Las Cinco Canciones de Raúl (II): «Shine on you Crazy Diamond» (Pink Floyd)

 
No tengo hijos pero si hubiera concebido algún varón nunca lo habría llamado Raúl. Siempre me ha parecido que dar tu nombre a un hijo, además del primer apellido, es un acto de posesión paterno-filial que implica continuación de la saga familiar y de sus valores ideológicos, profesionales y de posicionamiento ante la vida. Cuando no te llamas como tu padre, vienes de una familia humilde, sin fuertes tradiciones que incumplir, y te ofrecen la posibilidad de estudiar y de formarte como nunca lo han podido hacer tus padres, hay que tratar de ser valiente y conducir tu vida como si fuera una road movie, por carreteras inexploradas por tu círculo próximo y para las que, ni tan siquiera, dispones de mapa.

Cuando eres tu propia brújula hay ciertos procesos de aprendizaje, me refiero a los no reglados, lo que habitualmente no se adquieren en los colegios, que pueden resultar ciertamente dificultosos, en general todo lo relacionado con la cultura y las artes. En lo concerniente a la música -igual podría decir de otras manifestaciones artísticas de mi interés, como el cine o la literatura- di mis primeros pasos de manera anárquica, a golpe de acontecimientos circunstanciales; en la entrada anterior recordaba lo que supuso para mí, a los 12-13 años, la canción «Hotel California«. Hasta mi entrada en el Instituto, más concretamente hasta segundo de BUP, seguía con mis programas de radio; sin embargo, aquel curso fue importantísimo en mi vida: comencé a reemplazar a mis colegas del barrio, mis amigos de la infancia, por los de la adolescencia.

Éramos un grupo muy unido, que aprovechábamos las horas libres y las ausencias de profesores, bastante comunes por aquella época, para marcharnos a la Casa de Campo -cursé BUP y COU en el Instituto Eijo y Garay, muy cerca del madrileño Paseo de Extremadura-. En aquellas escapadas, primero a la Casa de Campo y luego a la zona del Surbatán, no faltaban el radiocasete y las cintas, lo alucinante es que nunca sonaban los éxitos comerciales de aquellos años; algunos llevaban a cantautores, probablemente por influencia de sus hermanos mayores, otros aportábamos nuestras grabaciones selectas de la radio.

En algún momento alguien apareció con «Wish you were here», de Pink Floyd, y todo cambió. Se acabaron la radio y los cantautores, habíamos descubierto un filón; pronto llegaron otros grupos como Yes, Supertramp, Camel, Jethro Tull, Deep Purple, Led Zeppelin, Genesis o King Crimson. Sin embargo, la pieza que nos sobrecogía a todos seguía siendo «Shine on you Crazy Diamond»; la escuchábamos tumbados en el suelo, formando estructuras de tipo circular o serpenteante en la que íbamos apoyando la cabeza en el abdomen de alguien, a poder ser de la chavalita adecuada. Con este tema aprendí que había «música para escuchar», como acostumbrábamos a decir, que necesitaba de toda tu atención para poderla comprender, para identificar los instrumentos que la construyen y, por supuesto, para sentirla. Pero esto último lo dejo para la próxima entrega («Highway Star«, de Deep Purple), cuando me encontré con el Hard Rock.

Autor: Raúl

Me llamo Raúl Rodríguez, me dedico a la docencia universitaria y a la investigación en el ámbito de la Historia de la Ciencia, actividades que forman parte de mi vida desde que acabé la carrera, allá por 1986. Sin embargo, la música está conmigo desde mucho antes, desde mi infancia y primera adolescencia, y ha sido siempre una leal compañera. Decidí abrir un blog de canciones con el propósito de encauzar mis inquietudes musicales a través de un canal que pudiera ser sintonizado por otras personas con intereses similares y que, además, sirviera como foro de opinión para todos aquellos que quisieran compartir su pasión por la música. Decidí llamar a este espacio "La Guitarra de las Musas", en honor de las diosas griegas de las Ciencias y las Artes, especialmente de la Poesía y la Música. Quiero pensar que si hubieran tenido guitarras –y baterías, bajos, teclados y demás instrumentos de nuestro tiempo- hubieran sonado como la música propuesta en este blog. En este espacio, el rock en casi todas sus vertientes será el protagonista pero, también, otros estilos como el blues, el jazz, el pop, el soul y las melodías más pegadas a nuestra cultura: cantautores, canción melódica, boleros, corridos mexicanos, tangos, rumbas e, incluso, copla. Por favor, que nadie se enfade conmigo si no encuentra aquí la música que le gusta; la selección de los temas y los comentarios realizados responden, únicamente, a mis intereses particulares que, como bien puede verse, están un poco anticuados. Todos aquellos que busquen música actual no la encontrarán en este sitio.

