Anfield es el hogar del Liverpool Football Club, uno de esos campos que querríamos visitar todos los aficionados a este deporte, aunque sólo fuera para escuchar su himno cantado por los aficionados al comienzo del partido, en un acto de comunión entre futbolistas y afición que, estoy seguro, tiene que sobrecoger y acongojar a los equipos rivales. Hace unas semanas el Fútbol Club Barcelona no pudo aguantar esa presión, ejercida por la entregada afición del Liverpool apoyando a sus jugadores como si fuera un miembro más del equipo; a los futbolistas no les quedó más remedio que apelar a la épica (y al buen fútbol) para dar la vuelta a una eliminatoria que parecía imposible de superar. Mañana juegan la final de la Champions League, aquí en Madrid, en el estadio del Atlético; estoy convencido que, tal y como se puede escuchar en su himno, los aficionados no les dejarán caminar solos (nunca lo hacen) y más en un día tan importante para la historia de este club. Espero que el Wanda Metropolitano sea una gran fiesta, que mañana sólo se hable de fútbol y no de batallas campales entre hinchas (todos ingleses) de ambas aficiones.
En los años sesenta era habitual que los grandes éxitos del momento sonaran por la megafonía del estadio de Anfield; una de aquellas canciones era “You’ll Never Walk Alone” en la interpretación de Gerry & The Pacemakers, un grupo local, amigos de los Beatles, con quienes compartían estilo musical y lugar de actuaciones en vivo, el mítico local Cavern Club. El tema dejó de ser un éxito, pero los aficionados lo seguían cantando antes de cada partido, y algunos entrenadores, como Bill Shankly, pidieron que siguiera sonando en el estadio. Tal y como señala Guillermo Domínguez, la leyenda debió comenzar el 19 de octubre de 1963; el Liverpool recibía al West Bromwich Albion con el campo lleno, pero se estropeó el sistema de megafonía; los aficionados no se conformaron y comenzaron a cantar “You’ll Never Walk Alone” a capela; probablemente así fue cómo este tema pop acabó convirtiéndose en el himno del club, algo que incluso puede verse en su escudo, donde se incluyó el título de esta melodía. Aunque no os guste el fútbol, os recomiendo que veáis algún vídeo con Anfield cantando a pleno pulmón; por ejemplo, éste o éste otro, en el que la afición rival también se suma a los cánticos, no en vano el Borussia Dortmund también ha acabado adoptando esta canción como himno, al igual que otros equipos, como el Twente, el Feyenoord, el Celtic de Glasgow, el Mainz 05, el FC Kaiserlautern, el FC St Pauli, incluso el CD Lugo, donde llaman a su campo Anfield Carro en lugar de Anxo Carro, su verdadero nombre.
Como comentábamos al principio de la entrada, los Gerry & The Pacemakers publicaron esta canción en 1963, aunque no era un tema compuesto por ellos, ni siquiera era un tema pop. “You’ll Never Walk Alone” fue compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II para el musical “Carousel”, estrenado en Broadway en el año 1945. Esta melodía aparece un par de veces en la representación, la primera cantada por una amiga a otra con la intención de darle ánimo ante la muerte de su amado, que se suicida al verse acorralado por la policía después de un atraco fallido (aquí la podéis escuchar). Antes de que Gerry & The Pacemakers hicieran su conocida versión, también la grabaron otros artistas, por supuesto en el tono melódico que sugería la grabación primigenia: Frank Sinatra, Judy Garland, Imperials, Gene Vincent, The Flamingos o Ray Charles; y después también se han seguido haciendo versiones, os dejo por ejemplo las debidas a The Righteus Brothers, Dionne Warwick, Elvis Presley, Louis Armstrong, Glen Campbell, Johnny Cash o Aretha Franklin, por mencionar algunas.
Y no quiero finalizar sin mencionar una circunstancia bastante curiosa: la inclusión de esta canción en otra de Pink Floyd, en realidad está sobrepuesta en “Fearless”, del álbum “Meddle” (1971), lo podéis escuchar claramente al final del tema; alguna teoría he leído al respecto, pero casi prefiero que seáis vosotros los que, si os apetece, deis algún tipo de información o elucubración en torno a las posibles razones que pudieron llevar a Waters y compañía a utilizar este recurso.
Jajjaja en cuanto he visto el mail que me avisa de que has publicado nueva entrada y he visto el título, ya sabía por dónde iban los tiros acerca del acertijo del que me hablabas el otro día. Y en realidad, como tantas cosas alrededor de Pink Floyd, no hay que buscarle una explicación ‘oculta’ o ‘trascendente’: la obra de la banda se ha hecho tan grande que, a veces, pretendemos extraer significados de sus canciones que realmente no tienen… Puede que cuando se hicieron grandes de verdad sí que jugaran a meter alguna cosilla extraña por ahí para hacer pensar al personal, como la famosa llamada del granjero que encontró a Algie o los retazos de conversaciones de TDSOTM, pero en la época de Meddle, todavía no tenían la proyección que consiguieron algo después… Con ello quiero decir que la inclusión del himno del Liverpool en una canción compuesta (al menos en parte) por un hincha del Arsenal, yo creo que obedece a una cuestión puramente estético/práctica pues el título de la canción (Fearless) se usaba en la época en el argot futbolístico y la letra habla de escalar y hacer las cosas sin miedo (audaz es la traducción de fearless). Y además la letra acaba con un ‘You look down, hear the sound of the faces in the crowd’ (miras abajo, escuchas el sonido de las caras en la multitud) que encaja bastante bien con el hecho de escuchar los rugidos del público en un concierto o un partido de fútbol. En definitiva, yo creo que les venía bien colocarlo y así lo hicieron.
