Hoy cumple años alguien muy querido para mí y eso es motivo más que suficiente para hacer una excepción en los usos y costumbres de este blog, ayer no hubo entrada, más que nada para no restar protagonismo a la de hoy. No vayáis a pensar que me voy a arrancar con una poesía, ¡ya me gustaría!, lamentablemente no tengo talento para ello. Así que he optado por buscar ayuda en las historias que nos proporciona la música. Como en gustos musicales soy bastante ecléctico, no tengo problemas para adaptarme a las preferencias de las personas a las que quiero; de hecho, cuando viajamos en coche escuchamos algunos discos variados de esos que nos pueden gustar a los dos, entre ellos los de pop y pop-rock en español, de artistas como Los Secretos, Joaquín Sabina, El Último de la Fila, La Guardia, Loquillo y los Trogloditas, Bunbury o Los Rodríguez. El otro día me di cuenta que en ninguno de estos recopilatorios está mi tocayo Rulo (Raúl Gutiérrez Ánderez), el que fuera líder del grupo de rock La Fuga y, posteriormente, de Rulo y la Contrabanda. Éstos últimos tienen dos discos de estudio: «Señales de humo» (2010) y «Especies en extinción» (2012), donde se incluye «A punto de colapsar», un tema creo que muy de tu gusto: rockero sin estridencias y con una melodía sabrosona al estilo de Los Rodríguez. Hubiese querido escribir esta letra aunque no creo que Rulo se enfade conmigo si se la pido prestada: «Fijo que si te desnudas se acerca el cielo y se quedan cortos todos los adjetivos. Todos los dioses quisieron rozar tu pelo y les distes calabazas por ir conmigo. Y volamos a La Habana, navegamos a Estambul, mis ojos no vieron ojos como los que tienes tú (…) Y nos perdimos en Brooklyn, en Amsterdam te hice un blues. Sólo me gusta estar lejos si a mi vera vienes tú (…) Tengo miedo de perder aunque llegué primero, ahí afuera el mundo está muy feo a punto de colapsar. Mi objetivo es coleccionar años contigo, seguiré burlando este destino que nos quiso despegar». ¡Feliz cumpleaños, Eugenia! Como dice mi tocayo Rulo, mi objetivo no puede ser otro que el de coleccionar años contigo.
Categoría: Pop-Rock
Los Secretos / J. Sabina / G. Parsons. “Ojos de gata” / “Y nos dieron las diez” / “Drug store truck drivin man”
https://www.youtube.com/watch?v=piNF7LUehsM
“Ojos de gata”, “Y nos dieron las diez” y “Drug store truck drivin man” son las canciones elegidas para este miércoles de versiones, tres temas que parecen tener un tronco común, tres manifestaciones de un mismo patrón melódico, como acostumbran a decir los especialistas en copla española cuando quieren designar aquellas canciones creadas, del mismo molde, a partir de una determinada copla matriz. En el caso que nos ocupa, lo verdaderamente llamativo es que son tres canciones con tres autores diferentes: Enrique Urquijo, Joaquín Sabina y Roger McGuinn & Gram Parsons. Detrás de ello hay una historia curiosa, que se ha explicado muy bien en los blogs “En clave de recuerdo” y “El primer cruce”; de ellos he obtenido la información que paso a compartir con vosotros.
