“La Frontera se formó en el bar de la Facultad de Ciencias de la Información, entre humo de cigarrillos y botellines, en una de las interminables mañanas en las que no subíamos a clase, ya que nuestras inquietudes estaban dirigidas más a la música que a otro tipo de actividades. Una de esas mañanas propuse a los que estaban sentados conmigo ir a ensayar a un local que tenía alquilado en Faico (entre la glorieta de Embajadores y la de Santa María de la Cabeza). Allí estábamos Rafa Hernández, José Battaglio, Quino López, Toni Marmotta y yo. Daba la casualidad de que los cinco proveníamos de grupos diferentes, y todos éramos guitarristas. El reparto de instrumentos se produjo al azar: Al entrar al local de ensayo, casi empujándonos, los más rápidos –Quino y Rafa-, se adueñaron de las dos guitarras que había. A Toni le tocó el bajo, a José Battaglio la batería –que la transformó en un kit a su medida, sin bombo, con su timbal base, la caja y un plato, y la tocaba de pie-, y a mí me dieron el micrófono. Empezamos a tocar versiones de los New York Dolls, de los Pistols y de los Buzzcocks. Gran parte de la originalidad del grupo residía en que no éramos auténticos profesionales, ya que algunos tocaban el instrumento adjudicado por primera vez”. (Javier Andréu. Cantante, compositor y líder de La Frontera. Consultado en: Domínguez, Salvador. Bienvenido Mr. Rock. Los primeros grupos hispanos 1957-1975. Madrid: SGAE, 2002; págs. 967-968).
Los ochenta eran así. Este grupo de compañeros de facultad, de la maravillosa quinta del 63, todos guitarristas, sin experiencia con otros instrumentos, decidieron presentarse al Festival Villa de Madrid de 1984 bajo el nombre de Las Muñecas Repollo, y lo ganaron. Un año después grababan su primer Lp (“La Frontera”), después de que Rafa Hernández abandonara el grupo para crear Desperados, junto a Guille y Fernando Martín; en 1986 publicaban “Si el whisky no te arruina las mujeres lo harán” y, al año siguiente, “Tren de Medianoche”. En estos tres primeros discos de estudio están muchos de los temas más conocidos de esta banda, finalmente bautizada como La Frontera: “Judas el Miserable”, “La Ley de la Horca”, “La Frontera”, “Pobre Tahúr” o “Siete Calaveras”, canción que ya salió en una entrada anterior. El siguiente álbum de estudio se tituló “Rosa de los Vientos”, con el que consiguieron un gran éxito; el estilo de este disco sigue dentro de los parámetros del rock vaquero característico de esta formación, aunque creo que hay más concesiones al pop melódico, tal vez por decisión de los miembros de la banda y, también, como estrategia de la discográfica para poder acercarse a un público más amplio. En líneas generales los trabajos de estudio de esta banda, en particular “Rosa de los Vientos”, tienen unos arreglos pop muy del gusto de la época, aunque cuando tocaban en directo (he tenido la ocasión de verlos un par de veces) eran muchísimo más rockeros, siempre me ha dado la sensación que ese era su verdadero sonido. Aunque todo el disco me parece interesante, hay dos canciones que brillan por encima de las otras, al menos en lo relativo a reconocimiento y éxito: “El Límite” y “Juan Antonio Cortés”; en los enlaces respectivos podéis escuchar las versiones originales de estudio, y en el vídeo destacado de hoy tenéis la interpretación en directo de “Juan Antonio Cortés” incluida en el álbum “Capturados Vivos” (1992), disco que contó con la colaboración del guitarrista Guillermo Martín, fundador de Desperados y antiguo miembro de Los Rodríguez.
Esa era mi facultad y en ese bar pasaban muchas cosas.
Muy buena la canción, no la tenía muy localizada.
La que sí he escuchado montones de veces es «el límite».
Saludos, Raúl
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Mi facultad es la de enfrente, pero he entrado varias veces a Periodismo, creo que allí se grabaron varias escenas de «Tesis», la primera peli de Amenábar. Desde luego, «El límite» es la más conocida de este disco, pero a mí siempre me ha gustado especialmente «Juan Antonio Cortés», tal vez por ese medio tiempo que tiene, entre balada y melodía pop-rock. Saludos, Evavill.
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Me gusta pero es otra cosa cuando la canción formaba la parte de tu vida en la juventud, os entiendo. Un abrazo.
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Imagínate, los he visto en directo varias veces, en plena juventud, son cosas que no se olvidan. Un abrazo.
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No los conocía, me gustan, por lo menos me gusta este tema 🙂
Un abrazo Raúl
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Gracias por comentar. Un abrazo.
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Yo los vi en Logroño en el 89 y a principios de los dos miles en Zaragoza…tengo buen recuerdo de ese primer concierto y una chica que era más heavy de Miranda de Ebro…..guardo ese disco (el límite) que me recuerda esa mágica noche…
Saludos
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¡Esa chica, Vidal …! Jajaja. Es lo que comentaba Laacantha, las canciones unidas a los recuerdos son irresistibles. Saludos.
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A estos ya los conocía yo y los he escuchado bastante. 🙂 Muy divertida la historia de cómo se formaron.
Un abrazo
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En la entrada he dejado un enlace a un post muy antiguo, en el que hablaba del tema «Siete calaveras», de su primera época. En los ochenta cualquier cosa era posible, incluso ganar premios con grupos formados exclusivamente por guitarristas. Un abrazo, Luna.
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