Billie Holiday and Her Orchestra. “Trav’lin’ All Alone”

«Jerry llamó al pianista y me dijo que bailara. Empecé y resultó deplorable. Repetí sin parar mis dos pasos hasta que empezó a chillarme y me dijo que me largara, que no le hiciera perder el tiempo.
Estaban a punto de sacarme de una oreja, pero yo seguía rogándole que me diera trabajo. Por último el pianista se apiadó de mí, apagó el cigarrillo, levantó la vista y me preguntó:
– ¿Sabes cantar, chica?
– Claro que sé cantar, eso no es nada del otro mundo
– respondí.
Yo había cantado toda mi vida, pero disfrutaba tanto con ello que nunca se me ocurrió que sirviera para ganar dinero. Además, aquellos eran los tiempos del Cotton Club y de las gatitas glamurosas que lo único que hacían era mostrarse atractivas, menearse un poco y recoger el dinero de las mesas.
Yo creía que ésa era la única forma de ganar dinero, y necesitaba cuarenta y cinco pavos para evitar que a la mañana siguiente dejaran a mamá a la intemperie (…)
Le pedí al pianista que tocara Trav’lin’ All Alone, lo más cercano a mi estado de ánimo. Y en algún momento debió de calar hondo. Se acallaron todas las voces en el bar. Si a alguien se le hubiera caído un alfiler, habría sonado como una bomba. Cuando finalicé, todos aullaban y levantaban sus vasos de cerveza. Recogí treinta y ocho dólares del suelo.
Antes de irme, al terminar la noche, dividí el botín con el pianista y me llevé cincuenta y siete pavos.
Compré un pollo entero y alubias con tomate, que a mamá le encantaban. Subí corriendo la Séptima Avenida hasta casa. Cuando le mostré a mamá el dinero para el alquiler y le dije que tenía trabajo de cantante por dieciocho dólares semanales, no podía creerlo«

Holiday, Billie. Lady Sings the Blues. Barcelona: Tusquets, 2010; págs. 43-44

Así nos cuenta Billie Holiday cómo comenzó su carrera como cantante. Tenía quince años, pero ya había vivido y sufrido como si tuviera noventa. Su madre la tuvo a los trece años; pronto serían abandonadas por su padre, por lo que tuvo que trabajar en lo que pudo para ayudar a su joven madre. Fue reiteradamente maltratada por unos familiares, que “cuidaban” de ella cuando su madre trabajaba. Sufrió una violación en un prostíbulo cuando tenía diez años; después de mantenerla varios días en la cárcel, inmediatamente después de ser violada, fue juzgada por un tribunal, junto con su agresor; a él le condenaron a cinco años, mientras que ella tuvo que pasar un infierno en un correccional católico regido por monjas. Un lugar terrible, donde le cambiaron el nombre por el de una Santa (en su caso, Teresa), en el que se vestía de rojo a las chicas que se portaban mal y en el que estuvo encerrada una noche, ella sola en una habitación junto al cadáver de otra chica que había fallecido recientemente al caerse de un columpio. Cuando salió del correccional apenas tenía trece años; fue entonces cuando perdió la virginidad con un trompetista en casa de su abuela, una experiencia traumática por la que odió el sexo durante mucho tiempo. Volvió a ponerse a trabajar, primero limpiando y, después, como prostituta; una denuncia de un cliente insatisfecho, amigo de la policía, hizo que la encerraran de nuevo.

Todo esto que os acabo de contar sucede en las primeras cuarenta y dos páginas de la autobiografía de Billie Holiday, las cuarenta y dos angustiosas páginas que anteceden a la cita con la que comenzamos esta entrada. Como os podréis imaginar, la vida de Billie Holiday a partir de los quince años, cuando empieza a ganarse la vida como cantante profesional, tampoco fue un camino de rosas: relaciones personales turbulentas, alcohol y drogas, prisión y una temprana muerte, a los cuarenta y cuatro años, debido a una cirrosis hepática.

