos conocía y un día de abril nos dijo que había recibido un discazo de un grupo americano de Seattle y que sabía que nos iba a molar. Sacó el vinilo con un niño en una piscina detrás de un billete y sacó el disco. Nirvana Nevermind ¿cual era el nombre y cual el título del disco? Nos pusimos los dos pares de auriculares junto a la pletina y de repente explosión de sonido, los dos saltando extasiados y se soltó de repente el auricular inundando de sonido toda la tienda, había otros tres chavales allí y fliparon a colores. Esa mañana los cinco nos llevamos el disco a casa. Luis y yo solíamos comprar a pachas, uno se lo quedaba y le grababa al otro la cinta al llegar a casa, ese día no fue así, cada uno el suyo. Fue el origen y el germen de mi etapa grunge: Pearl Jam, Alice in Chains, Soundgarden, conciertos, camisetas, pelos largos,… Pero fue esa mañana de tienda de discos la que me enseñó la luz, la que me hizo ver en el grunge un modo de vida, algo salvaje y arrebatador que me sigue poseyendo cada vez que la escucho. Cuando vi «Alta Fidelidad» me sentí super identificado».

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