Entre 1970 y 1973 el trío británico Emerson, Lake & Palmer (ELP) publicó cuatro excelentes álbumes, que se cuentan entre los mejores del género: “Emerson, Lake & Palmer” (1970), “Tarkus” (1971), “Trilogy” (1972) y “Brain Salad Surgery” (1973). Tardaron cuatro años en editar el siguiente, probablemente debido a tensiones entre los miembros de la banda, más interesados en proyectos personales, y ya sin esa complicidad creativa que les hizo ser uno de los grandes grupos de la historia del rock. No fue un caso único en este ámbito, en entradas anteriores ya hablábamos de lo que sucedió con Yes y con Genesis que, en 1978, publicaron sendos álbumes (“Tormato” y “And Then There Were Three”) que se apartaban del rock progresivo clásico para abrazar propuestas más cercanas al AOR y al pop-rock. Un año antes, este trío de virtuosos sacaba al mercado un trabajo doble titulado “Works, Volume 1” (unos meses después publicarían un segundo álbum, “Works, Volume 2”, esta vez en formato sencillo), que estaba compuesto por cuatro caras bien diferentes; la primera a cargo del teclista Keith Emerson, una pieza clásica con orquesta que, en cierto modo, acrecentaba el rechazo de quienes pensaban que el rock sinfónico tenía los días contados si no abandonaba su virtuosismo y grandilocuencia; la cara B era mucho más sencilla, estaba ocupada por cinco piezas intimistas compuestas por Greg Lake con la colaboración del King Crimson Peter Sinfield, quien ya había colaborado en el disco anterior de ELP; la cara C reunía el aporte de Carl Palmer, también con cierto regusto clásico (Bach, Prokofiev) y experimental; la última cara estaba formada por dos temas (“Fanfare for the Common Man” y “Pirates”) con la banda al completo.
Está claro que era un grupo en despedida; si aún se mantenían juntos era más bien debido a intereses económicos y comerciales que a motivos o razones de tipo artístico. Aún publicarían un Lp más antes de separarse (“Love Beach”, 1978), aunque después volverían a reunirse de manera esporádica, incluso en forma de trío con el batería Cozy Powell, en una formación denominada Emerson, Lake & Powell. El único que aún permanece con vida es Carl Palmer; Keith Emerson se suicidó en marzo de 2016 y, nueve meses después, falleció Greg Lake debido a un cáncer. Tal y como acabamos de comentar, Greg Lake tuvo a su cargo la cara B de “Works, Volume 1”. El tema más conocido, y el que tuvo mayor repercusión (probablemente también de todo el álbum), fue “C’est la Vie”, una bella y emotiva balada (aquí tenéis una versión en directo de 1977) que, según él mismo ha comentado, compuso influenciado por los sonidos de los instrumentos que escuchaba en la calle, cuando vivía en París, y también estimulado por la propia Edith Piaf; quiso entonces escribir una especie de canción francesa en torno a una de las pocas frases que conocía en aquel idioma: “C’est la Vie”. Poco después, esta melodía acabaría siendo versionada por el rockero local por excelencia, Johnny Hallyday.
Emerson, Lake & Palmer
¡Oh! Nunca escuché esta canción de EL&P. ¡Qué parisién! Con esa dulce melancolía de lo perdido, parece que bajara por Rue St. Honoré, mismamente.
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A mí también me da esa sensación, te hace viajar a París y, de alguna manera, transmite esa sensación de belleza distante que tiene la capital francesa. Un abrazo, Antonio.
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Es muy bonita, aunque tiene un tono de tristeza y derrota.
Un abrazo
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Sí, estoy de acuerdo, es un tema para escuchar cuando paseas por París en un día nublado. Un abrazo, Luna.
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Zapatero a tus zapatos.
Sigo pensando igual del tema, lo mismo que hace cuarenta años, y también utilizando la misma talla de gorra.
Incluso apurando, hoy peor, que me suena a aquello de que para cuatro días que me quedan en el convento, pues eso.
La tonadilla, poco más que pasable, pero los arreglos le sientan como a un santo dos pistolas.
No está a la altura, simplemente. Por mucho que la vista el sello de EL&P.
Sigo con la cucharilla escarbando, parece que el terreno empieza a ser más blando.
Saludos
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A mí me parece que a muchos santos le quedarían muy bien dos pistolas, ya sea para liarse a tiros con quienes le provocaron el sufrimiento terrenal o para compensar tanta santidad reconcentrada. Obviamente no estamos de acuerdo. Saludos, Caito.
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Dejarían de ser santos, descenderían a beatos rasos.
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Entonces me caen mejor los beatos que los santos…
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C’est la vie…una frase más usada de las que conozco…canta muy dulce. Un beso.
