C. Tangana. “Un veneno”

La décima edición del reality musical “Operación Triunfo” fue emitida por La1 de Televisión Española, entre el 19 de septiembre y el 19 de diciembre de 2018. La gala 9 tuvo como invitados a Vanesa Martín, Manuel Carrasco y C. Tangana. Éste último, con anterioridad, se había manifestado en contra de este formato, en el que se valora más pulsión por el triunfo que los valores musicales que puedan demostrar los concursantes. A pesar de todo, decidió aceptar la invitación y acudir para presentar su tema “Un veneno”, en el que Puchito plantea la contradicción en la que, a menudo, caen artistas como él, bohemios e inocentes, que acaban sucumbiendo a la erótica del triunfo: “Yo he nacido bohemio, pero tu amor me ha cambiado y ahora quiero triunfar y ganar. Y salir en la tele y la radio. Es un veneno cruel y violento, que estáis alimentando. Que va a hacer que me mate. Mientras todos seguís ahí mirando”. Es decir, que alimentó su propia contradicción cantando en OT, eso sí con una canción que habla de una “ambición desmedida por las mujeres, la pasta y los focos” que, en su opinión, era alimentada por programas como OT. Avisó que cantaría y se marcharía; y eso mismo hizo, para sorpresa del presentador, Roberto Leal, que se quedó helado cuando vio que C. Tangana se marchaba sin siquiera despedirse; Roberto sí se despidió de él, con un jocoso “hasta luego Maricarmen”. En este vídeo, el propio C. Tangana explica toda esta polémica.

Y dicho todo esto, algunos pensaréis que me he equivocado con la canción y el artista de hoy o, sencillamente, que me estoy pasando al rap y al reguetón. Espero que mi gusto, o mi evolución musical, nunca me lleve por esos derroteros, aunque nunca se sabe … Sea como fuere, esta canción me encanta; la reflexión que se plantea en torno al precio de la fama y sus consecuencias y, también, sobre el sentimiento de inferioridad que sienten algunos músicos, como C. Tangana, que llegan a sentirse intrusos, incluso culpables, por formar parte del negocio artístico sin tener una mínima formación musical: «Me pregunta la prensa: ‘Puchito, ¿cuál es la maña?’ Sin cantar ni afinar. Mmmm. Pa’ que me escuche to’a España”; en este artículo, publicado en El Diario.es, lo explica el propio C. Tangana. Y me gusta “Un veneno” no sólo por la letra, también por su apuesta musical alejada del rap y el reguetón, más próxima a estilos tradicionales como la rumba y el bolero cubano. Este tema se incluyó en su cuarto álbum de estudio, titulado “El Madrileño” (2021), un disco en el que participaron artistas como El Niño de Elche, La Húngara, José Feliciano, Toquinho, Gipsy Kings, Jorge Drexler, Eliades Ochoa, Kiko Veneno o Andrés Calamaro, entre otros. La versión de “Un veneno” que se grabó para este álbum contó con la colaboración de El Niño de Elche y de José Feliciano (aquí la tenéis); la que encabeza esta entrada, sólo con C. Tangana y El Niño de Elche, fue incluida en la reedición ampliada de este disco, finalmente titulado “El Madrileño (La Sobremesa)” (2022). Finalizo con tres versiones de “Un veneno”, a cargo de Morochos, Las Migas (el vídeo está muy bien) y Alba Rojas.

Pérez Prado y su orquesta / Eydie Gormé y el Trío Los Panchos / Gaby Moreno y Van Dyke Parks. “Historia de un amor”

Historia de un amor” es uno de los boleros más conocidos y versionados de la historia. Entre las numerosas interpretaciones que se han hecho de esta canción, las hay instrumentales, como la primera que destacamos en esta entrada, grabada por la Orquesta de Pérez Prado en 1956. Pero quizás sean más recordadas las cantadas, la mayoría en español, aunque también hay versiones en inglés, francés, portugués, croata, finlandés, hebrero, húngaro, sueco, japonés o chino.

