En septiembre de año pasado, en un post dedicado al grupo de rock progresivo Los Jaivas, os hablaba de mi inolvidable viaje a Perú y de aquellos parajes de Cuzco, Machu Picchu y Valle Sagrado, a los que espero regresar algún día. Hoy quiero centrar la atención en una obra musical, “El Cóndor Pasa”, que algunos consideran como el segundo himno de Perú. Aunque muchos la conoceréis por la versión que hicieran Simon & Garfunkel en 1965, lo cierto es que su origen se remonta mucho más atrás, a 1913, año en el que fue estrenada la zarzuela peruana titulada “El Cóndor pasa …” en el Teatro Mazzi de Lima. La música es obra de Daniel Alomía Robles, mientras que el libreto original fue escrito por Julio de la Paz (pseudónimo de Julio Baudouin); esta obra estuvo perdida durante mucho tiempo hasta que, en julio de 2013, fue reeditada por el Colectivo Cultural Centenario, gracias a una reconstrucción de la partitura original realizada por el musicólogo Luis Salazar, con la colaboración de Daniel Dorival y Claude Ferrier. Esta zarzuela peruana, escrita para orquesta y no para instrumentos andinos, se compone de un acto y dos cuadros, en los que se narra la historia de un enfrentamiento racial entre trabajadores indígenas peruanos y los colonizadores, dueños de las minas en los que aquellos trabajaban. Cuenta con siete piezas musicales, que son las recogidas en nuestro tercer vídeo destacado de hoy; a partir del minuto 14:44 (hasta el final) podréis identificar la famosa melodía conocida como “El Cóndor pasa”.
Según señalan algunas fuentes, la primera grabación conocida de esta pieza fue la realizada por la Orquesta del Zoológico, en 1917. Durante muchos años parece que fue olvidada, tal vez por su reivindicación de lo indígena en una época en la que estos asuntos no interesaban demasiado o, incluso, se huía de ellos. En 1958, dentro de un movimiento de recuperación del folclore de los países latinoamericanos radicado en París, “El Cóndor Pasa” fue grabado por el grupo L’Ensamble Achalay y, en 1963, por Los Incas (vídeo con el que encabezamos esta entrada). Esta última es la versión que escuchó Paul Simon cuando coincidió con Los Incas en una actuación que tuvo lugar en un teatro parisino; Simon les pidió permiso para utilizar la melodía y Los Incas respondieron que pertenecía a un autor peruano, con arreglo de Jorge Milchberg (líder de Los Incas). La canción, finalmente titulada “El Cóndor Pasa (If I Could)”, incluyó algunas partes cantadas (en inglés) escritas por Paul Simon, y formó parte del álbum “Bridge Over Troubled Water” (1970), del que ya hemos hablado en otra entrada anterior. Desde entonces, no han dejado de publicarse versiones, tanto por grupos andinos como por artistas procedentes de diferentes géneros musicales; al parecer, existen más de cuatro mil versiones y más de trescientas letras diferentes para una melodía que, inicialmente, era instrumental. Aquí os dejo algunas, en concreto las interpretadas por Los Chacos, Los Indios Tabajaras, Paul Desmond, James Last Orchestra, Caravelli, Paul Mauriat, Gino Marinello, Chet Atkins, The Ventures, The Anita Kerr Singers, Emmerson Nogueira, Perry Como, Marie Laforêt, Gigliola Cinquetti, Gianni Morandi y José Feliciano.
Personalmente, desconocía todo lo anterior y posterior a Simon & Garfunkel, aunque siempre me pareció chocante el sonido de este tema en su repertorio. Así se entiende todo. Supongo que no soy la única y S&G son los que «se llevan la fama» respecto a este tema. En cuanto a quién «carda la lana» es en realidad discutible porque con tanta evolución y contribuciones… Todos los que han aportado algo diferente han contribuido a la evolución de lo que en principio era una zarzuela peruana instrumental. Muy interesante, como siempre. Un abrazo.
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Es verdad que ese movimiento parisino de recuperación de lo indígena fue importante, pero probablemente no fue mucho más allá de ciertos ambientes cultos. Fue una suerte que Paul Simon se encontrara con esta canción porque sin su versión probablemente el tema hubiera permanecido en el olvido, al menos para europeos y estadounidenses. Efectivamente, Simon & Garfunkel se han llevado la fama pero también gracias a ellos se ha podido conocer esta melodía y su historia. Muchas gracias, Marta. Un abrazo.
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Yo tampoco conocía los orígenes del tema ni el sentido reivindicativo. Los Incas me han gustado mucho, en especial la parte final tan movida.
Ahora voy a escuchar alguna versión más.
Un saludo, Raúl
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La historia es tan buena como la canción, sucede a menudo con las grandes composiciones y los grandes temas de la música popular. Desde luego, tienes versiones para elegir … Saludos, Evavill.
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Directo a Paul Desmond y la sorpresa es que se trata de un disco integro de Bridge over troubled waters. Bueno pues ya estoy con «So long Frank Lloyd Wright» a la que le da un aire bossanova precioso. Los acompañantes de lujo:Herbie Hancock, Ron Carter, Airto entre otros. Bueno pues ya tengo disco para varios días.