“Trav’lin All Alone” fue la canción con la que Billie se arrancó a cantar en el Pod’s and Jerry’s de Nueva York, aquella noche en la que, a la desesperada, buscaba trabajo como bailarina. Se trata de un tema compuesto por J.C. Johnson, que acabó siendo grabado en 1937 por Billie Holiday and Her Orchestra, en un sencillo publicado por la discográfica Vocalion Records. Los músicos que acompañaron a Billie fueron Buck Clayton (trompeta), Buster Bailey (clarinete), Lester Young (saxo), Claude Thornhill (piano), Freddie Green (guitarra), Walter Page (contrabajo) y Jo Jones (batería). Finalizo con dos versiones, una anterior a la de Billie Holiday, la de las Boswell Sisters, de 1935, y otra de 2016, a cargo de Davina and The Vagabounds, banda a la que ya hemos recurrido en un post anterior.

Billie Holiday (1915-1959)

Herbie Hancock / Mongo Santamaría / Sly & The Family Stone. “Watermelon man”

Herbie Hancock es una de las grandes figuras del jazz, de las más creativas y controvertidas por sus fusiones y sus singulares propuestas musicales, que van desde el hard bob al jazz electrónico, pasando por el jazz fusión y el funky jazz. Según nos cuenta Keith Shadwick en su libro Jazz, Legends of Style (Barcelona: Time Life, 1999), este compositor y pianista nació en Chicago (1940), en una familia acomodada aficionada a la música; a los siete años ya tomaba lecciones de piano y, aproximadamente con once, tocó en un acto organizado por la Chicago Symphony Orchestra para jóvenes músicos. Tras formarse en el Grinnell College, empezó a ser conocido en el circuito jazzístico y, en 1960, se unió en Nueva York al quinteto de Donald Byrd, llegando incluso a grabar con ellos. En 1962 le ofrecieron la posibilidad de publicar su primer álbum con el sello Blue Note, titulado “Takin ‘Off”, en el que también intervinieron Freddie Hubbard (trompeta), Dexter Gordon (saxo), Butch Warren (contrabajo) y Billy Higgins (batería). El disco comienza con uno de los temas más recordados de Herbie Hancock y, yo diría, que de todo el jazz: “Watermelon Man”. Esta melodía fue grabada de nuevo por su autor en 1973, incluida en su álbum titulado “Head Hunters”, con mucha más fusión, sobre todo procedente del funk y la música electrónica.

“Watermelon Man” alcanzó un gran éxito de la mano del cubano Mongo Santamaría; parece que esta versión, de tan sólo unos tres minutos de duración, se gestó en un club nocturno del Bronx (Nueva York), cuando Hancock sustituyó aquella noche a Chick Corea en la orquesta de Mongo Santamaría; Hancock comenzó a tocar el tema y Santamaría se arrancó con las congas, poco tiempo después el cubano grabaría esta melodía para incluirla en su disco “Watermelon Man” (1963). Finalizamos esta terna con la versión grabada por una de las bandas de referencia del funk: Sly and the Family Stone; al menos que yo sepa, fue recogida en su álbum recopilatorio “Ain’t That Lovin’” (2000). Si os apetece seguir escuchando otras versiones de esta canción, dentro del ámbito del jazz, os recomiendo las de John Hendricks, Erroll Garner, Xavier Cugat, King Curtis, Quincy Jones, Julie London, Illinois Jacquet, Herbie Mann, Michel Camilo o David Benoit. Si queréis ver cómo suena en otros estilos, podéis probar con Big Mama Thorton, Alexis Corner, Albert King, Buddy Guy, Gloria Lynne o Manfred Mann.

