“Pearl” era el apodo de Janis Joplin y, también, el título que inicialmente tuvo una película de la 20th Century Fox, que pretendía ser un biopic de esta inolvidable cantante, fallecida a los veintisiete años. Con el guion ya listo, la familia de Janis no aceptó la historia que allí se contaba y prohibió utilizar su nombre, y su música, en la película. Los productores no abandonaron el proyecto, pero lo orientaron hacia la dramatización de una artista autodestructiva, de finales de los años sesenta del siglo XX, que intentaba hacer frente a sus adicciones y a las presiones que recibía del negocio de la música. La dirección de la película le fue encomendada a Mark Rydell, y los asuntos musicales a Paul A. Rothchild, el mismo que produjo el álbum titulado “Pearl” (1971), el segundo y último disco de estudio de Janis Joplin, lanzado al mercado tres meses después de su fallecimiento. Parece que Rothchild escuchó unas tres mil canciones y, de entre ellas, seleccionó treinta; una de aquellas melodías estaba compuesta por la cantautora y actriz Amanda McBroom, y fue una de las elegidas por la protagonista de la película, Bette Midler, para formar parte de la banda sonora de este film.
Según cuenta la compositora de este tema en su página web, ella misma presentó esta melodía a los productores de la película, a quienes no les gustó nada; fue Rothchild quien se la mandó a Bette Midler, y ella sí que dio el visto bueno. Según relata Amanda McBroom, la inspiración le llegó cuando escuchó por la radio el tema “Magdalena”, de Danny O’Keefe, cantada por Leo Sayer. A pesar de que la letra le pareció bella, no estaba de acuerdo con ella (“Tu amor es como una navaja. Mi corazón es solo una cicatriz”), y quiso componer su propia canción, en la que pudiera expresar lo que, para ella, era el amor: “De repente, fue como si alguien hubiera abierto una ventana en lo alto de mi cabeza. Las palabras empezaron a fluir. Tuve que seguir recitándolas para mí misma mientras conducía cada vez más rápido hacia casa, para no olvidarlas. Entré a toda velocidad en la entrada de mi casa, corrí hacia la casa, pasé junto a varios perros, gatos y maridos desconcertados, y me senté al piano. Diez minutos después, LA ROSA estaba allí. Llamé a mi marido, George, a la habitación y se la toqué, como siempre hacía con mis nuevas canciones. Escuchó y me dijo en voz baja: ‘Acabas de escribir un clásico’. Yo protesté diciendo que sólo mis amigos la escucharían (esto fue mucho antes de que yo hubiera grabado nada). Él dijo: ‘Recuerda lo que le digo, algo va a pasar con esta canción’”.
Un año después, aconsejada por su colaboradora y amiga Michele Brourman, envió esta canción a los productores de la película “Pearl”, finalmente titulada “The Rose”. Pusieron a la canción el mismo nombre, y ocupó un lugar destacado al final de la película, en el momento en el que se proyectan los créditos finales. Bette Midler ganó el Grammy a la mejor interpretación vocal pop femenina por “The Rose”, imponiéndose a voces como Barbra Streisand o Donna Summer, entre otras. Sin embargo, “The Rose” ni siquiera fue nominada a los premios Oscar en la categoría de mejor canción original; ello fue debido a la rígida normativa de la Academia, que exigía a los temas en concurso que hubieran sido escritos, de manera específica e inequívoca, para alguna película. En cambio, sí obtuvo el Globo de Oro a la mejor canción original, puesto que estos premios no exigían este requisito de canción completamente original.
Para acompañar a Bette Midler, os propongo al grupo folk irlandés The Dubliners (con The Hot House Flowers), quienes grabaron este tema hacia 1991; y al guitarrista de blues estadounidense Joe Bonamassa, que nos regala una espléndida versión, con su guitarra acústica, sin grandes alardes guitarreros y con un acompañamiento instrumental de lo más sugerente. Si queréis probar con otros artistas, os propongo a Joan Baez, Conway Twitty, Lincoln Mayorga & Amanda McBroom, Amanda McBroom, Nana Mouskouri, Judy Collins, Jonathan Richman, Shirley Bassey, Le Ann Rimes, Bonnie Tyler, Elkie Brooks, Glee Cast o Katherine Jenkins.
