Oasis. “Don’t Look Back in Anger”

El 22 de mayo de 2017, un terrorista islamista británico de ascendencia libia, llamado Salman Ramadan Abedi, detonó una bomba casera cargada con metralla en el vestíbulo del Manchester Arena de la ciudad inglesa, cuando los espectadores salían del concierto que había ofrecido la cantante estadounidense Ariana Grande. Murieron veintitrés personas, incluido el asesino, y resultaron heridas más de mil. Tres días después de esta masacre, se guardó un minuto de silencio en todo el país, en homenaje a las víctimas. En Manchester, ese minuto de silencio fue acompañado de una reacción espontanea francamente emocionante; en este vídeo se puede ver cómo una persona empieza a cantar una canción, mientras que el resto de los asistentes se van incorporando a esta iniciativa, quizás imitando la interpretación que, el día después de atentado, realizaron los estudiantes de la escuela de música de Chetham (Manchester) de esta misma tonada.

El tema que eligieron los estudiantes y ciudadanos de Manchester para homenajear a sus convecinos fallecidos fue “Don’t Look Back in Anger”, una de las canciones más conocidas de Oasis, banda formada en Manchester a comienzos de la década de 1990, en el contexto del movimiento musical conocido como britpop, uno de los subgéneros del rock alternativo que, de alguna manera, acabó convirtiéndose en el antagonista del grunge estadounidense. Oasis publicó su primer álbum de estudio en 1994 (“Definitely Maybe”) y el último en 2008; la banda se disolvió en 2009, tras una fuerte discusión entre los hermanos Gallagher (Liam y Noel), ocurrida minutos antes de dar comienzo una actuación en París.

El tema anteriormente aludido, “Don’t Look Back in Anger”, fue incluido en el segundo disco del grupo -“(What’s the Story) Morning Glory?” (1995)-, tal vez el más conocido y exitoso de los de Manchester, en el que también destacan otras canciones como “Wonderwall”, “Roll With It”, “Morning Glory” o “Some Might Say”. La banda que hizo frente a este trabajo estaba constituida por: Liam Gallagher (voz, pandereta), Noel Gallagher (voz, guitarra), Paul Arthurs (guitarras, teclados), Paul Mc Guigan (bajo) y Alan White (batería). Al igual que la mayor parte de las canciones del disco, el tema que hoy nos ocupa fue compuesto -y cantado- por Noel Gallagher en París, durante una noche lluviosa, después de haber actuado en un local de estriptis cuando apenas eran conocidos. Según él mismo ha reconocido, fue escrito bajo la influencia de John Lennon (“Imagine”), David Bowie (“All the Young Dudes”) o The Beatles, con la involuntaria colaboración de su hermano Liam, responsable de la mítica frase “So Sally can wait”. Os dejo con algunas actuaciones en directo de Oasis interpretando esta bonita canción sobre la asunción del pasado sin traumas y la importancia de mirar hacia adelante, en concreto una en Knebworth (1996), otra en Manchester (2005) y una más en Argentina (2009).  

The Rolling Stones / The Andrew Loog Oldham Orchestra / The Verve. “The Last Time” / “Bitter Sweet Symphony”

Urban Hyms” (1997), el tercer disco de los británicos The Verve, es uno de los trabajos más representativos del pop inglés realizado a finales del siglo pasado; llegó a vender más de diez millones de unidades en todo el mundo y fue diez veces disco de platino. El tema “Bitter Sweet Symphony”, lanzado inicialmente como sencillo, es una de las melodías más conocidas de aquellos años, posteriormente versionada por artistas como Limp Bizkit o London Grammar e incluida en numerosas películas y series de televisión; la última que he escuchado en la serie juvenil “Riverdale”, a cargo de dos de su protagonistas: Ashleigh Murray y Camila Mendes, pero también se puede oír en “Los Simpsons”, en “Crueles Intenciones”, en “Embrujadas”, etc. La letra de la canción fue escrita por el vocalista de The Verve, Richard Ashcroff, a partir de una melodía de la Andrew Loog Oldham Orchestra que, a su vez, versionaba una canción de los Rolling Stones titulada “The Last Time”. Ésta última fue publicada en 1965, primero como single y, posteriormente, en la versión norteamericana del Lp “Out of Our Heads” (1965), el tercero de la banda. De esta canción, escrita por Mick Jagger y Keith Richards, se han hecho varias versiones, como las debidas a The Pupils, The Challengers, The Pharaophs, Bobby Bare, The Tractors, Dwight Yoakam, The Grateful Dead o los mexicanos Los Ovnis, aunque una de las más conocidas es la que hicieron los Who (sin John Entwistle y con Pete Townshend al bajo), con la intención de ayudar a pagar la fianza de Jagger y Richards cuando éstos fueron encarcelados, en 1967, por tenencia de drogas; aunque, para cuando se publicó esta versión, ya habían sido liberados.

Volviendo a The Verve y a la canción “Bitter Sweet Symphony” (aquí tenéis un estudio en profundidad de este tema), lo cierto es que se solicitó permiso para utilizar un sample de cinco notas de la mencionada versión de “The Last Time” realizada por la Andrew Loog Oldham Orchestra; la discográfica propietaria (Decca Records) dio permiso, aunque el mánager de los Rolling Stones acabó demandando a The Verve por excederse en lo inicialmente acordado; para éstos últimos la reclamación no tenía sentido, ellos entendían que habían compuesto una canción completamente nueva. El asunto aún se complicó más y, aunque no estaban de acuerdo, los miembros de The Verve acabaron por ceder los derechos de la canción a Jagger y Richards, ante la posibilidad de un largo e incierto juicio del que no quisieron participar. El compositor de la canción, Richard Ashcroft, llegó a decir en tono irónico: “esta es la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en los últimos 20 años”. Me llama la atención que los líderes de los Rolling Stones se prestaran a semejante arreglo, asumiendo como suya esta melodía ajena a ellos, sobre todo teniendo en cuenta que el tema objeto de discordia (“The Last Time”) es, en realidad, una adaptación de una canción góspel anterior titulada “This May Be the Last Time”, de los Staple Singers, algo incluso reconocido por el propio Keith Richards.

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