«Escribí El emigrante al ver llorar a los españoles que se fueron a Marruecos. Yo le hubiera puesto El exiliado, pero me habrían fusilado (…) Lo que pasó es que he vivido muy bien y las envidias existen (…) No sé cómo, me adjudicaron con Franco. Y yo ni Franco ni na ¡Yo serví a la República, hice trincheras republicanas! Le canté a Franco cuando me llamó, ¡pues claro! Como Marchena, Lola Flores, Antonio Molina. ¿Qué otra cosa ibas a hacer? ¿Qué hago hoy si me llama el Rey? A mí se me tildó de facha por envidia, pero ni facha ni na. Yo he sido un artista del pueblo».
Juanito Valderrama, consultado en Mora, Miguel. “Muere a los 87 años Juanito Valderrama, mito de la historia sentimental española”. El País, 13/04/2004.
Estas palabras pertenecen a Juan Manuel Valderrama Blanca (1916-2004), más conocido con el nombre artístico de Juanito Valderrama, una de las figuras españolas más destacadas que ha dado el flamenco y la copla. Nació en Torredelcampo (Jaén), en una familia de agricultores; precisamente en el campo comenzó a cantar, cuando apenas era un niño. Se inició como profesional hacia 1935, en el cine Metropolitano de Madrid, después se incorporaría a la compañía de Angelillo, junto con otros artistas como Pepe Marchena. Durante la Guerra Civil, estuvo alistado en un batallón de la CNT, donde creó un espectáculo para animar a las tropas en la retaguardia. Según nos cuenta Antonio Burgos en su libro Juanito Valderrama: mi España Querida (Madrid: La Esfera de los Libros, 2004), narrado en primera persona, como si fuera el propio Juanito Valderrama:
“El estribillo [de «El emigrante»] se me había ocurrido en una gira por el norte, un día que estábamos actuando en un teatro de Ponferrada y el Niño Ricardo me hizo a la guitarra una falseta preciosa, acompañando unos versos que yo recitaba. Una falseta con una melodía que me dio casi escrito el estribillo de la canción, de sentimiento que tenía: ‘Adiós, mi España querida, dentro de mi alma te llevo metía…’ Pero la letra de la canción entera la terminé de escribir mucho después, y de un tirón, como si me la fuera dictando mi propio corazón, en la misma turné, después de aquella noche moruna tan española en que vi las lágrimas de los exiliados españoles en Tánger.
Tánger entonces era como un París en chiquetito, era internacional. Aquello ni era de España como Tetuán, ni era de Francia como Casablanca. Lo llevaban las grandes potencias que habían ganado la Guerra Mundial y allí se hablaban todos los idiomas y se practicaban todas las religiones (…) En Tánger se respiraba la libertad a cuarenta leguas (…) Y allí a Tánger, buscando esta libertad y esta prosperidad, se fueron muchos españoles después de la guerra, huyendo de Franco, de la cárcel o del fusilamiento, y allí se buscaron la vida y se establecieron. Y éstos eran los que iban a verme al teatro, como iban a verme también algunos moros (…) Y a mí me llegó muy hondo saber que allí en el teatro Cervantes donde íbamos a actuar se había acabado el papel porque Tánger estaba atestado de españoles que se habían tenido que ir después de la guerra. Yo los vi llorar allí en la puerta del teatro, agarrados a mí, rodeándome cuando entraba para los camerinos por la puerta de artistas (…)
A mí me pareció que media España estaba allí, refugiada en Tánger, en esa emigración forzosa, con esa emoción que vi luego en el teatro, todos en pie aplaudiendo los cantes de España, sin colores, sin bandos, con lágrimas en los ojos. Allí ni se decía nada en contra del régimen de Franco ni a favor de nadie. Nada más que llorar recordando nuestra tierra (…) Y a mí aquello me llegó tan hondo y era una verdad tan dolorosa, que al llegar al hotel por la noche (…) cogí un papel y me puse a escribir toda la canción que me faltaba, porque hasta entonces el Niño Ricardo y yo nada más que teníamos compuesto el estribillo. La hice de un tirón”
Burgos, Antonio. Juanito Valderrama: mi España Querida. Madrid: La Esfera de los Libros, 2004; consultado en El Mundo Magazine.