23 opiniones en “Las Cinco Canciones de Raúl (II): «Shine on you Crazy Diamond» (Pink Floyd)”

  1. Me gustan mucho los Pink Floyd y fundamentalmente sus trabajos que van desde el principio hasta el Animals. El prime álbum que escuché de los Floyd fue Dark Side y me quedé impactadísimo, ya conocía el trabajo de Led Zeppelin, Purple y Who entre otros pero claro esto era algo distinto, completamente distinto. Y después de Dark Side llegó Wish You Were Here…. para muchos el mejor disco o preferido disco de los Floyd es Dark Side, para mi siempre ha sido Wish, siempre. Y no me preguntes por qué pero creo que es la culminación, la cúspide artística de la mejor banda de rock progresivo. Me encanta Ummagumma y anteriores, Meddle es otro de mis favoritos, More, Atom Heart Mother, Obscured by Clouds….. pero Wish You Were Here es una obra brutal, completa, sublime. Buenísimo Raúl!!

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    1. Como le comentaba a Pere, son entradas especiales, de esas en las que se puede ver (o al menos esa es la intención) cómo es la tramoya de quien está detrás de este blog. Un abrazo, Antonio.

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  2. Genial, este tema es el sumun de la música insuperable……coincido con lo de no trasladarle el nombre a un hijo, incluso en mi caso tampoco queria que fuese del mismo genero,siempre quise que fuese una chica y hay mucho de eso de lo que cuentas en tu interesante comienzo….saludos

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    1. Hola Vidal (me imagino que eres tú). Es comprensible que muchos padres quieran verse continuados en sus hijos, con su mismo nombre y en una especie de versión mejorada de los mismos. Pero , en algunas ocasiones, eso coarta la libertad del chico y le obliga a continuar con el peso de la tradición familiar, es como iniciar el vuelo con plomo en las alas. Es sólo una opinión, entiendo que habrá quien opine lo contrario y con argumentos más que sobrados. Saludos.

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  3. Sin duda el tema es fuera de serie y es normal que a todos nos guste por igual pues pertenece a (a mi modo de ver ) al último momento dulce creativamente hablando del grupo.
    Lo que es curioso es que al igual todos tenemos una selección española de fútbol, también tenemos nuestro propio ranking de discos de Pink Floyd.

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    1. Acabas de dar con la sección que podría tener más éxito en la red, sobre todo entre aficionados a la música: ¿Qué disco y canción prefieres de Pink Floyd? Efectivamente, es como las alineaciones, todos creemos saber la mejor. Me acuerdo cuando llegó a nuestros oídos «Animals» al principio nos costó mucho escucharlo después de estar acostumbrados a los dos anteriores, pero al final acabamos valorándolo y también se incorporó a nuestras sesiones musicales. Saludos.

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  4. En esta coincidimos como Canción de Nuestra Vida Raúl, no sé si lo recordarás. Como también coincidimos en esa manera anárquica de descubrir la música y buscarla; y eso que la ventaja para vosotros, chicos de ciudad (jejeje), era enorme: teníais acceso a emisoras, tiendas de discos, salas de concierto o amistades que en el pueblo eran inalcanzables en aquellos años 80. Precisamente gran parte de mis gustos los definió un amigo de Madrid que venía al pueblo en vacaciones y nos ponía al día… Pero con Pink Floyd tuve yo el honor de ser el pionero entre mis amigos gracias a un tío mío que… Pero bueno, esa es la historia que cuento en mi entrada, así que me la reservo para cuando toque, ¿vale?
    Me ha encantado como lo has contado, me ha traído muy buenos recuerdos.
    Saludos

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    1. Muchas veces he pensado qué hubiera sido de mi vida, desde el punto de vista musical, si hubiera tenido una buena formación en este ámbito más allá del programa «Feria de Coplas», tal vez sólo escucharía música clásica y jazz … La ventaja de ser autodidacta es el afán de buscar y entrar cosas nuevas, de experimentar con nuevos sonidos y de no alinearte con ningún posicionamiento más o menos dogmático en lo que a la música se refiere; la cosa es bien sencilla, escuchar y decidir si te gusta o no. Me acuerdo que coincidimos con este grandísimo tema. Ya tengo unas cuantas contribuciones para estas semanas de «Las Cinco Canciones de tu Vida»; espero las tuyas, Alex. Saludos.

