Il Bacio della Medusa es un grupo de rock progresivo italiano creado en septiembre de 2002 por Simone Cecchini (voz, guitarra acústica), Federico Caprai (bajo) y Diego Petrini (batería, teclados); en 2003 se unieron a la banda Simone Brozzetti (guitarra eléctrica) y Eva Morelli (flauta, saxo); y, en 2005, lo hizo el violinista Daniele Rinchi. Su primer álbum, publicado en 2004, se tituló igual que la banda; y, según consta en su página web, tienen otros tres discos de estudio (“Discesa agl’inferi d’un giovane amante”, 2008; “Deus lo vult”, 2012; y “SEMEX*”, 2018), además de algunas compilaciones y álbumes en directo, como el reciente “AnimAcustica” (2020).
Volviendo a su primer trabajo, fue reeditado por BWR en 2006 y por AMS Records en 2015; ésta última es, precisamente, la grabación que podéis escuchar a través de Spotify. Si lo hacéis, en seguida os daréis cuenta que Il Bacio della Medussa es una formación que bebe de los postulados musicales establecidos por el rock sinfónico italiano durante la década de los setenta, bien representado por bandas como Premiata Forneria Marconi, Le Orme, Banco del Mutuo Soccorso o Latte e Miele. “Il Bacio della Medusa” es un disco en el que tienen cabida la fusión y la crispación crimsoniana -especialmente manifiesta cuando el saxo entra en acción-, el folk al estilo de Jethro Tull -sobre todo cuando la flauta se apodera de la composición- y esa dulzura tan característica del rock progresivo italiano, heredada de la tradición melódica italiana.
En el tema que he elegido para ilustrar esta entrada, la suite “Scorticamento di Marsia (Part I,II,III,IV), compuesta por Simone Cecchini y Diego Petrini, se pueden apreciar bastante bien estas influencias que, además, ayudan al desarrollo cambiante que nos ofrece este sorprendente y bello tema. Empezamos con un cierto tono experimental y una melodía inquietante; apenas un minuto después entran la guitarra acústica y la flauta de Eva Morelli, a lo Jethro Tull; hacia el minuto 4:07 se incrementa el ritmo, mientras toman el mando la guitarra eléctrica y la parte cantada, que se alternan en el protagonismo a la vez que la flauta ayuda a coser la melodía; en el minuto 7 comienza una nueva parte cantada -acompañada por la guitarra acústica-, al estilo de la canción melódica italiana, en la que sobresale un emotivo solo de guitarra; la parte más crimsoniana la podemos apreciar a partir del minuto 10:24, cuando los riff de guitarra eléctrica se hacen más enérgicos, alternando con los sonidos jazzísticos del saxo. En el álbum “AnimAcustica” (2020), citado anteriormente, se ha incluido una muy lograda versión acústica en directo de esta melodía (aquí la podéis escuchar).

Reconozco que el rock progresivo no me agrada mucho pero siempre es interesante aprender de tus comentarios .
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Eso es porque lo has probado poco, jajaja ¡Muchas gracias, Virginia! Besos.
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La parte más melodiosa de la guitarra y la flauta es lo que más me ha gustado. El principio me ha dado miedo, parecía que soplaba un viento siniestro.
Al final me terminará gustando el rock progresivo pero todavía me falta un poco para pillarle el punto.
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El tema tiene de todo, partes siniestras, partes melódicas y otras más virtuosas, creo que es un buen ejemplo de rock progresivo del siglo XXI, con el estilo y los valores de la época más gloriosa para el género, la setentera. Jajaja, a lo mejor hasta le pillas el punto … Saludos, Evavill.
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Pues a mí me gustó el rock progresivo desde que lo conocí aquí, ya lo sabes. Me gusta mucho su variedad e imprevisibilidad. 🙂 Aunque no me he dado cuenta de que Il Bacio della Medussa beba de ningún sitio, ja, ja.
¡Un abrazo!
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Jajaja, eso es lo de menos, queda sólo para los cuatro fanáticos que aún quedamos de este estilo. Está bien saber que hay buenos aficionados a la música, como tú, que aún aprecian el género. Un abrazo, Luna.
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