La Guitarra de las Musas 
Bueno… aquí estoy, dispuesto a irme por las ramas como los monos (ja ja ja). Sencillamente a plasmar una serie de reflexiones y de observaciones que me surgen a raíz de lo leído y escuchado. ¿Preparados/as? ¡Empecemos!
Dices que a Amanda McBroom la inspiración le llegó cuando escuchó por la radio el tema “Magdalena” de Danny O’Keefe. Pero que sin embargo ni le gustaron ni estaba de acuerdo con estos versos: “Tu amor es como una navaja. Mi corazón es solo una cicatriz”. No me extraña, porque concuerdo con ella y esos versos son realmente fuertes. Es cierto que hay «amores» (mejor dicho, relaciones) que son trágicos, dolorosos, tóxicos, fatales, adictivos… etc. Pero deberíamos partir siempre de la premisa de que el verdadero, verdadero amor no duele ni hace daño… a nadie. Lo demás son otras historias, llámese posesividad, apego, dependencia, etc. Dicho esto, lo gracioso es que esos dos versos de inmediato me han recordado otra cosa. Hace unas tres noches vi la película «Anora». Me gustó bastante, aunque quizá me esperaba más. Tiene cosas que pulir, defectos y para mucha gente el film se pierde en distintos aspectos. Pero muy buena película y mucho mejor historia todavía. Y además es muy cierto, la actriz Mikey Madison se luce, está magnífica y su Óscar es merecidísimo. Digo esto porque esos dos versos me han recordado el inicio de una buena crítica que hace un youtuber del film. Dice esto: «El sueño americano brilla como un diamante, pero éste también corta». Qué buena frase, define a la perfección lo que nos cuenta la película… que no debéis perderos.
Sigo… creí que conocería el tema, como muchos de los cantados por Bette Midler, pero no, no la conocía (quizá me confundí con otros temas). La balada es preciosa, pero sin ánimo de herir susceptibilidades, demasiado azucarada. ¡Demasiado azúcar para mí, demasiado almibarada! Al menos en su voz. Supongo que se buscaba cuanta más aceptación mejor, como hacen tantos temas claramente mainstream o aptos para las radiofórmulas.
Sin embargo me ha parecido buenísima la interpretación acústica que hace Joe Bonamassa, cómo suena y cómo la canta. Hay diferencia, al menos creo que el almíbar ha desaparecido. Pero aparte hay otra cosa. ¿Os acordáis de ese instrumento tradicional mongol denominado morin khuur, el violín coronado con la cabeza tallada de un caballo? Ya que he escrito sobre ese instrumento (y también sobre el shamisen japonés), era imposible que no me fijara en el acompañamiento que tiene Bonamassa sobre el escenario. La mujer (asiática, me ha parecido china) que lleva un vestido amarillo abre el tema tocando aparentemente un morin khuur. Me picó la curiosidad, claro, y busqué:
«Bonamassa kept on stellar drummer Anton Fig and keyboardist Reese Wynans, from his touring electric group. He also added Chinese erhu/cello player Tina Guo, Egyptian percussionist Hossam Ramzy, Eric Bazilian of The Hooters on banjo and mandolin and three backing singers: Gary Pinto, Mahalia Barnes and Juanita Tippins».
Vale, eso explica que esos acompañantes vistan de esa manera y que a todas luces no parezcan norteamericanos sino de otros lares. Así que no toca un morin khuur, sino un «erhu». Se parecen extraordinariamente por su estructura y ambos se tocan con un arco. Busco…
«El erhu (en chino, 二胡; èrhú), también llamado nanhu (南胡, «violín sureño»), y ocasionalmente denominado en occidente como ‘violín chino’ o ‘violín chino de dos cuerdas’ es un instrumento de cuerda frotada con dos cuerdas y que se toca con arco. Es el instrumento más popular en la familia huqin de instrumentos de cuerda frotada».
Y hasta aquí. Me ha parecido bien y comprensible que la familia de Janis Joplin no viera con buenos ojos ese pretendido biopic sobre la cantante, y que se le diera un enfoque más general a la película, sin desecharla.
