Joaquín Sabina. “Pacto entre caballeros”

Hotel, dulce hotel” (1987) es el quinto álbum de estudio del cantautor jienense Joaquín Sabina, justo el que se publicó después del mítico “Joaquín Sabina y Viceversa en directo” (1986), grabado en el Teatro Salamanca de Madrid. “Hotel, dulce hotel” fue un éxito absoluto, se vendieron unas cuatrocientas mil copias, y contiene temas imprescindibles en el repertorio de Sabina, como la canción homónima, “Oiga, doctor”, “Besos de Judas”, “Que se llama Soledad” o “Así estoy yo sin ti”, que comenzaba con aquella inolvidable estrofa: “Extraño como un pato en el Manzanares (…)”, al menos inolvidable para mí, porque siempre que la escuchaba, mientras hacía la mili en Melilla, me entraba un ataque agudo de melancolía nostálgica.

Con todo, mi canción preferida de este disco es “Pacto entre caballeros”, la canción más canalla del cantautor canalla por excelencia, algo así como un narcocorrido cheli, pero a ritmo de rocanrol, con toda la jerga necesaria para dar verosimilitud al relato: “pico” (inyección de heroína), “diez quinientas” (diez mil quinientas pesetas), “peluco” (reloj), “litrona” (botella de un litro de cerveza, a poder ser de Mahou), “tronco” (amigo), “caballo” (heroína), “birra” (cerveza), “canuto” (porro) o “queli” (casa). El tema cuenta una historia rocambolesca, en la que, supuestamente, se vio involucrado el propio Sabina. Tres heroinómanos le atracaron en la calle, pero se dieron cuenta que era Sabina, “ese que canta” y, para celebrarlo, se lo llevaron de marcha a una barra americana. Cuando acabaron la juerga, robaron un coche, llevaron a Sabina a su casa y le devolvieron todo lo que le había robado. Entonces, ellos le dijeron: “enróllate y haznos una copla guapa de las tuyas”; y él, que siempre cumple los pactos, cuando son entre caballeros, les escribió esta canción, con epílogo incluido: “Hoy venía en el diario el careto del más alto, no lo había vuelto a ver desde aquel día. Escapaba del asalto al chalé de un millonario, y en la puerta le esperó la policía”.

Según ha contado Pancho Varona (no os perdáis este vídeo), uno de los inseparables de Joaquín Sabina, la letra fue escrita por Sabina y la música por Sabina, Javier Batanero y el propio Pancho Varona, responsable del estribillo de la canción. También explica que lo que se cuenta en la canción “no es una historia real, pero algo pasó, algo hubo”; parece que Sabina iba por la calle, cerca de su casa, y vio como una persona era atracada por tres chicos jóvenes; entonces, se quedó parado, pensado que también le robarían a él, pero los atracadores le reconocieron y le dejaron marchar: “tú puedes pasar, Sabina, que te conocemos. Y Joaquín siguió para adelante y pasó, lógicamente, como hubiéramos hecho cualquiera. En esa época no había teléfonos móviles, no había nada (…) De esa historia surge la letra de ‘Pacto entre caballeros’. Todo lo demás es una fábula inventada por Joaquín, que es un maravilloso fabulador”. Finalizo con dos directos de Joaquín Sabina interpretando esta canción, uno de 1987 y otro, más reciente, de 2019; y con dos versiones, una a cargo del valenciano Benito Kamelas y otra del dúo catalán Estopa.

Joan Manuel Serrat. «Tu nombre me sabe a yerba»

“Yo empecé a cantar porque me gustaba sencillamente tocar un instrumento a los quince años (…) pero lo más difícil no es tomar una guitarra y empezar a cantar, porque en un país como el nuestro, que ha estado muy reprimido en muchos aspectos, pero sexualmente y políticamente en los que más, sexualmente ha habido siempre en toda nuestra gente la gran dificultad de tener relaciones con una muchacha. Entonces, la guitarra abre caminos insospechados y cuando uno tiene 19 años y tiembla cuando ve pasar cosas bonitas por delante suyo, que le son inaccesibles en un momento determinado, descubre que toca la guitarra y canta una canción y le escuchan. Entonces, las entradas son siempre más fáciles. Yo, a veces, he pensado que quizás, aunque pueda parecerles una frivolidad, empecé a tocar la guitarra porque era mucho más fácil tocarles el culo a las muchachas”.

