Al igual que los hijos cuando deciden independizarse de sus padres, el rock dio sus primeros pasos de manera independiente al country hasta que, a finales de los sesenta, se empieza a concretar un movimiento de confluencia entre ambos estilos. El country-rock nace a partir de grupos y artistas como The Byrds, The Flying Burrito Brothers, Buffalo Springfield o Gram Parsons, probablemente influenciados por cantautores de la talla de Bob Dylan, Warren Zevon o Jackson Browne, y por algunos de los integrantes (Buck Owens, Merle Haggard, etc.) del movimiento country conocido como «Sonido Bakersfield«. Sin embargo, el grupo que más hizo por popularizar este género fue Eagles, una banda de origen californiano creada en torno a Don Henley y Glenn Frey, después de que éstos decidieran crear su propio grupo a partir de su experiencia como banda de acompañamiento de Linda Rondstad. Si en otra ocasión proponía la balada «Lyin’ Eyes», perteneciente a su magnífico cuarto álbum de estudio, «One of these nights» (1975), para ésta os invito a escuchar «Take it easy», su primer gran éxito, incluido en su disco de debut («Eagles», 1972). La autoría de la canción pertenece a Jackson Browne y Glenn Frey; la idea original, así como la primera y tercera estrofa, pertenecen al primero que, ante las dificultades que estaba teniendo para acabar el tema, decidió pedir ayuda a su amigo Glenn Frey; éste escribió la segunda estrofa y arregló la canción de acuerdo a los parámetros estilísticos del country-rock. Un año más tarde, Jackson Browne contó con ella para su álbum «For Everyman» (1973) y para su repertorio de temas en directo (aquí podéis ver una versión acústica grabada en España). Además de las versiones originales (Eagles y Jackson Browne), os recomiendo la grabada por el cantautor country Travis Tritt para el disco homenaje a Eagles, titulado «Common Thread: The Songs of the Eagles» (1993), en cuyo vídeo participaron los miembros de Eagles. Existen otras versiones, algunas en otros idiomas, como la interpretación libre del español Kiko Veneno, en la que cuesta reconocer la melodía; aquí lo podéis comprobar, en una actuación en directo de Kiko Veneno que contó con la participación del propio Jackson Browne.
Etiqueta: Country-Pop
L. Armstrong / J. Ramone / K. Melua y E. Cassidy. «What a Wonderful World»
https://www.youtube.com/watch?v=CWzrABouyeE
Hay canciones especialmente tristes, como «The End of the World» o «For the good times«, pero también las hay optimistas y alegres. A las primeras casi nadie las critica, cuanto más duras y pesimistas sean mejor; en cambio, cuando son como «What a Wonderful World» podemos caer en la tentación de etiquetarlas de cursis y empalagosas ¿Dónde está la frontera entre mirar a la vida con una sonrisa o que ésta peligre por un endulzamiento no apto para diabéticos? Lamentablemente no tengo una respuesta objetiva para ello. Esta canción habla sobre la belleza de las cosas que nos rodean: los árboles, las rosas, los cielos, las nubes, el arco iris, incluso los bebés, que crecerán y aprenderán en un mundo maravilloso. «What a Wonderful World» fue escrita, por Bob Thiele y George David Weiss, con la idea de que se convirtiera en un remedio contra el enrarecido clima bélico, político y racial que caracterizó la década de los sesenta. Fue estrenada por el trompetista y cantante de jazz Louis Armstrong, un artista enorme, dotado de una arrebatadora personalidad y portador de una sonrisa sinigual, factores que influyeron notablemente en el éxito que tuvo esta canción en países como Reino Unido (en EE.UU. tuvo un seguimiento más discreto). Estamos ante uno de los temas más versionados de la historia; sin embargo, aunque hay mucho y bueno donde elegir, a mi me cuesta encontrar una versión mejor que la de «Satchmo»; por ello, he optado dos versiones bien diferentes, singulares en su planteamiento y, paradójicamente, con un trasfondo triste; me refiero a la que nos regaló el que fuera vocalista de la banda Ramones, Joey Ramone, alegre y rockera, como no podía ser de otra manera, y la delicada versión de dos elegantes cantantes: Eva Cassidy y Katie Melua, en un tempo completamente diferente: mucho más lento y melancólico. La de Joey Ramone fue incluida en su álbum póstumo «Don’t worry about me», como si fuera una declaración de intenciones, un deseo desesperado de agarrarse a la vida; la segunda es una versión imposible, se incluyó en el álbum «The Katie Melua Collection» (2008), doce años después del fallecimiento de Eva Cassidy -murió a los treinta y tres años, víctima de un cáncer-, su última actuación fue en septiembre de 1996 frente a un grupo de amigos para quienes cantó «What a Wonderful World». Ambos, Joey Ramone y Eva Cassidy, quisieron apurar la vida hasta el último día y lo hicieron con este canto al optimismo y a los buenos deseos. Espero que os guste mi regalo de Navidad ¡Felices Fiestas para todos!