🙏
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Como se dice coloquialmente, hay amores que matan; en este subgénero de las letras exageradas, trágicas -incluso sangrientas- sobre los amores, el bolero y el corrido mexicano son estilos que siempre lo han explotado, ahora mismo me viene a la cabeza la letra de «Copa rota», que supera a lo del corazón es una cicatriz. Podríamos decir que es la versión gore de las canciones de amor, jajaja. «Anora», desde luego no puede tener más premios, incluido el Oscar y el premio de Cannes; he oído que está bien pero que, en el fondo, no es más que una buena película independiente de bajo presupuesto, en cualquier caso, tengo que verla … Muchas gracias por toda esa información sobre los instrumentos musicales; cuando vi el vídeo, me gustó mucho ver a Bonamassa tan contenido, haciendo una versión preciosa, con ese acompañamiento musical tan sorprendente, es un mago de las versiones y, como se puede ver aquí, no solamente de temas procedentes del blues. Como bien dices, la versión de Bette Midler es muy normativa, apta para todos los públicos y, en su época, muy vendible, pero a mí me sigue pareciendo excelente. Saludos, What.
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Sí, coloquialmente «hay amores que matan», la expresión lo dice todo. El día que vi la letra de «Copa rota» aluciné bastante y recuerdo que lo comentamos aquí en tono jocoso. Volveré a echarle un vistazo.
En cuanto a Anora, efectivamente es una buena película de cine independiente. Según qué críticas consultes (en mi caso tres) encontrarás que resaltan determinadas flaquezas y fortalezas del film, no siempre coincidiendo en esto. Pero la historia está muy bien. Tiene dos partes claramente diferenciadas.
Namaste.
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Por cierto que el «erhu» no es un instrumento que nos quede «tan lejos». Hace unas semanas, andando por los pasillos del metro, vi a un anciano aparentemente chino tocando lo que seguro era ese instrumento. Su sonido desde luego te transporta a otra cultura, otras latitudes.
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Recuerdo esta película, pero no sé si he llegado a verla. Creo que me chirrió un poco (bastante) que la relacionaran con Janis Joplin y me puse una cierta barrera mental, porque Janis es para mi alguien muy especial y, francamente, Bette Mildler no me la recuerda en nada.
Eso de los amores tremendos (“Copa rota, corazones sangrantes….”) que comentáis, están geniales en la literatura y el cine, en casa queremos algo más tranquilo 😁
La canción es preciosa y me han gustado mucho las dos versiones, la de Dubliners, qué buena, con esas dos voces y los sonidos celtas (bueno, mi debilidad..) y la de Bonamassa, con ese sorprendente acompañamiento (gracias What, por la explicación). Creo que es un tema al que también le sienta bien llevarlo hacia sonidos más folk, y aprovecho para dejar la interpretación de “La Rosa” que hacen dos hermanas suecas que me encantan, “First Aid Kit” con un sorprendente comienzo.
Que tengas una buena semana, Raúl, un abrazo.
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La peli ya nació con un problema, la prohibición que pusieron los herederos de Janis Joplin; a partir de ahí, todo se complicó y, probablemente, quisieron seguir con el proyecto, aunque ya quedaba todo un poco raro porque realmente esa artista ya no era Janis Joplin. En cuanto a los amores rotos y todo eso, no te creas, hay mucha gente que disfruta el amor como si fuera una eterna lucha, como un campo de batalla, aunque tampoco es mi caso, jajaja. Y, por supuesto, en la música, el cine o la literatura queda muy bien. Bellísima la versión que nos dejas, Eva, con esa entrada que parece que van a cantar «Over The Rainbow», magnífica. Sí, ha estado muy bien que What nos contara lo de los instrumentos, qué ganas tengo de ver a Bonamassa en directo … Buena semana también para ti, Eva. Abrazos.
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Ni idea de la película, pero sí conocía la canción (aunque no lo recordaba hasta que la he empezado a escuchar, es preciosa.
Un abrazo, Raúl
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En su momento, se escuchó mucho la canción, sobre todo en la versión de Bette Midler. Gracias, Luna. Un abrazo.
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