Buena parte de los madrileños hemos sido asiduos al Rastro en algún momento de nuestra vida, mi padre lo ha sido siempre. Salía de casa muy temprano, para evitar la avalancha humana que se formaba a partir de las doce de la mañana, y venía con los objetos más insospechados: herramientas, aparatos de índole diversa y cintas de casete que, normalmente, eran de flamenco y copla aunque, de vez en cuando, venía con música de otros palos por si sonaba la flauta y daba con alguna de esas cosas raras que, a ojos de mi padre, yo escuchaba (en aquella época debía tener entre 14 y 16 años). Un día llegó con una cinta que tenía una preciosa portada, donde predominaba el amarillo y todo tipo de motivos gatunos; comencé a escucharla y rápidamente me di cuenta que había hecho un gran descubrimiento; «Lord Greenville», «On the border», «Broadway Hotel» y el resto de canciones eran magníficas, pero el plato fuerte era la última canción: «Year of the Cat», que también daba nombre al disco, un tema de casi siete minutos plagado de sorpresas instrumentales: piano, violín, saxofón, guitarra acústica y guitarra eléctrica. Más tarde me fui enterando que este álbum pertenecía al cantante y compositor escocés Al Stewart, portador de un estilo que fluctuaba entre el folk, el folk-rock y el jazz suave y melodioso. Fue grabado en 1976, en los estudios Abbey Road, por el conocidísimo músico e ingeniero de sonido Alan Parsons (cualquier día de estos me ocuparé de él) y es, junto con «Time Passages», el disco más conocido y de más éxito de este interesante artista. Disfrutad del Año del Gato, una canción inspirada en la película «Casablanca» y en otro tema anterior del propio Stewart, finalmente fallido: «Foot of the Stage» que, a su vez, estaba basado en una triste historia protagonizada por el cómico Tony Hancock.
Etiqueta: Jazz-Rock
Steely Dan. «Do it again»
Hay bandas que necesitan del directo para expresarse y comunicar en toda su plenitud, que vibran y nos hacen vibrar cuando suben al escenario (seguro que cada uno de nosotros tiene su preferida). Otras, en cambio, prefieren la tranquilidad y los medios técnicos que ofrecen los estudios de grabación, los estadounidenses Steely Dan son un ejemplo de ello. Más que un grupo deberíamos hablar de un dúo, el formado por los excelentes músicos Walter Becker y Donald Fagen que, en la medida que lo creían oportuno, utilizaban otros instrumentistas -algunos de renombre- en la grabación de sus discos. Este grupo-dúo funcionó entre 1972 y 1980, durante ese período publicaron siete álbumes (más algún recopilatorio), después se separaron y, años después, volvieron a retomar la actividad. «Do it again» pertenece a su primer disco, titulado «Can’t buy a thrill»; es, tal vez, su canción más conocida y en ella podemos apreciar bien su estilo: un rock melódico muy sofisticado, cercano al pop y, sobre todo, al jazz. Estamos ante un grupo bastante singular que, aunque por concepto musical, podríamos alinearlo junto a otras formaciones de jazz-rock como Chicago o Blood, Sweat & Tears, tienen un toque pop y cierto aire sureño que es muy característico de ellos; tampoco me parece que sea el clásico grupo de rock melódico o AOR, mas que nada por la complejidad de algunas de sus propuestas, no siempre del gusto del gran público.