Alexis Nolla. Proyecto «El vendedor de sandías» (http://elvendedordesandias.com/ilustraciones)

Gerry Mulligan Quartet / Ella Fitzgerald / Beth Hart y Joe Bonamassa. “Lullaby of the Leaves”

Beth Hart y Joe Bonamassa tienen tres álbumes grabados conjuntamente, los tres compuestos por versiones a cual más buena; el primero fue “Don’t Explain” (2011), que ya fue mencionado en una entrada anterior dedicada al tema “I’ll Take Care of You”; el segundo se tituló “Seesaw” (2013) y el tercero “Black Coffee” (2018), en el que se recogen interpretaciones de artistas como Lucinda Williams (“Joy”), Ike & Tina Turner (“Black Coffee”), Edgar Winter («Give It Everything You Got»), Kansas Joe McCoy («Why Don’t You Do Right») o Bernice Petkere y Joseph Young, los autores de la canción protagonista de esta entrada: “Lullaby of the Leaves”. Este estándar del jazz fue grabado por primera vez en 1932, probablemente por Connie Boswell, aunque en fechas muy próximas también lo hicieron George Olsen & His Orchestra y otros artistas, como Ben Selvin & His Orchestra, Ambrose & His Orchestra o Roy Fox & His Band, entre otros. De los años cincuenta son las interpretaciones de Benny Goodman, Errol Garner, Anita O’Day, Illionois Jacquet o la de Gerry Mulligan Quartet, con cuyo vídeo comenzamos este post. Fue incluida en su álbum “Gerry Mulligan Quartet Volume 1” (1952), con Chet Baker a la trompeta, Jimmy Rowles al piano, Chico Hamilton a la batería, Bob Whitlock al bajo y el propio Gerry Mulligan al saxo. La segunda versión destacada de hoy es la de Ella Fitzgerald, recogida en su disco “Hello, Dolly!” (1964), en el que también se incluyen versiones de los Beatles («Can’t Buy Me Love»), Cole Porter («Miss Otis Regrets»), Jerry Herman («Hello, Dolly!») o Domenico Modugno (“Volare”); la tercera es la, ya comentada, de Beth Hart y Joe Bonamassa. Por supuesto, hay bastantes más; dentro del ámbito del jazz os dejo las de Lionel Hampton & Dexter Gordon y la más reciente de Lori Carsillo; y en otros estilos (instrumental, melódico y country) os propongo las de The Ventures, The Platters y Chet Atkins. Prestad atención a la poética y metafórica letra: “El susurro de las hojas solía ser mi canción de cuna (…) Cántame para dormir. Canción de cuna de las hojas. Cúbreme con el cielo azul y déjame soñar uno o dos sueños”.

 

Benny Goodman / Glenn Miller / Duke Ellington. “Bugle Call Rag”

https://www.youtube.com/watch?v=sd5SZXcfD0o

Bugle Call Rag” es uno de los clásicos del jazz más entusiastas, rápidos y bailables que existen. Fue compuesto por Jack Pettis, Billy Meyers y Elme Schoebel, inicialmente con el título de “Bugle Call Blues”. La primera grabación, en un disco de 78 r.p.m., data de 1922, a cargo de la Friar’s Society Orchestra, una formación que, según indican en la web Me encanta el swing, cambió su nombre por el de New Orleans Rhythm Kings. De los años veinte y treinta son, entre otras, las grabaciones de Frank Westphal, Ted Lewis, Eddie Lang, Cab Calloway, Coleman Hawkins & The Chocolate Dandies, Henry “Red” Allen, Django Reinhardt o Nat King Cole; aunque las más conocidas de esta época son las de Benny Goodman, Glenn Miller y Duke Ellington, precisamente las tres que hoy destacamos. Ésta última, a su vez, acabó inspirando el tema “The Sergeant Was Shy”. Aunque las décadas de 1920, 1930 y 1940 fueron las más importantes para esta melodía, se ha seguido interpretando; véanse, sin ir más lejos, las versiones de Peanuts Hucko, Sy Lawrence, Gene Krupa o The Mill Brothers, y también ha sido abordada desde estilos como el country (Merle Travis, Bill Monroe, etc.) “Bugle Call Rag” ha aparecido en películas como “Viudas del jazz” (1942) -donde se puede ver la versión de Glenn Miller-, “Tres días de amor y fe” (1943), “La historia de Benny Goodman” (1956), “Rebeldes del swing” (1993) o “El Aviador” (2004), éstas últimas con la versión de Benny Goodman. En el sitio EstiloSwing señalan que “Bugle Call Rag” inspiró una parte del baile coreográfico de swing conocido como Shim Sham. Os dejo con estas tres espléndidas versiones, a ver cuál os gusta más; antes de decidiros por alguna, os recomiendo que también veáis los tres vídeos, que me parecen sensacionales.