Se suele otorgar al panameño Carlos Eleta Almarán (1918-2013) la autoría de esta melodía inmortal. Tal y como señala José A. Arteaga en la web Gladys Palmera, Carlos Eleta fue un empresario, “hombre de radio y de televisión, coleccionista, presidente del Partido Laborista de Panamá, representante hípico y apoderado de boxeadores”, aunque en el mundo de la música siempre será recordado como el autor de “Historia de un amor”. Esta melodía fue escrita, a mediados de la década de 1950, a modo de pésame y abrazo fraternal tras el fallecimiento de su cuñada Mercedes -la esposa de su hermano Fernando-, enferma de polio, cuando estaba a punto de dar a luz. El tono desgarrado de la canción y, más concretamente, determinados versos (“porque Dios me hizo quererte para hacerme sufrir más” o “adorarte para mí fue religión”) no fueron muy del agrado de los censores españoles. Manuel Román, en su libro Bolero de amor. Historias de la canción romántica (Lleida: Milenio, 2015; págs. 136-137), plantea la posibilidad (no confirmada) de que “Historia de un amor” no hubiera sido escrita por Carlos Eleta, sino por un empleado suyo: Arturo Hassán, más conocido como “El Chino”. En este mismo libro, también se hace eco de una historia muy fea -también recogida por medios como La Prensa o Panamá América– protagonizada por Carlos Eleta cuando era ya bastante mayor; en el año 2007 fue detenido y acusado de corrupción de menores, finalmente fue condenado a cuarenta meses de cárcel por mantener relaciones sexuales con un niña de 13 ó 14 años.

Las primeras grabaciones de “Historia de un amor” fueron las de Leo Marini (entre el bolero, el tango y el chachachá), Gregorio Barrios, Héctor Varela y su Orquesta Típica (en formato tango), Luis Arcaraz, Los Tres Ases y Libertad Lamarque, que cantó el tema en la película mexicana titulada igual que la canción, dirigida por Roberto Gavaldón en 1956. También de los años cincuenta son las versiones de Lucho Gatica, Lita Mirial y Niño de Murcia (en estilo flamenco). Para acompañar la clásica interpretación instrumental de Pérez Prado, os propongo una no menos clásica, la de Eydie Gorme y el Trío Los Panchos, publicada en el disco titulado “Amor” (1964); y otra bastante más reciente, incluida en “¡Spangled!” (2019), álbum de Gaby Moreno & Van Dyke Parks, del que ya hemos tenido ocasión de hablar a propósito del tema “Across The Borderline”. Como decía al comienzo del post, hay muchísimas versiones de esta canción; aquí os dejo las interpretadas por Abbe Lane & Xavier Cugat (en inglés), Lola Flores (flamenco), Los Albas (pachanga pop), Julio Iglesias (balada romántica), Moncho, Ana Gabriel, Mari Trini y Los Panchos, Alberto Pérez, Trini López, Luis Miguel, Lisa Ono, Luz Casal, Diego el Cigala, Ainhoa Arteta, Luis Mariano, Roberto Alagna y Lila Downs, Guadalupe Pineda, Iva Zanicchi, Martín Zarzar, Tonina Saputo (jazz), Califato 3/4 (flamenco-rap electrónico), Antonio Serrano y Josemi Carmona y Sweet Little Band (para bebés).

Eydie Gormé y el Trío Los Panchos / José Feliciano / La Vieja Trova Santiaguera. “La última noche”

“Yo escribí la letra. La música, en 1946, se la puso el pianista Bobby Collazo, pero todo el mundo piensa que él es el único autor. En verdad me dijo que iba a inscribirla a nombre de los dos, como era justo, pero no lo hizo así y la registró completa como de su autoría, lo que no me molestó nunca, porque éramos muy amigos y yo lo quería mucho”

Orlando Leopoldo Rodríguez Fierro. Consultado en la web Encuentro Latino Radio

Estas palabras, pertenecientes al compositor y cantante Orlando Rodríguez Fierro, aluden al bolero “La última noche” -también conocido como “La última noche que pasé contigo”-; tal y como señala Rafael Lam en su libro Historia de famosas canciones cubanas (La Habana: Ediciones Cubanas, 2020), se trata de “una de las canciones más famosas de Cuba, es una frase muy usada y tiene mucho que ver con la vida amorosa de la noche habanera que hizo época”. Orlando Rodríguez Fierro realizó estas sorprendentes declaraciones en el año 2002, cuando Bobby Collazo ya hacía tiempo que había fallecido.

