Lynyrd Skynyrd. “Free Bird”

Del rock sureño, y de la banda The Allman Brothers Band, los creadores del género, ya hemos hablado en un par de entradas anteriores dedicadas a los temas “Whipping Post” e “In Memory of Elizabeth Reed”. También nos hemos ocupado del otro gran grupo abanderado de este estilo, los impronunciables Lynyrd Skynyrd, a través de la canción titulada “The Ballad of Curtis Loew”; en aquel post explicábamos los motivos que les movieron a tomar un nombre tan peculiar para la banda, y dábamos cuenta de sus primeros pasos como teloneros de The Allman Jays -el germen de lo que, posteriormente, sería la Allman Brothers Band-, así como de su excelente desempeño en directo, interpretando temas ajenos hasta que comenzaron a componer los suyos, de la mano de su descubridor, el músico y productor discográfico Al Kooper. Una de aquellas canciones propias, que comenzaron a tocar en directo, fue “Free Bird”. Este tema, quizás el más reconocible y exitoso de la banda, junto con “Sweet Home Alabama”, fue incluido en el primer álbum de estudio de los estadounidenses, el titulado “(Pronounced ‘Lĕh-‘nérd ‘Skin-‘nérd)” (1973), en el que también pueden escucharse otras canciones características de esta formación, como “Simple Man”, “Gimme Three Steps”, “Tuesday’s Gone” o “Mississippi Kid”. Recordemos la formación responsable de este álbum: Ronnie Van Zant (voz), Allen Collins (guitarra), Gary Rossington (guitarra), Ed King (bajo, guitarra), Bob Burns (batería) y Billy Powell (teclados); éste último, inicialmente un técnico de apoyo del grupo, se incorporó a la banda tras descubrir, casi accidentalmente, sus cualidades como teclista cuando interpretó la intro de “Free Bird” en una escuela de secundaria.

Los primeros bocetos de “Free Bird” fueron escritos por Allen Collins a comienzos de 1970. Cuando Ronnie Van Zant escuchó la canción, le pareció que tenía mucha letra y que había que cambiar algunas cosas en la melodía, así que se puso manos a la obra; en apenas unos minutos, Van Zant había propuesto una versión mejorada. A ella se le añadió la intro de piano de Billy Powell, con un sonido que recuerda al de un órgano gospel; el verso inicial (“Si me voy mañana ¿Me seguirás recordando?”), sugerido por Kathy, la novia de Allen Collins, con quien más tarde se casaría; y, por supuesto, el largo e inigualable solo de guitarra que ocupa la parte final de la canción, un espectacular duelo de guitarras gemelas (Allen Collins y Gary Rosington), inicialmente concebido como momento de descanso para Ronnie Van Zant, muy exigido debido a los múltiples conciertos que solían tener contratados en aquella época. De la demo grabada en fechas próximas a 1970, de apenas cuatro minutos, se pasó a versiones de más de catorce -como la clásica incluida en el excelente álbum en directo “One More From the Road” (1976)-, pasando por todo tipo de arreglos y cambios en su estructura y ritmo (aquí lo explican). Por cierto, en aquella interpretación en directo se puede escuchar, al principio, una pregunta de Van Zant: “¿Qué canción queréis escuchar?”, a lo que el público contestó “Free Bird”. Parece que, desde entonces, esto quedó como broma entre la banda y sus seguidores; incluso se ha hecho popular en todo tipo de conciertos, en los que se pide -sea cual sea el grupo- que se interprete este popular tema de los Lynyrd Skynyrd sobre el amor y la libertad.

En sus actuaciones en vivo, dedicaron la canción al guitarrista Duane Allman, fallecido en 1971 debido a un accidente de moto, cuando aún no había cumplido los veinticinco años. Finalizo con un directo del año 1977, para que los veáis en acción unos meses antes del accidente de avión que acabó con la vida de Ronnie Van Zant, Steve Gaines -reemplazó a Ed King en 1975- y la hermana mayor de éste, Cassie Gaines, cantante de respaldo de la banda; hubo tres muertos más, incluyendo al piloto y al copiloto, el resto sufrieron heridas graves.

Pekenikes / Dick Dale & His Del-Tones / The Outlaws. “(Ghost) Riders in the Sky: A Cowboy Legend”

Stan Jones fue un compositor y actor estadounidense, que entró en el cine gracias a su amigo John Ford, uno de los directores más importantes que ha dado el Séptimo Arte. A Stan Jones se debe la música de westerns inolvidables como “Río Grande” o “Centauros del Desierto”, aunque su canción más recordada es “(Ghost) Riders in the Sky: a Cowboy Legend”, también conocida con otros títulos: “Riders in the Sky”, “Ghost Riders”, “Ghost Riders in the Sky” y “A Cowboy Legend”. Este tema, cuya melodía recuerda a la canción popular de la Guerra Civil Americana “When Johnny Comes Marching Home”, fue compuesto por Jones a partir de una historia que escuchó de un anciano nativo americano cuando tenía doce años; según este relato, los indios americanos -quizás apaches del condado de Cochise- creían que, cuando las almas abandonaban los cuerpos físicos, se quedaban vagando por el cielo, como si fueran jinetes fantasmas. La canción, probablemente influenciada por la mitología escandinava, nos habla de cómo un rebaño de vacas con los ojos rojos cruza el cielo perseguido por unos jinetes fantasmas; uno de ellos le advierte al narrador que, si no cambia su comportamiento, acabará por unirse a ellos en una persecución eterna de esta manada demoniaca a través de los cielos.