Joan Manuel Serrat. Entrevista concedida a Joaquín Soler Serrano para el programa de televisión “A Fondo”, emitido en 1977 por Televisión Española, minuto 19:19.

Tengo tan lejos la adolescencia que ya no sé nada sobre las técnicas, habilidades y recursos que manejan los jóvenes de hoy para acercarse a las chicas; en los setenta, tal y como nos cuenta Serrat, había algo que siempre funcionaba o, mejor dicho, le funcionaba siempre al que sabía cantar y tocar la guitarra; y más aún si ese joven aprendiz de trovador se sabía canciones de amor, además de escuchar a Deep Purple o Led Zeppelin. Esa mezcla de tipo duro que deja al descubierto sus sentimientos con una guitarra, con la palabra o la mirada es algo que encandilaba a las chicas de mi generación. Cuando en nuestra pandilla de segundo de BUP empezaron a surgir las discusiones entre chicas y chicos alguien tuvo la feliz idea de solucionarlo utilizando a Serrat; no me acuerdo de lo que pasó exactamente, pero lo cierto es que los chicos no nos hablábamos con las chicas, y viceversa. Probablemente fue una tontería propia de adolescentes, alguna burrada que hicimos, algún desplante o cualquier cosa que sentó muy mal a las chicas, porque de lo que estoy seguro es que fuimos nosotros los que metimos la pata.

Como os iba diciendo, algún iluminado, probablemente con hermanos mayores que escuchaban a cantautores, dio con la solución: tenemos que hablar con ellas, pedirles perdón y dedicarles una canción; estaba claro que algunas de nuestras habituales, como “Highway Star” o “Shine on You Crazy Diamond”, no eran muy adecuadas para esos fines; tampoco servían las de “Grease”, como “Those Magic Changes”, muy del gusto de ellas pero que podían pecar de cursis, además de no estar cantadas en español. Nuestro redentor propuso a Serrat e inmediatamente apareció la canción: tiene que ser “Porque te quiero a ti”; nadie, hasta varios días después, se refirió a ella como “Tu nombre me sabe a yerba”. Lo demás os lo podéis imaginar: conversamos, desnudamos nuestros sentimientos y escuchamos, una y otra vez, este tema de Serrat como si no existiera otra cosa en el Mundo, enamorados de nuestra amistad.

Esta melodía apareció publicada en el primer Lp de Serrat con canciones en castellano, titulado “La Paloma” (1969), en el que también se recogieron otras canciones editadas con anterioridad en formato single, como “El titiritero” o “Poema de Amor”. “Tu nombre me sabe a yerba” es casi una canción pop, sencilla, vitalista, que nos habla del amor y de la naturaleza cercana (los montes, el mar …), dos de las constantes poéticas en la obra del catalán:

“Yo tengo dos paisajes fundamentales, el mar y el campo. El mar es la Barceloneta de mi niñez, con todo lo que representaba. Hubo una época preciosa en la que me tocó ir a Navarra, con trece años, a un lugar al que no había ido nunca, Viana. La vida del niño cambiaba absolutamente cuando llegaba el verano y te ibas a la playa en libertad. O la familia te mandaba al campo”.

Vicente, Jordi & Cubeiro, Carlos. Serratología. Joan Manuel Serrat en cincuenta canciones comentadas e ilustradas. Barcelona: Comanegra, 2015; pág. 31.