A comienzos de 1991, Enrique Urquijo y Joaquín Sabina, quienes mantenían una excelente relación, coinciden en un bar de copas madrileño; comienzan a charlar y, en un momento dado, Urquijo le pregunta a Sabina si dispondría de algún material que pudiera utilizar para su próximo disco, dado que no estaba especialmente inspirado en aquellos días. Sabina le muestra unos versos que, al parecer, había escrito esa misma mañana y Enrique toma nota de ellos; de regreso a casa, en el mismo taxi, escribe el primer borrador de “Ojos de gata”; se lo presenta a sus compañeros de Los Secretos y deciden incluirlo, incluso como single, en su próximo álbum, “Adiós Tristeza”, que acabaría publicándose en septiembre de 1991. Mientras tanto, Sabina finaliza la canción por su cuenta y la titula “Y nos dieron las diez”, tema que formó parte de su disco “Física y Química”, lanzando en abril de 1992, apenas unos meses después del álbum de Los Secretos. Esta es la parte más o menos objetiva, con la que casi todo el mundo está de acuerdo; el resto son especulaciones y testimonios contradictorios. Las similitudes melódicas son evidentes, “Ojos de gata” en clave country-pop y la de Sabina al estilo ranchera mexicana, por lo que parece posible que el jienense conociera el tema de Urquijo y le sirviera como patrón o matriz. Sea como fuere, “Ojos de gata” tiene como autores a Urquijo y Sabina, mientras que “Y nos dieron las diez” declara un único autor: Joaquín Sabina. Para rizar aún más el rizo, es bastante probable que Enrique Urquijo se valiera de un tema de The Byrds (“Drug store truck drivin man”), grupo por el que siempre manifestó admiración, para componer su tema. Y no es un hecho aislado, el compañero Ángel Maíllo, en su blog “El Gramófono”, ya nos alertaba del gran parecido que tiene el tema “Agárrate a mi María” con “Carmelita”, del cantautor Warren Zevon. Las versiones más conocidas de “Drug store truck drivin man” son las de The Byrds y la de Joan Baez, interpretada en el Festival de Woodstock, sin embargo he preferido la de Gram Parsons y Emmylou Harris (aunque la calidad del sonido sea pésima) porque es en la que mejor se aprecia su parentesco con “Ojos de gata”.
Héroes del Silencio. «Héroe de Leyenda»
No es muy habitual que los libros sobre rock se ocupen de grupos españoles, salvo que sean textos de temática específicamente hispana. David Roberts, en su libro Crónicas del Rock. Una historia visual de las 250 mejores bandas de todos los tiempos (Barcelona: Lunwerg, 2013) ha tenido a bien considerar a formaciones europeas, e incluso de otros lugares como China, Japón o América del Sur, como dignas de merecer un hueco entre los doscientos cincuenta grupos más importantes de la historia del rock; no es fácil pero hay alguna banda española que lo ha conseguido, como los aragoneses Héroes del Silencio. Así se expresa David Roberts cuando habla de ellos: «Los Héroes del Silencio fueron una de las bandas de rock más populares surgidas en Europa continental. Formados en Zaragoza en 1984, su lealtad a su idioma natal los convirtió en pieza importante del movimiento Rock en español de los noventa. Su estilo dramático y grandilocuente les proporcionó popularidad duradera en Europa y América Latina. Su sonido con toques góticos y su imagen visual provocaron comparaciones con bandas postpunk británicas como The Cult y The Mission». Sus cuatro discos de estudio han sido incluidos, por la revista musical Al Borde, entre los doscientos cincuenta mejores álbumes de rock iberoamericano de todos los tiempos; la revista Rolling Stone los ha considerado como el segundo mejor grupo de rock español de la historia, tras El Último de la Fila; y, en 2007, fueron homenajeados en reconocimiento a sus más de seis millones de discos vendidos. Tuvieron actividad entre 1984 y 1996, no sólo en España, también fuera de nuestras fronteras, quizás más en su última etapa, la más cercana al hard rock. Su primer disco, en cambio, está más próximo al pop-rock; fue publicado, bajo el título de «El mar no cesa», en 1988 y finaliza con «Héroe de Leyenda», un tema que ya había sido grabado un año antes en un EP con cuatro canciones. Fue su primer éxito y en él ya podemos reconocer el estilo ampuloso y épico característico de este grupo, sus letras ambiguas y trascendentales, y el liderazgo de una de nuestras más reconocidas figuras del pop-rock actual: Enrique Bunbury. Aquí os dejo, también, la versión realizada por el grupo de rock mexicano Zoé.