Según nos cuentan en la web Encuentro Latino Radio, Roberto Cecilio Collazo Peña, conocido como “Bobby Collazo”, fue un “compositor, pianista, orquestador, director y actor” nacido en 1916; se dio a conocer en 1940, gracias a un concurso organizado por la emisora RHC Cadena Azul, con la canción “Rumba Matumba”, después trabajaría junto a Ernesto Lecuona y, en 1946, compondría la canción que hoy nos ocupa. Manuel Román, en su monografía titulada Bolero de Amor. Historias de la canción romántica (Lleida: Milenio, 2015; págs. 31-33), nos cuenta que la inspiración le vino durante un viaje que hizo a México, donde conoció “a una maravillosa mujer que le causó gran impacto. La estancia en la capital azteca llegaba a su fin. Tenía que despedirse, volver a La Habana. Se iba con una pena dentro de su alma, porque aquella mujer que le había llenado de ilusión, le traicionó en el último momento”.

Como comentábamos al principio de la entrada, años después de que Collazo muriera, Orlando Rodríguez sorprendería con unas declaraciones en las que apuntaba que, efectivamente, la melodía de esta canción fue compuesta por Bobby Collazo, pero la letra fue escrita por él, tomando como punto de partida sus vivencias, a los dieciocho años, junto a su novia Manuela, a la que conoció cuando trabajaba como portero en el cine Renacimiento (aquí podéis leer los detalles de este asunto).

Sea como fuere, el tema fue estrenado en Buenos Aires por el mexicano Pedro Vargas; parece que al principio fue un tango, aunque pronto se transformaría en bolero de la mano de artistas como Orlando Guerra, Orlando Contreras, el propio Pedro Vargas, Omara Portuondo, Susana Zabaleta, Fabiola Jaramillo, la orquesta de Xavier Cugat -con Juan Manuel Guerrero como cantante-, una de las primeras grabaciones de esta inmortal composición y, por supuesto, la terna que hoy proponemos en los vídeos destacados: Eydie Gormé y el Trío Los Panchos, José Feliciano y La Vieja Trova Santiaguera. Finalizo con dos versiones curiosas: la de Bambino, en formato rumba flamenca, y la de Los Albas, totalmente pachanguera.

Bobby Collazo (1916-1989)

María Dolores Pradera / José Feliciano / Los Relámpagos. “Dos cruces”

Carmelo Larrea (1908-1980) fue un compositor español de música popular, autor de temas tan conocidos como “Camino verde” o “Dos cruces”, nuestra canción de hoy. Tal y como nos cuenta Manuel Román en su libro Bolero de amor. Historias de la canción romántica (Lleida: Milenio, 2015), nació en Bilbao, donde comenzó a ganarse la vida durante su adolescencia en una tienda de bicicletas, como payaso en un circo y en otros menesteres alejados de su formación musical -fue alumno de Jesús Guridi en la Sociedad Filarmónica de Bilbao-. Finalizada la Guerra Civil, se estableció en Sevilla, donde trabajó como saxofonista en el tablao flamenco “Las Cadenas”, situado en el barrio de Santa Cruz. Allí se enamoró de la gitana Manolita Cruz -a quien ya había dedicado el pasodoble “Manuela Cruz”- y también de su hermana Rosa; según Manuel Román, “no sabía a que carta quedarse”. En estas enamoradizas circunstancias, hacia 1952, Carmelo Larrea compuso una de las piezas más conocidas del cancionero español: “Dos cruces”.

Cantó por primera vez esta canción, bajo el título inicial de “Soledad”, en Madrid, ciudad a la que solía acudir para actuar en locales como “Alazán”; pero no lo hizo allí, sino en el concurso de Radio Nacional de España “El Tribunal de la Canción”, con Jorge Gallarzo como intérprete. Las primeras grabaciones de este tema, del año 1952, fueron las del mencionado Jorge Gallarzo y la de las Hermanas Lombide, aunque por aquella época también la cantaban Nati Mistral y María Dolores Pradera, ésta última en la boîte Alazán, cuando este local era frecuentado por Carmelo Larrea. Ésta es nuestra primera versión destacada de hoy, concretamente la recogida en un EP de la madrileña publicado en 1962. Tres años después, fue incluida en el disco de José Feliciano “The Voice and Guitar of José Feliciano” (1965), con algunos cambios en la letra y un arreglo diferente del utilizado hasta entonces para esta melodía. Para completar la terna, os propongo la inolvidable versión instrumental del grupo de pop-rock Los Relámpagos, con un ritmo más rápido y ese característico sonido de guitarra de la formación madrileña; al igual que la de Feliciano, fue publicada en 1965, en su álbum titulado “Los Relámpagos”. Os dejo otras versiones, por si os gustan más que las que yo he elegido; por ejemplo, las de Caterina Valente, Los Tres Diamantes, Luis Mariano, Jorge Sepúlveda, Los Panchos, Los Sabandeños, Los Pájaros Locos, Milton Nascimento, El Consorcio, Diego “el Cigala”, Roberto Alagna, Niño de Murcia, Manolo Leiva, Angelillo, Miguel de Molina, Antonio Molina o Felipe Campuzano.