En cuanto al amor, así se manifestaba Serrat a finales de los sesenta, cuando se publicó “Tu nombre me sabe a yerba”:

“Yo pretendo componer una canción de amor distante sobre el amor constante. Hablando del amor muchos me han asegurado que éste no es capaz de llenar al hombre de vida. Este tema me da mucho que pensar. Intento saber si es realmente importante o sólo nos lo inculcan”.

Vicente & Cubeiro, 2015: 31.

Se ha especulado bastante en torno al origen de esta canción; aunque el autor nunca lo ha confirmado, hay quien opina que Serrat se inspiró en la historia de amor de sus padres cuando se conocieron y Ángeles, su madre, abandonó su Aragón natal para irse a vivir a Barcelona, donde residía Josep, el padre de Serrat. Otros piensan que su musa fue Pepa Flores (Marisol), con quien mantuvo un romance en aquellos años. En cualquier caso, lo único que ha confirmado Serrat, ante las preguntas de algunos periodistas, en un momento de gran lucidez mental, es que “Tu nombre me sabe a yerba” es un homenaje juvenil al canuto (Vicente & Cubeiro, 2015: 31).

Precisamente, una de las versiones más conocidas de este tema es la de Pepa Flores, aunque se han hecho muchas (con acierto desigual), no en vano es una de las melodías más populares de Joan Manuel Serrat; entre las más destacadas podemos citar las de Antonio Flores, María Dolores Pradera, Joaquín Sabina (junto al propio Serrat) o la de Sweet Little Band, especialmente pensada para bebés.

Esta entrada fue inicialmente publicada en el blog Musicae Memorandum, en febrero de 2018. Quiero dar las gracias a Jakesnake, Nostromo y Olomán por invitarme a participar en aquella bonita iniciativa.

Laura Nyro. “Stoney End”

“Stoney End” (1971) fue el duodécimo álbum de Barbra Streisand, uno de los más conocidos y exitosos de la cantante estadounidense. Los once temas que integran el disco fueron compuestos por cantautores contemporáneos, como Joni Mitchell, Gordon Lighfoot, Barry Mann y Cynthia Weil, Randy Newman, Carole King, Harry Nilsson, Barbara Keith y Laura Nyro, ésta última con tres canciones: “Hands of the Mann (Flim Flam Man)”, “Time and Love” y “Stoney End” (ésta es la versión de Barbra), que fue lanzada en Estados Unidos -con gran éxito- como sencillo principal. La primera grabación de este tema fue la de la autora, incluida en su álbum de debut (“More Than a New Discovery”, 1967), aunque existe una grabación anterior (aquí la tenéis), publicada como single en 1966, creo que con una letra algo diferente. Se ha especulado bastante sobre el posible significado de esta canción; en ella se alude a la madre, a la Biblia y a la dificultad para salirse del camino marcado para una mujer en determinados ambientes rurales de la América profunda; si queréis leer más sobre este asunto, podéis entrar en la web Song Meanings. Entre las versiones de esta canción anteriores a la de Barbra Streisand, también podemos mencionar las debidas a The Blossoms (de 1967), Linda Rondstad & The Stone Poneys y Peggy Lipton, éstas dos últimas publicadas en 1968; en cuanto a las posteriores, citaremos las de Salena Jones, Martha Pendleton, Diana Ross y Sara Bareilles.