Els Pets. «Jo vull ser Rei»
Quien haya vivido algún tiempo fuera de su Hogar, sin el abrigo de su familia, amigos, costumbres, incluso de su idioma, sabrá que lo más importante para llevarlo bien y que aquello no se convierta en una experiencia antipática y hostil, es no sentirse solo, buscar la complicidad y la compañía de otros que están en la misma situación que tú. Al menos a mí siempre me ha dado muy buen resultado. Recuerdo con mucho cariño la etapa de mi vida en la que viví en Poitiers (Francia); la experiencia profesional fue muy interesante, pero lo verdaderamente enriquecedor tuvo que ver con las relaciones personales, el contacto humano y la amistad. Llegué a Francia sin apenas conocer el idioma, más allá de unos rudimentos básicos adquiridos en un apresurado curso de francés realizado meses antes; mis primeras horas en Poitiers transcurrieron en la Oficina de Relaciones Internacionales donde, a duras penas, logré enterarme de la residencia que me habían adjudicado, y con mi tutor, una de las mejores personas que conocí allí. Me presentó a un colega, nos fuimos a comer y, finalmente, llegué a mi alojamiento. Éste era el momento clave, sabía que no podía quedarme solo, así que no lo dudé: me quedé sentado en la puerta hasta que escuchara a alguien hablar español. Y así fue, mi estrategia dio resultado, aunque no fue castellano lo que oí sino catalán; era un grupito de erasmus de la Universidad de Girona, a quienes me pegué inmediatamente. En dos o tres días ya éramos unos cuantos, pronto empezó a sumarse gente de Valladolid, Madrid, Zaragoza y de otras zonas de España, además de franceses y estudiantes de otras nacionalidades. Aquello sucedió en 1994, en plena efervescencia del pop-rock español. De hecho, la música siempre estaba con nosotros: en las habitaciones, en la cantina de la residencia, incluso en las fiestas. Así fue como conocí a Els Pets, gracias a mis amigos catalanes, mientras que ellos aprendieron un juego tan poco habitual en su Tierra como el Mus, al que se engancharon igual que yo a su música. De todas las canciones que escuchábamos siempre recordaré, de manera especial, «Jo vull ser Rei», un pegadizo tema de pop-rock con una letra políticamente incorrecta para aquella España, en la que aún se reverenciaba a la Monarquía y todo lo que ella representaba. Os recomiendo que prestéis atención a su estimulante, irónica y demoledora letra (aquí lo podéis hacer, en catalán y en castellano). No quiero acabar sin dedicar esta canción a todos los amigos y amigas que hice en Poitiers, siempre os llevaré en mi corazón.
Loquillo y los Trogloditas. «La mataré»
«La mataré» es una de esas canciones que me permiten viajar a momentos concretos de mi vida, en este caso a los años ochenta con los que tanto disfruté de la música y de la vida. Me consta que es una canción muy polémica, como polémico también fue su ataque por parte de algunos colectivos sociales. Pensaba comentar todo esto pero me he dado cuenta que el propio Loquillo lo explicó mucho mejor de lo que yo lo podría hacer; por lo tanto, reproduzco sus palabras, incluidas en el libro de Isabel Clúa (ed.) Género y cultura popular. Estudios culturales 1. Barcelona: Universidad Autónoma, págs. 26-27:
“Fue una de las canciones emblemáticas de los años 80 (…) Debería decir de antemano que la canción fusionaba la rumba y el rock and roll con ese desparpajo que teníamos entonces. Hasta creó escuela y ganó todos los premios de 1987 que podían concederse. A saber: críticos, revistas especializadas, emisoras de radio con pedigrí… Fue la causante de que la banda ascendiera al estrellato y de que toda España y parte de América Latina cantara aquello de «por favor, solo quiero matarla, a punta de navaja, besándola una vez más». La canción desapareció del repertorio de Loquillo y Trogloditas de un día para otro sin dar los protagonistas mayor explicación ante el asombro de sus fans. Las asociaciones feministas tacharon el tema de machista y de inducir a la violencia de género, y cargaron contra el autor de la letra y contra el grupo. EMI reeditó la canción en formato single 10 años después, y las emisoras de radio que anteriormente la habían encumbrado se negaron a radiarla. Conocido es que he apoyado siempre la causa contra la violencia de género. Entiendo, además, la razón ética por la que no debemos interpretarla, pero sí me pregunto a menudo si puedo apelar a la libertad de expresión para contar esta historia de un matador de mujeres ¿Se ha dejado de interpretar Otelo, de Shakespeare? ¿Se han dejado de interpretar los tangos más arrabaleros y sangrientos? ¿Hemos dejado de ver películas de bellos psicópatas que matan a las mujeres? Hace unos días, la Asociación de Mujeres Progresistas galardonó a Pedro Almodóvar por su visión del mundo femenino. No puedo dejar de acordarme del filme Átame, en el que Antonio Banderas y Victoria Abril protagonizaban un secuestro, amor y desde luego violencia de género. O Hable con ella, donde Javier Cámara hacía el amor a una mujer en coma. No recuerdo si en su día se calificó de violencia de género cualquiera de estos dos ejemplos. Estoy perplejo y me hago muchas preguntas. Me pregunto si la autocensura es válida para unos y no lo es para otros. Me pregunto si seguirán acusándome de machista si canto la historia del asesino de una mujer”.