Billie Holiday / Ella Fitzgerald & Louis Armstrong/ Miles Davis / Janis Joplin. «Summertime»

George Gershwin (1898-1937) fue un compositor y pianista estadounidense, hijo de una familia rusa de origen judío, que logró fusionar, de manera sobresaliente, la música clásica y el jazz; a él se deben obras como “Rhapsody in Blue”, “An American in Paris” o “Porgy and Bess”, y es también uno de los grandes autores del cancionero americano. Su última gran obra fue “Porgy and Bess”, una ópera en tres actos con música escrita por él, mientras que el libreto se debe a su hermano Ira y a DuBose Heyward. Con un reparto integrado por cantantes negros formados en música clásica, esta ópera trata de retratar el estilo de vida de las comunidades afroamericanas en el sur de los Estados Unidos a comienzos de la década de 1930; fue estrenada en el Colonial Theatre de Boston, el 30 de septiembre de 1935.

El tema más conocido de “Porgy and Bess” es el aria “Summertime”, grabado por primera vez en la voz de Abbie Mitchell, con George Gershwin al piano y dirigiendo la orquesta. Poco después (1936) lo haría Billie Holiday y su orquesta, cuyos integrantes los podéis identificar en nuestro primer vídeo de hoy. Sin embargo, la canción se haría realmente famosa gracias a la grabación de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, del año 1957. “Summertime” es una de las melodías más versionadas en la historia de la música, algunas fuentes hablan de unas treinta y ocho mil grabaciones registradas, aunque he de deciros que no me lo creo; en cualquier caso, seguro que superan las dos mil. Por lo tanto, como podéis comprender, parece una tarea inabarcable conocerlas todas. Como estoy seguro que vosotros habéis escuchado esta canción muchas veces, y por intérpretes diferentes, os animo a que nos digáis cuáles son vuestras versiones preferidas. Yo os propongo cuatro (en lugar de las tres habituales): las ya mencionadas de Billie Holiday y de Ella Fitzgerald & Louis Armstrong; una instrumental, la de Miles Davis (con Gil Evans), de 1958; y la de Janis Joplin, incluida en el segundo álbum de la Big Brother and the Holding Company, el titulado “Cheap Thrill” (1968). Seguro que os habéis dado cuenta que las tres primeras versiones propuestas son de jazz, sin embargo no es evidente que así lo fuera, al menos en sus orígenes; una vez más abuso del saber y la autoridad de Ted Gioia, él mejor que nadie nos explica qué es “Summertime”:

“Los expertos han debatido hasta la saciedad sobre cómo catalogar esta canción. Gershwin consideraba que había compuesto una nana. El compositor y estudioso Alec Wilder se negó a analizar “Summertime” en su libro La canción popular estadounidense porque, a su juicio, pertenecía al género operístico. Otros han intentado demostrar que existe una conexión entre la pieza de Gershwin y el espiritual “Sometimes I Feel Like a Motherless Child” o vincularla a canciones de orientación bluesera, como “St. Louis Blues”, de W. C. Handy. El musicólogo Peter Van der Merwe, en cambio, ha insinuado que la composición tiene más elementos en común con la música de Antonín Dvořák; y según Wayne Shirley, de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la armonía principal de “Summertime” deriva del “acorde de Tristán” (formado por las notas Fa, Si, Re sostenido y Sol sostenido) de Richard Wagner. Por otro lado, tanto la producción original de Porgy and Bess, la ópera de 1935 para la que se compuso la canción, como la reposición de 1942 se estrenaron en Broadway, donde la conexión con el teatro musical estadounidense sería más evidente. Repare el lector en que ninguna de las hipótesis citadas llega siquiera a apuntar la posibilidad de que “Summertime” sea, por encima de todo, una canción de jazz”.

George-Gershwin.jpgGeorge Gershwin