A pesar de la gran calidad de estas versiones, hoy he preferido no restar protagonismo a Laura Nyro, una cantante excelente, con un timbre precioso y un rango vocal soberbio; y una de las mejores compositoras de su generación, aunque no sea tan conocida como Joan Baez, Joni Mitchell o Carole King. Nacida como Laura Nigro, esta neoyorkina del Bronx era hija de un afinador de pianos y trompetista de jazz, y de una contable, que la educó en valores progresistas y de conciencia social. En cierto modo, Laura Nyro fue una adelantada a su tiempo, pues era bisexual, feminista y, a finales de la década de 1980, se había convertido en vegetariana y en activista en favor de los derechos de los animales. Falleció el 8 de abril de 1997, víctima de un cáncer de ovario, cuando apenas tenía cuarenta y nueve años. Aprendió a tocar el piano ella sola cuando era una niña y, desde muy joven, leía poesía y escuchaba los discos de Nina Simone o Billie Holiday de su madre. Compuso sus primeras canciones a los ocho años, de adolescente cantaba con los amigos en la calle y en las estaciones de metro y, a los diecinueve, ya había grabado su primer single, precisamente nuestra canción de hoy, que ocupó la cara B del sencillo comercializado con el tema “Wedding Bell Blues”. De su genio creativo se beneficiaron artistas y grupos como Peter, Paul & Mary, The 5th Dimension, Blood, Sweat & Tears, Barbra Streisand, Rosanne Cash, Julie Driscoll, Brian Auger & The Trinity o Suzanne Vega, que incorporaron a su repertorio temas escritos por Laura Nyro.

Serrat. “Aquellas pequeñas cosas”

La vida es una suma de pequeñas cosas, de recuerdos que nos hacen llorar en la intimidad, cuando nadie nos ve. Éste es el sentir de una de las canciones más emocionantes y bellas del cantautor catalán Joan Manuel Serrat. “Aquellas pequeñas cosas” forma parte del álbum titulado “Mediterráneo” (1971), tal vez el más conocido y valorado de este artista; fue compuesto en su totalidad por él -excepto la letra de “Vencidos”, basada en un poema de León Felipe- e incluye temas tan recordados como “Mediterráneo”, “La mujer que yo quiero”, “Tío Alberto”, “Lucía”, “Barquito de papel” o la protagonista de nuestra entrada de hoy. La producción musical del disco estuvo a cargo de Piero Reverberi y de Juan Carlos Calderón, quienes también intervinieron en los exquisitos arreglos de este disco, al igual que Antoni Ros Marbà; Francesc Burrull cayó del proyecto cuando había empezado a trabajar en los temas “Mediterráneo” y “Vencidos”. En opinión de Luis García Gil (Serrat, canción a canción. Barcelona: Ronsel, 2004; págs. 112-113), “’Aquellas pequeñas cosas’ supone una introspección en la fragilidad de los recuerdos”:

“Asoma aquí la nostalgia y la capacidad sintética del cantautor para, prodigiosamente, narrarnos en poco tiempo lo que los recuerdos y el paso del tiempo traen consigo. Un violín y una guitarra son ahora los instrumentos que portan las emociones. ‘Aquellas pequeñas cosas’ es una canción mayúscula que tiene, como en ‘Barquito de papel’, la perfección de la síntesis, porque en poco campo expresivo todo se dice, nada se esconde. El tiempo naufraga y los recuerdos emanan de las palabras volcadas desde el sentimiento de la pérdida, de la huida, porque machadianamente Serrat canta lo que se pierde. Música y texto vuelven a dialogar ejemplarmente con hallazgos melódicos de primer orden. La escritura se revela espontánea y profundamente poética sin necesidad de recurrir a pareados forzados”

García Gil, Luis. Serrat, canción a canción. Barcelona: Ronsel, 2004; págs. 112-113.

En 1984, Serrat volvió a registrar esta canción, esta vez para el álbum “En directo” (1984), en el que intervinieron músicos tan destacados como Ricard Miralles (piano), Josep Mas ‘Kitflus’ (teclados), Jordi Clua (bajo), Francesc Rabassa (batería) y Albert Cubero (guitarra); en esta nueva grabación Serrat modificó la primera estrofa, para corregir un error lingüístico: “Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia”, en lugar de como aparece en el álbum de estudio: “Uno se cree que los mató el tiempo y la ausencia”. Luis García Gil, en el texto mencionado líneas arriba, nos recuerda que este imperceptible cambio no ha sido recogido en la mayor parte de las versiones que se han hecho de este tema; en la nota 93 (página 112), este autor nos habla de las principales versiones de esta canción emblemática de Serrat: Ketama, Gino Paoli, Rolando Ojeda, Santiago Auserón, Presuntos Implicados, La Voss del Trópico, Tania Libertad, El Consorcio, La Vieja Trova Santiaguera, etc. “Aquellas pequeñas cosas” ha sido grabada más veces por Serrat: para el disco “Serrat sinfónico” (2003), para el álbum titulado “Dos pájaros de un tiro” (2007) -realizado junto a Joaquín Sabina- o incluso en italiano, en el álbum “Quelle piccole cose” del grupo Pan Brumisti. Y finalizo con el punto de vista del autor sobre esta canción, a través de testimonios recogidos en el libro de Jordi Vicente y Carlos Cubeiro, titulado Serratología. Joan Manuel Serra en cincuenta canciones comentadas e ilustradas:

“Quería reflejar cierta ternura de lo cotidiano, la gran dimensión que adquieren en nosotros muchas veces las pequeñas cosas (…) Nada es indiferente. Todo lo que hay a nuestro alrededor es importante y, si a alguien no le pareciese así, le pediría sencillamente un minuto de reflexión. Cada una de las cosas que uno tiene alrededor significan o significaron algo o uno espera que vayan a significar algo (…) Por eso, muchas veces abriendo cajones, removiendo papeles o hurgando en las buhardillas, uno encuentra cosas pequeñas que le dan la vuelta al corazón (…) y hacen que el cerebro camine por otro rumbo muy diferente al que tenía unos segundos antes (…) Para mí son muy importantes estas pequeñas cosas, porque solo a base de estas pequeñas cosas puedo hacer mi gran cosa o nuestra gran cosa”.

Vicente, Jordi & Cubeiro, Carlos. Serratología. Joan Manuel Serra en cincuenta canciones comentadas e ilustradas. Barcelona: Comanegra, 2015; pág. 53.

Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
Te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
Que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.

Javier Krahe. “Cuervo ingenuo”

“Esa canción la empecé a escribir cuando gobernaba Calvo-Sotelo, se hablaba mucho de las crisis de energía. Tenía un par de estrofas, algo así como: ‘… yo nadar en agua fría, tú nadar agua caliente…’ Cuando Sabina me invitó a cantar, en la grabación de su disco con Viceversa, yo le dije que no me apetecía mucho, precisamente por lo grande del evento. Él me dijo: ‘no seas maricón (que es algo que dice mucho) haz una canción con kazoo y guitarra, que yo te acompaño’. Me puse entonces a mirar mi cuaderno y encontré lo del cuervo, me dije: ‘esto lo voy a aprovechar’. Lo primero que añadí fue lo de la OTAN, en esa época todo el mundo hablaba de ello, había mucha presión y tenía que mojarme. Luego de las comisarías, ya podían haber acabado con eso y no solamente no acabaron sino que permitían tenerte encerrado hasta diez días. Y, por último, lo de los aviones que habían comprado a los americanos, esos tan baratos. Fui a liarla. Yo sabía que tenía en las manos algo fuerte, muy fuerte. La canción la estrené en un instituto de la sierra, para probarla, y funcionaba. Yo me ponía muy nervioso al cantar, bueno, ahora también tengo que cantar una canción varias veces para estar seguro… Sabina sabía que podía ser una bomba, pero seguimos adelante. Me presentó en el concierto como: ‘Cuervo ingenuo va a decir algo a Oídos Sordos’, y me acompañó a la guitarra”

Javier Krahe. Entrevista para Diagonal.