Carmelo Larrea (1908-1980)

Benny Goodman & His Orchestra (con Helen Forrest) / Trío Los Panchos / Dave Brubeck Trio. “Perfidia”

Alberto Domínguez Borrás (1906-1975) fue un compositor mexicano -socio fundador (1945) de la Sociedad de Autores y Compositores de México-, nacido en San Cristóbal de las Casas (Chiapas -México-), en el seno de una familia numerosa de dieciocho hermanos. Según nos cuenta su hija Alma Domínguez, en una entrevista realizada por Jacquelin Ramos para la web siempre.mx, su padre (Abel Domínguez) era profesor de piano y su madre (Amalia Borraz [sic]) fue nieta del creador de la marimba de doble teclado. Integrado en ese ambiente musical, es comprensible que Alberto Domínguez ya compusiera canciones a los ocho años; luego estudio piano en la Escuela Libre de Música y, a los dieciocho, ingresó en el Conservatorio Nacional de Música de México, lo que le permitió viajar a Europa para dar una serie de conciertos junto a sus compañeros, situación que aprovechó para encontrar trabajo como pianista de jazz latino. Es autor de dos canciones, “Perfidia” y “Frenesí”, que han trascendido estilos y fronteras, aunque su hija alma nos recuerda otros temas de su padre, quizás no tan conocidos, como “Humanidad”, “Mujer sin corazón”, “Me dejaste”, “Desesperación”, “Te voy a robar”, “Infierno”, “Dos almas”, “Canción criolla” o “Di que no es verdad”. Sus canciones tuvieron tanto éxito, sobre todo las dos citadas al principio, que Glenn Miller calificó a Alberto Domínguez como “el musicalizador de la II Guerra Mundial”.

Perfidia” es un bolero, compuesto en 1939, que cuenta con muchísimas versiones, la mayor parte de ellas en inglés (con letra de Milton Leeds), español e instrumentales, de ahí que hoy os proponga una interpretación correspondiente a cada una de estas categorías. Dado que el tema, desde muy pronto, tuvo una gran aceptación en los Estados Unidos (inolvidable su inclusión en la película «Casablanca«), en primer lugar, os sugiero que escuchéis la versión de Benny Goodman & His Orchestra (con Helen Forrest como cantante), de 1941; después, la clásica del Trío Los Panchos, cantada en español y publicada en 1951, al igual que la tercera destacada de hoy, la instrumental de Dave Brubeck Trio. Las primeras grabaciones de esta canción creo que son las de la Orquesta de los Hermanos Domínguez (instrumental), la de Xavier Cugat (instrumental) y la de Lupita Palomera con La Lira de San Cristóbal (en español), las tres de 1939. Después se siguieron publicando más; por ejemplo, las de Elvira Ríos con la Orquesta de José Morand (1940), Dave Apollon (1941), Edith Lorand (1941), Glenn Miller (1941), Dorothy Lamour (1945) o Bruno Pallesi (1951). Posteriores a la del Trío Los Panchos son la de Nat King Cole (muy conocida), Los Sabandeños, María Dolores Pradera, Bruno Lomas, Linda Rondstad, Paul Weston, Luiz Bonfá, Ellis Larkin, Pérez Prado, Tito Puente, The Ventures, The Shadows, Bert Weedon, Paco de Lucía, Los Indios Tabajaras, Café Tacvba, Donna Hightower, Cliff Richard &The Shadows, Ben E. King, Julie London, Luis Mariano o The Hillbilly Moon Explosion, aunque hay muchas más. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el bolero es un género que habla del amor y, más frecuentemente, del desamor, en el que no existe frontera entre lo gozoso y lo doloroso. También es un tipo de canción fuertemente imbuida del orden y los valores de antaño, esencialmente machistas; por ejemplo, en el tema que nos ocupa, la mujer es el origen de los males amorosos que atormentan al varón: es promiscua, cruel y probablemente incapaz de hablar con Dios.