Sarah Vaughan. «Lullaby of Birdland»

El «Birdland» es un mítico local de jazz que fue inaugurado el 15 de diciembre de 1949 en la ciudad de Nueva York; fue abierto por una serie de socios, entre los que se encontraban Irving Levy, Morris Levy y Oscar Goodstein, quienes le dieron ese nombre para aprovechar el tirón del que entonces era su cabeza de cartel, Charlie «Bird» Parker». Esta sala de jazz fue testigo de actuaciones y artistas memorables y, durante la década de los cincuenta, se convirtió en el lugar de moda de estrellas como Gary Cooper, Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Ava Gardner, Frank Sinatra o Judy Garland. En 1952, el magnate de la industria musical Morris Levy estaba convencido de que un programa de radio podría promocionar, aún más, su exitoso club; para ello necesitaba una sintonía de cabecera, una canción que se repitiera cada hora. Según nos cuenta Ted Gioia en su libro El Canon del jazz: los 250 temas imprescindibles (Madrid: Turner, 2013), Levy se lo encargó a George Shearing quien lo compuso mientras comía bajo la inspiración de un bistec; de hecho, desde entonces siempre bromeó sobre este particular: «he vuelto varias veces al mismo carnicero a preguntarle si no tendría una réplica exacta de aquel bistec». «Lullaby of Birdland», el nombre dado a esta sintonía, ha sido interpretado por grandes artistas de la talla de Duke Ellington, Paul Bley, Stan Getz, Ella Fitzgerald, Charlie Haden & Paul Motian o Amy Winehouse, aunque existen más versiones. En entradas anteriores me ocupaba de las dos grandes damas del jazz, Billie Holiday y Ella Fitzgerald, pero creo que habría que añadir a una tercera: Sara Vaughan, la gran figura del bebop, capaz de dominar tanto los tonos graves como los agudos y, al igual que E. Fitzgerald, toda una experta en la técnica vocal conocida como «scat«. Por lo tanto, la versión elegida para «Lullaby of Birdland» es la de la norteamericana, incluida en su disco «Sarah Vaughan with Clifford Brown» (1954), en el que intervinieron los músicos Paul Quinichette, Herbie Mann, Jimmy Jones, Joe Benjamin, Roy Haynes, Ernie Wilkins, John Malachi y, por supuesto, Clifford Brown a la trompeta.

Autor: Raúl

Me llamo Raúl Rodríguez, me dedico a la docencia universitaria y a la investigación en el ámbito de la Historia de la Ciencia, actividades que forman parte de mi vida desde que acabé la carrera, allá por 1986. Sin embargo, la música está conmigo desde mucho antes, desde mi infancia y primera adolescencia, y ha sido siempre una leal compañera. Decidí abrir un blog de canciones con el propósito de encauzar mis inquietudes musicales a través de un canal que pudiera ser sintonizado por otras personas con intereses similares y que, además, sirviera como foro de opinión para todos aquellos que quisieran compartir su pasión por la música. Decidí llamar a este espacio "La Guitarra de las Musas", en honor de las diosas griegas de las Ciencias y las Artes, especialmente de la Poesía y la Música. Quiero pensar que si hubieran tenido guitarras –y baterías, bajos, teclados y demás instrumentos de nuestro tiempo- hubieran sonado como la música propuesta en este blog. En este espacio, el rock en casi todas sus vertientes será el protagonista pero, también, otros estilos como el blues, el jazz, el pop, el soul y las melodías más pegadas a nuestra cultura: cantautores, canción melódica, boleros, corridos mexicanos, tangos, rumbas e, incluso, copla. Por favor, que nadie se enfade conmigo si no encuentra aquí la música que le gusta; la selección de los temas y los comentarios realizados responden, únicamente, a mis intereses particulares que, como bien puede verse, están un poco anticuados. Todos aquellos que busquen música actual no la encontrarán en este sitio.

35 opiniones en “Sarah Vaughan. «Lullaby of Birdland»”

  1. Qué decir de la perfección de Sarah Vaughan y sobre todo la canción que has elegido que me trae muchos buenos recuerdos. Aunque ha quedado, a mi parecer, un poco eclipsada por Ella Fitzgerald, se merece un puesto entre las grandes damas del jazz. No conocía la historia de cómo se compuso esta canción. Saludos, Raúl.

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    1. Tal vez la versatilidad de Ella Fitzgerald le permitió llegar a más géneros y más público, pero la voz de Sarah Vaughan es de las que no se olvidan. Esta canción nos recuerda a aquellos lugares llenos de humo y buena música, que debieron abundar en los años 40 y 50. Saludos, Eduardo

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      1. Curiosa y divertida anécdota la del filete. Me recuerda a otra, pero esta de caracter personal y tiene como protagonistas a unos spagetis bastante más apetitosos que los de Guns and Roses 😉
        Resulta que estabamos ensayando hace muchos años, en el 87 y para calentar tocamos Man of the silver mountain y la verdad es que nos quedó de cojones. Christian el guitarra cuando terminamos de tocarla se queda mirandome fijamente y me dije «qué has comido» spaghetis le dije yo. Pues como todos los dás lo mismo porque menuda brea le has metido a la canción.
        Sobre Sarah ya le he comentado a Eduardo más arriba y creo que a ti en alguna ocasión que es mi voz favorita del jazz.
        Un saludo

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        1. El otro día lo comentábamos los dos en el blog de Alex, ¡qué portada más asquerosa! Pues es una anécdota clavadita a la de la canción, me imagino que para tocar la batería habrá que alimentarse bien y estar en forma.

