Un joven actual de dieciocho años, no sé si para bien o para mal, está mas cerca de la adolescencia que del estado adulto; por supuesto que hay de todo, pero he podido comprobar que buena parte de mis alumnos universitarios de primero no tienen mucha inquietud por la cultura, el conocimiento o la reflexión, y tampoco atesoran la responsabilidad que se les supone a los estudiantes que ingresan en la Universidad. No es mi intención entrar en un debate sobre las causas de esta situación de aparente hibernación o letargo, más que nada porque probablemente sea algo común a una sociedad donde los principales valores tienen que ver con el famoseo televisivo y la capacidad para amasar fortunas por la vía del fraude y el delito de guante blanco. Sea como fuere, ya digo, para bien o para mal, contar con dieciocho años a principios de los ochenta era como tener hoy día veintiuno o veintidós.
En 1981 ingresé en la Universidad después de haber cursado un buen bachillerato. Antes tuve que salvar el escollo de la Selectividad; lo cierto es que se me atragantó, tal vez porque tuve que enfrentarme a ella poco después de mi primera ruptura sentimental de importancia o, quizás, porque me confié en exceso. De hecho, recuerdo que, cuando mis compañeros repasaban en la jornada de descanso entre exámenes, yo no quise perderme el gran acontecimiento político-festivo de aquel verano: el festival Anti-OTAN que se celebró en Madrid, en el antiguo anfiteatro de la Casa de Campo (el «rockódromo»). Recuerdo aquel día con una mezcla de cariño y decepción, como una época en la que quería creer que aún existían las ideologías y el compromiso político. En medio de todo un maremágnum de mítines y actuaciones musicales emergió Serrat con una nueva versión de «Mediterráneo», arreglada por el gran maestro Josep Mas «Kitflus» (Iceberg, Pegasus), que me dejó pegado al duro asiento del «rockódromo». Ya conocía a Serrat y, por supuesto, esta canción pero, acostumbrado a la esquemática sobriedad musical de los cantautores, aquello sonaba a nuevo para mí; esa mezcla de rock progresivo catalán y de jazz autóctono hizo que prestara atención a la letra como nunca lo había hecho, a esa historia optimista sobre la vida, los sentimientos y algo por lo que perdemos la cabeza muchos madrileños: el mar.
Aprobé la Selectividad (por los pelos) y me fui de camping al Algarve portugués con mi familia de Badajoz; recuerdo aquellas largas conversaciones con mi tío Antonio, sobre la importancia de leer, de pensar y de tener juicio crítico, incluso del papel que podía desempeñar la política en aquella sociedad que se preparaba para el socialismo democrático. Sin embargo, no tardaron mucho en decepcionarme los políticos; los mismos que gritaban conmigo «OTAN no, bases fuera» acabaron metiéndonos en esta organización con una desvergonzada maniobra de prestidigitación, de esas a las que nos tienen tan acostumbrados. Siempre que me acuerdo de aquella época suena en mi cabeza «Mediterráneo» y añoro aquel día, en el anfiteatro de la Casa de Campo, en el que me preparaba para ser un adulto.
Una de mis canciones favoritas y la canción preferida de mi madre, siempre la canturreaba en la cocina o cuando cosía o planchaba, me llega muy adentro… Gracias, Raúl!
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Pues se la dedicamos a tu madre, Juanlu. Faltaría más.
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Maravillosa, Serrat tiene canciones increíbles (y de nuevo le conozco por encima en realidad, lo más sonado). Otro que me gustaba mucho, me enganchó un buen tiempo, fue Aute.
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Tengo pendiente otro tema de Serrat, otra de esas canciones cargadas de recuerdos, también de mi adolescencia, a ver si tengo ánimo de escribirla … Te paso un enlace a un tema de Aute que pasó por aquí no hace mucho: https://laguitarradelasmusas.com/2015/12/02/luis-eduardo-aute-baron-rojo-rosendo-anda-suelto-satanas/. Saludos
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Gracias, la verdad que te admiro…Por tu rigurosidad, por las ganas y la seriedad que pones, y por tus amplísimos conocimientos.
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Gracias a ti por tus palabras; ganas le pongo, también trato de tomármelo en serio, pero conocimientos no tengo más que la mayoría de los amigos que se pasan por aquí.
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Esta canción no me gustaba. No aguantaba los arreglos. Años después cuando oí y disfruté una y otra vez el Wave de Antonio Carlos Jobim ya oía Mediterráneo con otra actitud y empezó a entrarme y a gustarme. Tuvo que ser primero la bossanova y luego Mediterraneo. Me gustan mucho en el final las referencias «botánicas» sobre los pinos y las genistas.
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Me ha encantado como has ‘vestido’ a esta canción de tu vida Raúl. También yo gritaba en el insti contra la OTAN y también como tú tuve que decepcionarme cuando nos dieron la espalda a quienes se suponía que apoyábamos… Y, claro, no sería la primera vez como pudimos comprobar luego y, por desgracia, seguimos comprobando.