Volviendo a Paul Simon escuché en Radio Clásica lo de la zarzuela peruana, pero ahi no dijeron nada de que Paul había tomado la melodia en Paris de un grupo inca.
¿Es posible que este grupo le acompañara en el disco?
En su primer trabajo en solitario Paul retomo el sonido de los incas con un tema precioso pero sin ser tan pegadizo. Duncan, aquí lo dejo:
Admiro a Paul Simon y su curiosidad por otras músicas. Lo ha demostrado durante toda su carrera.
Gran tema y gran elección.
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Así es, los Incas acompañan con sus instrumentos andinos, lo iba a poner en la entrada pero al final se me pasó …, muchas gracias por recordarlo. Yo también admiro a Paul Simon, me parece uno de los grandes y, además, como comentas, siempre mostrando interés por otras músicas y culturas. El tema que dejas es muy bonito, y es verdad que recuerda mucho a «El Cóndor Pasa», ha sido muy oportuno que lo hayas recordado. En cuanto a la versión de Paul Desmond, me gustó mucho cuando la escuché y me pareció muy personal, pero no sabía lo que comentas del disco, algo que se puede ver incluso en la imagen fija del vídeo; yo también lo escucharé, gracias de nuevo, lrotula. Saludos.
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Una pasada para escuchar , gracias Raul. La melodia es muy, muy famosa y me dieron mucha risa los recuerdos relacionados con ello. Veraneamos en un pequenisimo pueblecito en la costa de Mar Negro , había el único bar donde cantaba en directo un chico armenio. Bueno , cantaba es decir mucho ,pero tuvo un teclado e imitaba a los hits populares abriendo la boca, a nadie lo importaba en plena noche bailando al lado del mar. Nos acerca dos hombres de mediana edad invitandonos a bailar. Eran dos camioneros robustos y simples de un pueblo de Siberia. Por el motivo de trabajo tenían suerte de ver la primera vez en la vida el mar. Estaban acojonados, la felicidad les desbordaba , ellos ya han aprobado todas las actividades que les proponia el escaso servicio playero nos contaban sus sensaciones con la alegria practicamente infantil y contagiosa. Y aquella noche tenían otro golpe de suerte es poder bailar con dos mujeres guapas. Uno de ellos se dirige al cantante para encargarle la música y como un caballero nos pregunta que canción nos apetecería que cante el armenio.
Mi amiga fue una mujer divertidisima , con la cara absolutamente seria le dice que a nos apetecería el primer concierto de Tchaikovsky . El camionero sin entender la broma lo pide al cantante absolutamente en serio. Al chico que trabaja todas las noches en el bar de verano es muy dificil sorprenderle, ya ha visto de todo. Sin pestanear el músico le contesta que …desde luego que sí y pone » El condor pasa » .
-¿ Es el primer concierto?- nos pregunta el camionero. -¡Sííí…claro que si, gracias ! – nos bailamos hasta las cinco de la madrugada. Un abrazo enorme, Raul.
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¡Qué anécdota más buena! Muchas gracias por el relato, la música con recuerdos siempre es mejor, aunque no sea Tchaikosvsky, jajaja. Me imagino que el chico armenio no se quedaría hasta las cinco, en algún momento la música se debió acabar o, tal vez, continuaron los bailes susurrando las canciones … Un abrazo aún más grande.
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Uy…que detallista eres…jajajaj
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acojonados…no ,es un error , perdon . Mejor …asombrados…., ¿verdad?
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El mar puede llegar a acojonar, aunque me imagino que ellos estaban asombrados y, quizás, maravillados
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Yo también estuve en Perú y precisamente allí me enteré de la historia de esta canción, que me encanta. 🙂
Esta entrada me ha traído muchos buenos recuerdos.
¡Tampoco me importaría repetir el viaje!
Un abrazo
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Yo fue en noviembre de 1999, en pleno pánico por el «efecto 2000», y todo eso en medio de unos lugares mágicos, con unas piedras que no parecen esculpidas por manos humanas. Hay que volver … Un abrazo.
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Yo también fui en noviembre pero del 2004. 🙂
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Madre mía Raúl, de nuevo sacas tu faceta de arqueólogo musical: no conocía nada más allá de la versión de S&G, que siempre me gustó mucho, y me ha resultado muy interesante tu explicación. Por suerte o por desgracia, es de esos temas que han calado tan hondo de una manera determinada (en este caso, para mí, la versión de S&G) que es muy difícil, incluso chocante, escucharla en otras maneras y eso que la versión de Los Incas la conozco bien y me encanta: mola mucho cuando se acelera hacia el final… La operística, como que no, no me acaba de entrar…
Abrazos!!
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Jajaja, gracias Alex, la verdad es que me encanta encontrarme con canciones que tienen una historia tan potente como ésta. La adaptación de los Incas es soberbia y, como comentaba con lrotula, está muy presente en la versión de Simon & Garfunkel, sin ir más lejos en la instrumentación. A mí tampoco me atrae mucho la zarzuela, pero ese el verdadero incunable de esta pieza (bueno, más bien un facsímil), de donde partió todo. Abrazos.
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