Por cierto, y dejando ya a Pink Floyd a un lado, curiosísima la historia de cómo este tema acabó siendo el himno del Liverpool.
Un abrazo futbolero… ¡¡¡y que gane el Liverpool!!!
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He leído todo tipo de elucubraciones sobre el asunto, entre ellas lo que comentas sobre el público y los conciertos / fútbol. También que, de algún modo, es un homenaje a su compañero y amigo Syd Barrett. Desde luego no deja de ser curioso que dos simpatizantes del Arsenal pusieran en una de sus canciones el himno del Liverpool. Me imagino que sabrás que tuvieron su propio equipo, el Pink Floyd Futbol Team (aquí hablan de ello: https://news.culturacolectiva.com/mundo/roger-waters-pink-floyd-y-su-historia-con-el-futbol/ ), ésta fotos preparados para para jugar una pachanga es muy buena. Abrazos, Alex, y que gane el Liverpool …
o ésta:
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Si Raúl, ya conocía lo del Pink Floyd Futbol Team, de hecho yo también usé una de esas fotos que has subido en su día: http://rocktelegram.com/rockeros-futboleros/ 😉
Pero la verdadera pasión deportiva de Waters es el golf, dicen que, cuando sale, de gira sus tour managers tienen que conseguirle alojamiento cerca de un buen campo para pegar unos bolazos; la de Gilmour es la aviación, como ya sabrás, y la de Mason el automovilismo… A Wright creo que lo que más le iba era navegar por entra las islas griegas, donde creo que tenía unos ‘terrenitos’ rodeados de agua jajjaja
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Sí, es verdad, ahora me acuerdo de tu entrada, incluso dejé un comentario futbolero, jejeje. El golf y la aviación no me dicen mucho, pero lo de las islas griegas …
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Si conocía lo del himno del Liverpool utilizado por Pink Floyd, y aunque el álbum es anterior, cuando en el patrio solar empezaron a sonar fuerte unos años después, que es lo que solía pasar con casi todo en aquella época, también el Liverpool pisaba fuerte, lo que hizo que lo de su himno también lo hiciera. Y claro, se juntó todo y tuvo entonces una cierta repercusión.
Todos hicimos nuestras elucubraciones, no muchas, todo hay que decirlo, pues ya eso de escuchar los discos de revés y demás zarandajas había sido ensayado sin éxito. Y como entonces Iker Jiménez aún no ejercía, pues ahí quedó la cosa, sin aclarar.
Lo que no había escuchado era la versión de Gerry & The Pacemakers que derivó en el himno. Y he de decir que me ha costado un poco reconocerla de los cánticos que había escuchado. Y decir que me gustan más los cánticos, a pesar de no ser muy futbolero, circunstancia que no me impide estar totalmente de acuerdo en que al menos una vez en la vida hay que ir a Anfield. Tengo amigos que lo han hecho y vinieron sobrecogidos, pues a pesar de ir perdiendo los locales, la afición se pasó los 90 minutos de pie, cantando, y con las bufandas en alto.
Y si de paso uno se pasa por el Cavern Club, pues como que te puedes morir (eso sí, varios siglos después) en paz.
También valdría ir a Cavern Club y de paso a Anfield.
Saludos
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Me acuerdo que lo de los vinilos escuchados al revés se comentaba mucho, era el complemento perfecto para las sesiones de ouija. No existía Iker Jiménez pero sí Fernando Jiménez del Oso, el pionero en España de estos asuntos, al menos en televisión. La canción se reconoce mejor cuando la cantan en Anfield con la música guiando a los aficionados, cuando éstos cantan solos se llega a perder la melodía; por ejemplo, en los dos vídeos que he puesto, en el primero se aprecia muy bien qué canción es, mientras que en el segundo al final se llega a perder. Yo he estado viendo un partido en el campo del Chelsea y, desde luego, es una experiencia única para un aficionado al fútbol, me imagino lo que tiene que ser Anfield. Si, además, se aprovecha el viaje para ir a el Cavern Club, entonces el viaje sería inolvidable. Saludos, Caito.
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Con pasión, y de corazón…así tiene que ser el himno.A mi me da igual quien gana ( me refiero de cualquier partido) me interesa el proceso, un buen futbol. Un abrazo.
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Y, como habrás podido ver, también se pueden hacer himnos pop, al final todo es cuestión de pasión y corazón, como bien comentas. Un abrazo.
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Hace casi la mitad de mi vida fui a Dortmund a ver la final de UEFA entre el Alavés y el Liverpool y cada vez que leo «You’ll never walk alone» lo recuerdo. Eso sí, creo que no había oído la canción entera hasta hoy…
P.D.: Soy de la Real, pero vivía en Vitoria y fue una bonita experiencia. 🙂
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¡Qué bien! Seguro que fue una bonita experiencia, aunque no jugara la Real, jejeje. A mí me se hubieran puesto los pelos de punta en el momento del himno, además en Dortmund donde los aficionados también se lo saben. Abrazos.
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Por cierto, ¡la canción es preciosa!
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