Hoy más de uno habrá pensado que me he equivocado de grupo o que, realmente, en España debieron existir dos formaciones conocidas con el nombre de Los Brincos. Nada de eso, el tema “Mundo, Demonio, Carne” pertenece al álbum homónimo de Los Brincos que todos conocemos, el cuarto y último de esta formación, publicado en 1970. De los inicios de esta mítica banda española me ocupé en una entrada dedicada al tema titulado “Flamenco”; en ella, daba mi opinión sobre lo importante que fue este grupo para el pop hispano que se hizo durante la década de 1960, la gran aceptación que tuvieron entre el gran público y la calidad de su propuesta musical, con Fernando Arbex, Juan Pardo y Junior como principales artífices. Tras la publicación de su primer álbum (“Los Brincos”, 1964), salió al mercado “Brincos II” (1966), más o menos en la misma línea que el anterior, en el que se incluyeron temas tan conocidos como “Mejor”, Me dijiste adiós” o “Borracho”; después se produjo la salida de Juan Pardo y Junior, parece que tras un intento fallido de hacerse con el control del grupo en detrimento de Fernando Arbex. El caso es que Juan y Junior acabarían formando un dúo (los de “Anduriña”) y Fernando Arbex asumió la jefatura de Los Brincos; para sustituir a Juan y Junior, entraron Vicente Jesús Martínez (guitarra rítmica) y Ricky Morales -hermano de Junior- (guitarra solista), que habían formado parte del grupo español The Shakers (no confundir con la banda uruguaya). Con esta formación (Manolo González continuaba al bajo), se grabó el disco “Contrabando”, al que pertenecen canciones tan emblemáticas de esta banda como “Lola”, “El Pasaporte” o “Nadie te quiere ya”.
En 1969, Vicente Jesús Martínez se marchó al servicio militar, siendo sustituido por Miguel Morales -hermano de Ricky y Junior-; además, Fernando Arbex decidió introducir en escena al teclista colombiano Óscar Lasprilla, con el fin de dar un giro al estilo sonoro del grupo, desde el pop de sus inicios a la psicodelia y el rock progresivo, géneros que ya estaban imponiéndose en la escena europea. Con estos mimbres, Arbex pergeñó un álbum conceptual -tal vez el primero realizado en España- en torno a los tres grandes enemigos del alma: el Mundo, el Demonio y la Carne. A la discográfica de Los Brincos (Novola) aquello les pareció un espanto: canciones larguísimas, muchas en inglés, con un sonido muy diferente al que había sido seña de identidad del grupo, sin canciones potencialmente exitosas y, por si esto fuera poco, con una portada del pintor Claudio Bravo en la que aparecían los cinco miembros del grupo dibujados con sus torsos desnudos. La discográfica obligó a que la mayoría de las canciones fueran en español -algunas, como la titulada “Esa mujer”, francamente interesantes-, y que se sustituyera la portada por otra horrorosa, obra de Jesús Rodríguez Parada, en la que se ve una especie de criatura en forma de cerebro chorreante. Tras esta negociación con Novola, Fernando Arbex consiguió mantener el tema “Mundo, Demonio, Carne”, cantado en inglés, con más de doce minutos de duración y una estructura vanguardista próxima a la psicodelia y el rock progresivo. Una maravilla de composición.
Comienza con unos efectos acústicos que, en seguida, dan paso a un ritmo casi latino, suave, con protagonismo del órgano, todo muy psicodélico. Las percusiones dan paso a una fase más experimental, tenebrosa, que comienza siendo instrumental (sobre todo guitarra) para continuar con una parte cantada, que finaliza con la entrada de la batería. A partir de aquí se abre un nuevo movimiento, con cierto tono marcial, apoyado en percusiones, guitarras y teclados. La última parte del tema es más melódica y jazzística, con arreglos de viento y una finalización entre sonidos de aves y mar. El disco apenas tuvo aceptación entre el público, lo que condujo a la disolución del grupo. Treinta y un años después de publicado “Mundo, Demonio, Carne”, se realizó una reedición de este trabajo por el sello Arcade, el disco que realmente siempre quiso publicar Fernando Arbex: diez temas, todos en inglés, con la secuencia ideada por él, y una diferenciación clara de los cuatro movimientos que integran la suite principal: “Crazy World”, “Angel Felt”, “Hell’s Door” y “Body & Soul”. Además, en la portada se utilizó el diseño inicial, en el que aparecen los cinco integrantes de Los Brincos con los torsos desnudos. Os animo a que descubráis (si aún no lo habéis hecho) a estos Brincos oscuros y psicodélicos, quizás os llevéis una sorpresa.