Según relata Antonio Burgos, Franco adoraba la canción, incluso se la hizo cantar a Juanito Valderrama un par de veces, en 1950, en el transcurso de una cacería de perdices a la que acudieron los principales poderes políticos y económicos de aquella época: “Mientras la cantaba por segunda vez no se me quitaba el mosqueo. Seguía pensando: “¿Qué va a pasar ahora como este tío se entere bien y ya no le parezca tan patriótica? ¿Pensará de buenas o pensará meterme en la cárcel?” A Franco le debió parecer una canción modélica; al fin y al cabo, en ella se hablaba de vírgenes, rosarios con cuentas de marfil y, sobre todo, se ensalzaba España y el sentimiento de ser español. Ignoro si alguna vez se dio cuenta de que “El Emigrante” era, realmente, una canción dedicada a los exiliados españoles, precisamente los que tuvieron que abandonar el país cuando Franco consumó el golpe de estado y gano la guerra. Si con el paso del tiempo se percató de ello – o alguien se lo delató-, tal vez no quiso darse por enterado; al fin y al cabo, podría haber sido peor el remedio que la enfermedad, sobre todo si tenemos en cuenta que “El emigrante” se había convertido en un éxito absoluto, y en ejemplo patriótico de lo que debería ser la música española.
Durante los años cincuenta aparecieron algunas versiones de esta copla en la voz de artistas vinculados de algún modo a Francia, es el caso de Pierre Malar, Lita Mirial o el turco Dario Moreno. Durante la década de 1960 también se grabaron algunas interpretaciones de esta composición, como las de Joselito, Paco de Lucía (con Ricardo Modrego y Los 7 de Andalucía) o Gloria Lasso. Posteriores son la de Manolo Escobar, Pequeña Compañía, Felipe Campuzano y, por supuesto, todas las de programa de Canal Sur “Se llama copla”: Antonio Cortés, Nicolás García, Álvaro Díaz, Alejandra Rodríguez o Alba Gallardo. También se han hecho versiones en el ámbito del flamenco, como las de Angelillo de Valladolid, Cascabel de Jerez, Parrita o Vicente Amigo; incluso en tono pachanguero, véanse las de Los Centellas o El Chaval de la Peca. “El emigrante” también ha sido interpretado por Valderrama -hijo de Juanito Valderrama-, incluso a dúo padre e hijo, cuando Juanito ya era bastante mayor. Para acompañar al original, como versiones destacadas, os propongo las del grupo Ole Swing –aquí hablábamos de su propuesta, entre el flamenco, la copla y el jazz manouche-, incluida en su disco “Swing Ibérico” (2012); y la que formó parte del disco homenaje “Juanito Valderrama 1916-2016”, cantada por todos los artistas que participaron en la grabación de ese disco.

Escuché esta canción por primera vez dentro de un taxi. Al principio me pareció horrorosa y rancia con ese inicio del rosario hecho de dientes. Pero luego me fue gustando, me atrapó. Y ahora, definitivamente, me gusta.
No sabía que se refiriera a los exiliados.
Besos
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¡Qué bueno, en un taxi! Ahora algunos te preguntan si quieres música y cuál prefieres. Franco se pensaba que era la canción más patriótica del mundo y, sin embargo, estaba dedicada a aquellos que él expulso de España. Paradojas de los dictadores. Besos.
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Algo parecido pasaba con la censura y algunas películas que dado el nivel intelectual de los censores se las colaban ….eso sí los besos cortados….buen análisis..navegar en aquellos tiempos debió ser terrible….
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Gracias, Vidal. Así es, Berlanga, por ejemplo, coló algunas …
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No sé por qué, pero escuchar a Juanito Valderrama siempre me transmite ternura. La canción homenaje es brutal, ver a todos esos artistazos que participan… buf, lástima que estas cosas se hacen cuando el homenajeado ya no puede disfrutarlas.
Un abrazo
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Sí, los homenajes siempre mejor en vida del homenajeado. Yo conozco mucha gente que llora cuando escucha esta canción, sobre todo si en su entorno ha habido emigrantes. Abrazos.
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