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  5. Genial,esa brújula sonora es la que uno intenta enseñar a su descendencia, pero los tiempos de cada generación son diferentes,aunque seria magnifico que un buen día descubriesen esa calidad sonora por si mismos colocando el vinilo referido en el tocadiscos…..genial esa reflexión sobre ese herencia de los nombres que yo tampoco comparto y que en mi caso llegue a preferir que no coincidiese tampoco el genero ….un saludo

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  6. Los discos de Pink Floyd son ese tipo de trabajos que hacen que ames la música y la veas desde otro punto de vista, Cuando descubrí “Wish You Were Here” me dejaba transportar por las notas de “Shine On You Crazy Diamond” a oscuras en mi habitación, tumbado en el suelo y con el piloto rojo del ampli de mi equipo de música como único testigo de esa especie de viaje astral. Algo similar a lo que hacía escuchando la banda sonora de “Killing Fileds” de Mike Oldfield solo que esta me producía sensaciones más opresivas. Siendo adolescente me encantaba torturarme con ese tipo de situaciones cuando mi cabeza era un hervidero de dudas y contradicciones.

    Pero con la canción de Pink Floyd, la sensación era como si me saliera de mi propio cuerpo y sin fumar nada que conste. Y ahora que no nos oye nadie, lo sigo haciendo, pero tengo que aguantar a mi hija que me dice “papá, tu estas mal”.

    Si tubiera que elegir un disco de ellos creo que me quedarái con Animals, tal vez su disco más guitarrero de aquellos años y Whis le seguiría muy de cerca.
    Recuerdo que te comenté en su día las similitudes de tus recuerdos con los míos. Aquí no teníamos la Casa de Campo y nos reuníamos en el parque Gallarza. Lo que no faltaba era el radio casete y cada uno llevabamos alguna cinta con la que sorprender a los demás y afianzar simbólicamente nuestro status dentro del grupo. Había que investigar dentro de las limitaciones de la época para dara conocer a nuestros colegas canciones o grupos y así ser los más cool de la pandilla.
    “apoyando la cabeza en el abdomen de alguien, a poder ser de la chavalita adecuada.” jajajaja, eso no cambia, rock, adolescencia y chicas, por algo es la mejor etapa de la vida.

    Hay una canción que dice «en el parque me gradué en chicas y rock and roll», aqui como los Tequila nos graduamos con matrícula de honor.

    Saludos.

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    1. Muy bueno, Salva, eso de la graduación con matrícula de honor, me ha gustado, jejeje. Hay veces que a mí también me sigue pasando eso que comentas; de repente estoy escuchando algo y paro la reproducción hasta que encuentro un momento íntimo, con poca luz y mucha concentración, como hacía cuando era adolescente. Por eso me gusta ponerme música cuando voy andando, no hay nada que enmascare la escucha, salvo mis pensamientos y algún coche que otro, que un día me va a atropellar del despiste que llevo. Saludos

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      1. Y tú mujer te reñira por ir con la músoca por la calle. La mía lo hace, dice que el día menos pensado me van a atropelar jajajaja. Cuando voy andando me encanta escuchar música. Llevo varias semanas que solo escucho un disco cuando salgo a andar, todavía no lo he putrefactado, Es Endless forms most beautiful de Nightwish. no se si te gustará esta banda, el disco me parece una pasada, pero a lo que vamos de escuchar música para esos momentos de soledad en que necesitas paz hay dos temas en ese disco que son una autentica gozada, una es instrumental, The eyes of Sharbat Gula y la otra es una canción de esas que nos gustan a nosotros. 24 minutos en los que cabe de todo. Te la dejo y cuando la escuches me dices. Siempre que la escucho me recuerdo que tengo que recomendartela por que creo que te va a gustar. Pero busca un buen rato y escuchala con unos buenos cascos para pillar todos los matices.

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        1. Alguna vez he comentado (creo que en la entrada que dediqué a Stratovarius) que, del metal de las últimas décadas, lo que escucho con más ganas es el power metal y el metal sinfónico. Por supuesto, este grupo es de los que me gustan (lo conocí gracias a ti); este tema es muy bueno, es prácticamente rock progresivo con algunos elementos sinfónicos y de folk metal que lo hacen muy interesante. Gracias por la recomendación.

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  7. Totalmente de acuerdo con lo expresado en esta entrada.“Wish you were here”, “Shine on you Crazy Diamond”de Pink Floyd, y sobre todas ellas «The Lamb Lies Down on Broadway» fueron las melodías que formaron el telón de fondo de mi mejor época creativa y que anularon todo lo relacionado con la música que conocía hasta entonces.
    Doy gracias a Salva por facilitarme el camino hacia este Blog tan interesante.
    Namasté

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  8. Con la emoción, me he olvidado comentar lo que a buen seguro sabeis, que “The Lamb Lies Down on Broadway”es del grupo Génesis. Maravillosas las puestas en escena de su lider Peter Gabriel, a quien he seguido en su carrera en solitario.
    Namasté.

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