No es casualidad que casi todas las canciones de nuestra vida surgieran en aquellos primeros años de instituto o los últimos del colegio, ahí era cuando nos entraban directas al corazón y se grababan a fuego para los restos.
Bonito tema el Mediterráneo de Serrat, aunque no sea yo mucho de cantautores.
Saludos
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Gracias Alex, siempre tengo en mi mente ese recuerdo, aquel día en el rockódromo, con la selectividad de por medio y la imagen de Serrat saliendo a cantar. No sé si te acordarás (tú eres algo más joven) pero la campaña anti-Otan que hizo el PSOE fue tremenda, jamás pensé que pudieran tener la desvergüenza de cambiar su posición en tan poco tiempo. También me acuerdo de la fiesta final de campaña electoral en la Ciudad Universitaria de Madrid, cuando ganaron con diez millones de votos, y de la ilusión que teníamos todos los que estábamos allí y los que acudieron a votar el domingo. Saludos, Alex
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Gran canción Raúl, aunque no soy seguidor de Serrat, era un fijo en la algarabia sonora de mi casa. Mi hermana tenía varios vinilos suyos y una caja recopilatoria con cuatro discos, El Álbum de Oro.
Sobre lo que comentas de los jóvenes de hoy día, tal vez seamos un poco viejunos, pero es cierto,tienen una empanada mental considerable. Están preparados como pocos, pero en general están poco comprometidos y en temas culturales, como dices sin generalizar el interes es poco por no decir nulo, e incluso el desconocimiento sobre temas básicos, como historia o mismamente geografía es desolador. Lo se por qué tengo cuatro sobrinos, 28, 24, 20 y 16 años. Uno Ingeniero Industrial y trabajando, el segundo Con la carrera de Enfermería terminada y actualmente cursa tercero de medicina. Otro hace tercero de Quimicas y el pequeño anda loco con Bob Marley jajajaja. Por eso digo que preparados como pocos, pero tiene unas laguna sorprendentes en temas que nosotros con muchos menos años sabíamos de memoria. Problema. Tanta reforma educativa que no ha servido para nada. Lo buenos de mis sobrinos, aparte de lo listos que son, es que al menos me han salido rockeros los cuatro. No se por que será:)
La OTAN fue el primer engaño. El referendum sobre la entrada de España, fue la primera oportunidad que tenía de votar. No lo hice porque pasaba mucho del tema.Mi hermana bastante más comprometida políticamente que yo, me soltaba arengas sobre lo que nos podía pasar si entrábamos en la OTAN, pero aún así pasé del tema.Quién si voto, fue mi mujer. Voto no, y desde entonces no ha vuelto ejercer su derecho al voto. Es muy suya.
Tal vez vivíamos una utopía de paz mundial que a día de hoy está visto es imposible. Lo doloroso, y lo apuntabas muy bien un día en mi blog es que los de arriba se mueven “sin ningún tipo de rubor” por sus propios intereses. Por eso digo que fue el primer engaño, después han venido otras que dejan a esta en una mera anécdota.
Un abrazo.
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Al final hemos conseguido lo que muchos pedían a gritos: formar excelentes profesionales, muy cualificados y especializados, por cierto la mayor parte de ellos en el extranjero, ¡menuda manera de rentabilizar dinero y esfuerzos educativos! Eso sí, también hemos conseguido formar a analfabetos funcionales, en la mayoría de temas y asuntos que no tengan que ver con su formación específica. Los de humanidades y letras casi no saben ni sumar y su cultura científica es casi nula, mientras que los científicos y tecnólogos muchos de ellos no saben escribir y se expresan bastante mal en comunicación oral. Si es esto lo que buscábamos, desde luego lo hemos conseguido. Resulta que la Filosofía ya no sirve para nada, los alumnos de ciencias no saben lo que es Renacimiento y los de letras tienen alergia a una simple regla de tres. Así estamos. En cuanto a lo de los políticos, poco más que añadir a lo que has dicho, es muy difícil creer en ellos. Un abrazo.
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Vaya, noto cierto resquemos profesional en ese comentario jajajajaja. Nadie mejor que tú, que lo vives desde dentor para opinar de algo así. Y como vamos a creer en los políticos de cualquier signo e ideología si nos están demostrando que solo les interesa la poltrona. Es de vergüenza que a estas fechas estemos sin un gobierno, sea el que sea.
Bueno que esto es un blog de música y coo decían los Barones, Cuando, los gobernates funcionaran de un modo racional, ellos que se pasaron media vida en la Universidad.
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Uff, es que es un tema que me enciende … Ya sabes que hay quien dice que estamos mejor con gobierno en funciones, mientras tanto no nos siguen martirizando con más recortes, porque los que entren ya sabes lo que van a decir: esto es una ruina, hay que recortar gastos, bla bla bla.
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Lo bueno de esta serie son los recuerdos que conllevan las canciones elegidas. Toda canción tiene su momento.
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Ese es el objetivo de la sección, Eduardo: una canción, un recuerdo.
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