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Eso debió pensar también Greg Lake … Besos
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Este tema ha sido una oportunidad para escuchar con atención el disco de Works. Me ha sorprendido gratamente. La cara menos interesante a mi modo de «oír» es la de Lake. Demasiado convencional para ser ELP. Fue una lástima que no se aguantaran. La cara del trio al completo es puro sinfónico. Una buena despedida.
Y la de Emerson es buenísima. He oído un análisis sobre esta obra en un podcast de RNE muy curioso pues era desde el punto de vista de un crítico de música clásica.
Ha comentado que en el 2009 le dieron un premio musical a Emerson en Frankfurt lo comparte con pianistas clásicos que no conozco y con Chick Corea. La conclusión es que el mundo clásico ha reconocido con el tiempo la figura de Keith Emerson.
Lástima que tuviera ese triste final.
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A mí la cara de Lake precisamente me gusta mucho por lo que comentas, porque es más convencional y sencilla y, en general, contrasta mucho con toda la obra de Emerson, Lake & Palmer, incluido este disco. Además, con estos temas te haces un poco a la idea de que ya cada uno iba por su lado, aún así hicieron un gran trabajo, aunque por momentos pueda parecer algo inconexo. El otro día, preparando una entrada sobre un tema de Rick Wakeman, comentaba que Wakeman y Emerson son, desde mi punto de vista, los mejores teclistas que ha dado el rock progresivo; es normal que a Emerson se le reconozca todo, incluso desde ámbitos musicales diferentes al suyo. En el texto (justo cuando se menciona su nombre) he dejado enlace a la entrada que le dediqué cuando falleció. Saludos, lrotula.
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El caso es que no había escuchado este disco entero nunca, ni siquiera sabia de su existencia. Me ha encantado. Tiene cosas curiosas como la participación de Joe Walsh la cara de Palmer (vaya union más extraña) y los temas Tank y Pirate están muy bien. TODO UN HALLAZGO.
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Esas colaboraciones tan curiosas confirman que cada uno ya iba a lo suyo, pero desde luego se despidieron a lo grande con estos «Works», al menos en lo relativo a su obra progresiva; después publicaron «Love Beach», pero ya era un álbum más cercano al AOR. Me alegro que la entrada te haya animado a escuchar el disco.
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¡¡Hola Raúl y compañía!! Después de varias semanas de locura vírica, parece que las aguas van volviendo a su cauce y puedo dedicar algo más de tiempo a los placeres habituales, como es la lectura de este blog y, a ver si me dejan, la escritura del mío.
Se me han quedado varias entradas en el trastero, pero tratándose de ELP, no podía dejarlo pasar… ¡¡Que grandes fueron!! Mucho me temo que algunos de los que estaban con el cuchillo en la mano para acabar con el Rock Sinfónico-Progresivo de los 70, añoran ahora aquellos magníficos y virtuosos sonidos: suele pasar. Lo cierto es que el Prog, al final, sobrevivió a los malos tiempos y ha quedado como un recurso de, una vez más, virtuosismo y calidad musical. Que raro es que, hoy día, los grupos de Rock jóvenes no apelen a los grandes clásicos y, si aceptan alguna etiqueta, es la de ‘con toques progresivos’, como sello de calidad y garantía de solvencia, aunque al final ese toque sea poco más que un par de riffs al modo de King Crimson o ELP…
La canción de hoy no es de mis favoritas de ELP, pero sin duda, capta el trasfondo sonoro de la banda en sus mejores momentos, aunque quizá peque un poco de pomposidad con tantos arreglos orquestales y corales: quizá con algo menos de ‘producción’ hubiera sonado más auténtica, más íntima; pero claro, ya que tenían todo el arsenal a su disposición, ¿por qué no usarlo? jejjeje
Por cierto, del Love Beach, mejor ni hablamos jajjaja
Un abrazo!!!
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Cuando me llegan al whatsapp chistes sobre qué hacer en el confinamiento, me da la sensación que está todo el mundo ocioso y se me pone cara de tonto pensando que debo ser el único que trabajo desde casa … Por lo que veo a ti te pasa algo parecido. Buscando y rebuscando es cierto que aún salen grupos de rock progresivo interesantes, pero aquella explosión que se vivió en los setenta parece imposible hoy; se intentó en los ochenta con el neoprogresivo, y en los noventa con el metal progresivo, pero cada vez se hace más difícil para este estilo, más que nada porque los oídos de la gente joven ya están hechos a otros ritmos y melodías. Sí, mejor no hablamos del «Love Beach», ni de su portada, jajaja. Un abrazo, Alex.
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