En esta entrevista, realizada por Desakordes el 15 de noviembre de 2004 y recuperada el 10 de septiembre de 2015, tras el fallecimiento del cantautor español Javier Krahe el 12 de julio de 2015, el inigualable Krahe nos contaba cómo fue el origen de su controvertida canción “Cuervo Ingenuo”. Fue publicada por primera vez en el excelente álbum de Joaquín Sabina titulado “Joaquín Sabina y Viceversa en directo” (1986), grabado en vivo en el Teatro Salamanca de Madrid los días 14 y 15 de febrero de 1986 (ayer se cumplieron treinta y cinco años de este acontecimiento musical). Fueron varios los invitados que colaboraron en este disco: Luis Eduardo Aute, Javier Gurruchaga, Ricardo Solfa, Luis Mendo y, por supuesto, Javier Krahe. Tal como nos señala El País, en una nota de prensa publicada el 24 de febrero de 1986, uno de aquellos conciertos de Joaquín Sabina fue emitido por Televisión Española el día 23 de febrero, aunque

La canción Cuervo ingenuo, del cantautor Javier Krahe, una crítica irónica sobre el ingreso de España en la OTAN y otros aspectos de la política del Gobierno socialista, no fue incluida, tal como estaba previsto (…) En el momento de salir Javier Krahe al escenario, las cámaras de televisión fueron apagadas por orden del realizador, José María Quero, lo que motivó una réplica de parte del público, que preguntaba en voz alta por qué no se grababa precisamente aquella canción. En cambio, sí se incluyeron en el programa las restantes intervenciones de los invitados y un apretado resumen del recital de Joaquín Sabina. Fuentes de Televisión Española habían decidido en contra de la conveniencia de emitir la canción en época de precampaña del referéndum, presionando sobre Javier Krahe para que cantara otra canción o, en su caso, interpretara dos, de la que pudieran elegir una. El cantante se negó a ello, alegando su derecho a expresar su opinión sobre temas de actualidad

El País, 24/02/1986

Os recomiendo que veáis este vídeo (también lo dejo al final de la entrada), en el que algunos amigos, conocidos y coetáneos de Javier Krahe, incluso él mismo, ofrecen su punto de vista sobre lo ocurrido aquella noche, en la que se perpetró la que, dicen, fue la primera censura en la televisión española después de la Transición. En el vídeo que he dejado al comienzo del post, el original no emitido por RTVE, se puede ver a Javier Krahe y a Joaquín Sabina interpretando la canción vestidos de indios americanos, mientras teatralizaban una de aquellas escenas de los viejos westerns, cuando las autoridades militares estadounidenses engañaban a los nativos prometiéndoles cosas que incumplían de manera reiterada; sin embargo, en esta ocasión el presidente era Felipe González, al que Krahe ponía como hoja de perejil por su cambio de opinión respecto de la entrada de España en la OTAN, y por su actuación en asuntos como el paro, las reconversiones industriales, el maltrato en comisarías o los gastos militares: “Hombre blanco hablar con lengua de serpiente”. Javier Krahe no lo pasó nada bien durante los siguientes años; sufrió un feroz boicot a su obra y lo tuvo muy difícil para actuar en directo, sobre todo en determinados ayuntamientos:

Muchos disgustos, aunque una satisfacción personal grande. Mi mujer se enfadó conmigo, hasta recibí anónimos por teléfono avisándome de que no cantara aquella canción. Pero salimos y entonces varias cámaras dejaron de grabar. La gente se puso en pie, aplaudiendo, porque se dieron cuenta. Me vetaron en la tele, hecho que me trae sin cuidado. Pero se me cayeron todos los recitales y eso sí fue muy tenso, me anularon los bolos que tenía en ayuntamientos y demás, durante años. Me obligó a prescindir del grupo y tuve que sobrevivir en bares junto a Antonio Sánchez (ahora en Académica Palanca) a la guitarra. Fue una época muy dura

Javier Krahe. Entrevista para Diagonal.

Si queréis escuchar la grabación original con mejor calidad, lo podéis hacer aquí; en éste otro vídeo os dejo la versión que Krahe grabó para su disco “Elígeme” (1988). También os propongo alguna versión más, en concreto la de Moncho Alpuente, la de Los Toreros Muertos y la de Javier Krahe con el mismísimo Pablo Iglesias -con alusiones a Angela Merkel-, cuando éste último aún no tenía responsabilidades de gobierno.