Stan Jones debió grabar la copia original a finales de 1948 o comienzos de 1949; de este año son también las versiones de Burl Ives, Peggy Lee, Bing Crosby o Gene Autry. Obviamente, el género country atesora buena parte de las interpretaciones que se han hecho de esta canción; véanse, por ejemplo, las debidas a artistas como Jimmie Rodgers, The Brothers Four o Johnny Cash (tal vez la versión más conocida de todas), por citar sólo algunos ejemplos. También hay versiones melódicas (como la de Bobby Vinton), pop (como la de Tom Jones), en idiomas distintos del inglés (como la de Milton Nascimento, en portugués, o la de Pedro Vargas, en español) y otras verdaderamente curiosas, como la de Tom Jones y Raphael, cantada en español e inglés.

Sin embargo, para esta ocasión nos vamos a quedar con tres versiones dentro del ámbito del rock, dos de ellas instrumentales y la última cantada. Comenzamos con la de los españoles Pekenikes, recogida en su primer EP (“Madrid”, 1961); continuamos con la de Dick Dale & His Del-Tones, que formó parte del álbum titulado “King of the Surf Guitar” (1963); y finalizamos con la de la banda estadounidense Outlaws para el disco “Ghost Riders”, publicado en 1980. Pero hay más versiones rockeras, tanto instrumentales (The Ventures, The Shadows, Los Iracundos, Bert Weedon o The Trashmen) como cantadas (Sleepy LaBeef, Elvis Presley o Children of Bodom), seguro que cada uno de vosotros tendréis vuestra versión preferida. Recordamos que esta canción inspiró uno de los temas emblemáticos de los psicodélicos The Doors, “Riders on the Storm”, al que ya dedicamos una entrada en el año 2014.

Stan Jones (1914-1963)

The Marshall Tucker Band. “Can’t You See”

The Marshall Tucker Band es un grupo estadounidense, de Carolina del Sur, creado en 1972 a partir de músicos que, durante los años sesenta, tocaban habitualmente con sus respectivas bandas en el área de Spartanburg. Tomaron el nombre de una anotación que encontraron en la llave de una puerta; ésta es la que abría el almacén que habían alquilado como lugar de ensayo, justo cuando estaban dando sus primeros pasos como grupo, cuando aún estaban buscando nombre; tiempo después, se dieron cuenta que Marshall Tucker era un nombre real, concretamente el de un afinador de pianos ciego de Columbia (Carolina del Sur). Su primer álbum, titulado igual que la banda, fue grabado en 1973 con la siguiente formación: Paul Riddle (batería), Tommy Caldwell (bajo), Jerry Eubanks (flauta, saxo), Doug Gray (voz), George McCorkie (guitarra) y Toy Caldwell (guitarra principal, voz y autor de todas las canciones del disco). El estilo de este disco y, en líneas generales de los que se publicaron en los años setenta (su período más interesante), se sitúa entre el country rock y el rock sureño, con rasgos estilísticos procedentes del soul, el jazz, el blues o el rock progresivo; en este último caso, algo que se hace especialmente evidente en esos interesantes pasajes que nos deja el flautista Jerry Eubanks. Si comparamos el sonido de este grupo con el de las bandas de referencia del rock sureño, The Allman Brothers Band y Lynyrd Skynyrd, probablemente podamos concluir que son menos psicodélicos y bluseros que los primeros y menos hardrockeros que los segundos; en The Marshall Tucker Band hay un mayor peso de los elementos jazzísticos y progresivos y, sobre todo, del country.

Can’t You See” es una de sus canciones más conocidas; fue incluida en este primer disco, y en ella se aprecia muy bien ese sonido característico de la banda, una especie de rock sureño/country con flauta, algo inusual en estos estilos. Una versión en directo de esta canción, grabada en el Performing Arts Center de Milwaukee (Wisconsin) el 31 de julio de 1974, se incluyó en el cuarto álbum de estudio del grupo (“Searchin’ for a Rainbow”, 1975); en éste otro directo, del año 1973, podéis ver en acción al grupo. Esta historia sobre un hombre que sufre y huye, probablemente de un viejo amor, ha sido versionada por artistas como Waylon Jennings o Alabama. Como comentaba anteriormente, durante la década de 1970 grabaron sus mejores álbumes y, para mediados de los ochenta, la mayoría de los miembros fundacionales de la banda ya no estaban en ella. Parece que siguen en activo, y con muchos conciertos dados al cabo del año, aunque el único miembro de los Marshall Tucker Band que aún permanece es el vocalista Doug Gray.