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        2. La verdad es que si. Mira que soy flaco, peso 65 kilos y mido casi uno 1´80, digo casí por que el otro día en la mutua me midieron y había mermado 1 cm. Me hago mayor. Bueno, a lo que iba. Con lo delgado que soy después de cada ensayo, que sudaba que no veas, se me caían los pantalones y no es broma. Lo de buena forma, pse. El deporte y yo nunca nos hemos llevado bien jejejeje

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        3. Es de lo más asqueroso. Y supongo que Slash sin camiseta también jajajajaja. Como tenga tanto pelo en el pecho como en la cabeza, ya me dirás tú.

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        4. Ahora no te lo niego pero de joven… Menudo mozo era y si no lo reconoces, eres un envidioso. ¿No has visto fotos de él sin camiseta? Nada de pelo, sólo pectorales tersos envueltos en una preciosa Gibson (L). Por cierto Raúl, perdona la discusión, como puedes ver lo de Slash y los tíos buenos del rock da para mucho.

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    2. Estoy de acurdo contigo. El nombre de Sarah parece quedar en segundo plano frente a otras divas del jazz. Particularmente a mi es la que más me gusta. Otra gran dama que me gusta mucho es Carmen Mcrae.
      Saludos

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  2. Buuff, que vozarrón más delicioso tenía esta mujer, ¿no? Y el tema que saborcillo a garito lleno de humo, a media luz y lleno de hombres trajeados y mujeres vestidas de noche… Este tipo de canciones de Jazz siempre me sitúan en esa atmósfera.
    No escucho esto habitualmente, así que se agradece el receso de tanta tanta tralla eléctrica jejjejeje
    Saludos.

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    1. Eso mismo le decía a Eduardo: jazz, humo, copas y ganas de disfrutar con la música, lo que hubiese dado por conocer un sitio así en aquellos años (en esta ocasión, para este tipo de experiencia, soy algo joven, jajaja). A veces me da por pensar cómo sería un grupo de rock (melódico o progresivo, no heavy metal) con voces como ésta. Gracias Alex. Saludos.

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  3. Un tema precioso y elegante Raúl. Yo soy uno de esos seres que se trasladan a otra dimensión con la comida… Diría que incluso tanto como con la música (si son de calidad), pero estoy algo más limitada que este señor, pues no creo que pudiera parar el goce para componer nada haha. Sería una maravilla coger el Delorean y pasarse por esos garitos cuando eran auténticos y estaban desbordados de talento… Un abrazo.

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    1. Comer es un gran placer, Marta, pero al único que le inspira de verdad es a Salva ¿Has leído la anécdota que cuenta aquí, un poco más arriba?, es como la del filete de la canción, jajaja. Bueno, siempre nos quedará el cine, donde estos ambientes han sido muy bien recogidos. Un abrazo.

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  4. Un tema muy bonito, delicado y el manejo vocal es increíble, como nos ha venido arruinar el mentado autotune ya que sepulta a miles de voces prometedoras del día a día. Ese bistec tenía algo muy especial. Me recuerda a una canción de una banda que me encanta llamada Virtue, el tema emblema llamado «we stand to fight» nació mientras el guitarrista estaba sentado en el baño jajajaja y el resultado es una de las canciones más influyentes del nwobhm.

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    1. Está claro que la inspiración no sabes cuándo y dónde puede aparecer y que hay que estar preparado con papel y boli hasta cuando vas al baño, jajaja. Esto del autotune que comentas es como el photoshop, nunca llegas a saber qué es realidad y qué es manipulación. Gracias por el comentario Gabby, Saludos.

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  5. Sarah Vaughan me parece, junto a Billie Holiday, la mejor voz del jazz. A parte del registro vocal dominaba el scat a la perfección, como tú bien dices. Este tema es mítico, para mí una de las canciones más emblemáticas del jazz vocal. Saludos.

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  6. Estoy de acuerdo contigo, a mi me encanta el jazz vocal de aquellas cantantes; no sólo es la técnica, sino la intensidad y el alma que le ponen, en esto último Billie Holiday era única. Son cantantes que entienden que la voz es un instrumento más y eso no está al alcance de cualquiera. Saludos Adrián.

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  7. Que hambre me ha entrado de repente .me voy a hacer un filetón a lo vaughan y unos espaguetis a lo guns and roses….saludos

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  8. Una canción para una voz ancha. Para mí es la mejor versión, la de Sarah y Clifford Brown. No sobra una nota y se puede oír una y otra vez. Musicalidad pura.
    Quise regalarte esto: cuatro grandes divas cantando, pero cuando Sarah abre la boca, es la reina absoluta.

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    1. ¡Gracias por el regalo, qué maravilla de actuación! Completamente de acuerdo, las cuatro son fabulosas pero Sarah está un escalón por encima de las demás. Nos seguimos leyendo, Ernán. Saludos.

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  9. Madre mía, ¡qué voz! Hace con ella lo que quiere y suena limpísima. El vídeo de las cuatro me ha gustado mucho, y es verdad que la voz de Sarah es la más impresionante; sin embargo, para mí es muchísimo más conocida Aretha Franklin.

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    1. Sí, probablemente sea más conocida Aretha Franklin, pero ya ves el poderío de Sarah Vaughan, fue una de las grandes del jazz vocal. Gracias por pasarte, Luna.

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