Lynyrd Skynyrd. «The Ballad of Curtis Loew»

En los años sesenta del siglo pasado no estaba muy bien visto, al menos en la América profunda, que los adolescentes llevaran el cabello largo. Según cuentan las biografías habituales de la banda de rock sureño Lynyrd Skynyrd, dos de los miembros fundadores de este grupo, Bob Burns y Gary Rossington, fueron suspendidos por el profesor de gimnasia por ese motivo cuando estudiaban en el instituto, mientras intentaban hacer música donde buenamente podían (patios, garajes, etc.) junto a Ronnie Van Zant, el mítico vocalista de esta banda. Habían llamado a su grupo The Noble Five, pero sus problemas con el profesor de gimnasia, Leonard Skinner, inspiraron un cambio de denominación; por el miedo a posibles represalias, decidieron sustituir las vocales por letras “y”, de tal forma que lo que obtuvieron fue “Lynyrd Skynyrd”. Estos chicos de Jacksonville (Florida -EE.UU.-) se lo tomaron muy en serio; adquirieron una cabaña y se pusieron a ensayar entre ocho y doce horas diarias, hasta que consiguieron actuar como teloneros del grupo The Allman Jays, el germen de lo que luego sería The Allman Brothers Band, la formación más importante que ha habido de rock sureño, compartiendo méritos con los protagonistas de nuestra entrada de hoy.

De interpretar versiones de los Rolling Stones o los Yardbirds pasaron a componer sus propias canciones, que solían interpretar en directo. No obstante, tuvieron que esperar hasta 1972 para que los productores discográficos se fijaran en ellos; concretamente fue Al Kooper quien les ofreció la posibilidad de grabar un disco con la compañía MCA; lo titularon “(Pronounced ‘Lĕh-‘nérd ‘Skin-‘nérd)” (1973) y en él incluyeron una de las piezas más recordadas de su repertorio: “Free Bird”. Aunque hay otra canción aún más conocida, “Sweet Home Alabama”, precisamente el corte con el comienza su segundo trabajo de estudio, el titulado “Second Helping” (1974). Además de este gran himno rockero, en este disco hay excelentes temas, como “Call Me the Breeze” (versión de JJ Cale, de la que nos ocuparemos en otra entrada) o el elegido en esta ocasión: “The Ballad of Curtis Loew”. Escrita por Allen Collins (guitarra) y Ronnie Van Zant (voz) a partir de lugares y personas del barrio natal de Van Zant en Jacksonville, nos cuenta la historia de un chaval que todas mañanas buscaba botellas vacías para vender y, de esta manera, conseguir un dinero con el que obsequiar a Curtis Loew, un músico callejero al que adoraba por su manera de interpretar el blues; cuando Curtis fallece nadie va a su entierro, lo que lamenta el narrador de la canción. Finalizo con tres versiones, las debidas a Phish, Eric Church y Hayseed Dixie, ésta última en clave bluegrass.

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Tree Fox. “15/20”

Poco sé sobre la banda protagonista de esta entrada, los estadounidenses Tree Fox; ni en los libros que habitualmente manejo, ni en internet, he podido encontrar mucha información. El que fuera cantante, guitarrista y principal compositor, Larry Quinn, tiene su propia página, en la que comenta que se inició en la música en 1964, en bandas escolares; en 1966 comenzó a escribir sus propias canciones, en 1976 grabó su primer disco, un single para AMG Records con su grupo Tree Fox y, en 1979, el álbum titulado “Rough Road”, grabado en Cincinnati con la discográfica Fraternity Records, el único publicado por esta formación. Las webs CDBaby, Perolas do Rock’n’Roll y Rockliquias hablan de Tree Fox como una de las bandas más populares en el área de Albany (Nueva York -EE.UU-) durante la década de 1970, portadores del sonido característico del rock sureño, al estilo de bandas como The Allman Brothers Band o Marshall Tucker Band, con un cantante que recordaba a Jim Morrison aunque sin querer imitarlo. Los otros integrantes de Tree Fox fueron Rich Ertelt (guitarra), Leo Muzzy (guitarra, teclados), Eliot Collins (bajo) y Bruce O’Keefe (batería).

Os aconsejo que escuchéis el que fue su único álbum, “Rough Road”, un trabajo alegre y muy interesante, lleno de buenas canciones de rock sureño, como “Oh Linda!”, “Doin’ What I Wanna Do”, “Leavin’ in the Mornin’” (a mí me recuerda un poco al tema “Jessica”, de la Allman Brothers Band), “3 Day Weekend” o “Nothin’ Ever Stays The Same”, éstas dos últimas con buen trabajo a los teclados y algunas pinceladas hardrockeras. Otros temas se sitúan en una onda más rocanrolera, como “Rough Road” o “Where Does that Leave Me?” (éste me recuerda un poco a los Rolling Stones); también tenemos un tema de blues-rock (“Some Woman’s Man”), mientras que los dos más conocidos se mueven en el entorno del country-rock: “Wanderin’ Man” y “15/20”, lanzado como single, el que he elegido para presentaros a esta efímera pero interesante banda neoyorkina.

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