Mermelada. “Coge el tren”

El rock urbano y la “Movida” se suelen presentar, por críticos y aficionados musicales, como movimientos antagónicos y excluyentes; si preguntamos a un seguidor de Leño, Topo o Asfalto seguro que acusan a la “Movida” de haber acabado con el rock; si preguntas a un fan de Kaka de Luxe o de Parálisis Permanente por “el rollo”- expresión por la que también se conocía al rock urbano- quizás digan que aquel era un movimiento anticuado, poco creativo y, sobre todo, poco divertido. Sin embargo, a finales de los setenta, hubo alguna banda que se situó entre ambos movimientos; ni practicaban punk o new wave, ni tampoco hard rock-progresivo de barrio con mensaje social, simplemente hacían rocanrol. Uno de aquellos grupos, Tequila, tuvo muchísimo éxito; otros, como Mermelada, no tanto, aunque lograron publicar un buen número de álbumes y una canción (“Coge el tren”), que jamás olvidaremos los que vivimos durante aquellos interesantes años de cambios musicales mientras el país estaba inmerso en plena Transición política.

Mermelada se creó hacia 1977, inicialmente bajo el nombre de Mermelada de lentejas, con Javier Teixidor “Teixi” (guitarra, voz, y gran conocedor del blues) como líder de la banda; el resto de componentes eran: Javier L. Encinas “El Moro” (armónica), Daniel Montemayor (bajo, acordeón) y Antonio Yenes (batería). Quién mejor que “Teixi” para contarnos cómo fueron los inicios de Mermelada y, también, para poder comprender lo próximos (en el sentido literal de la palabra) que estaban a los actores principales de la “Movida”, de la que llegaron a participar en lo que suele considerarse como el acto fundacional de este movimiento, el homenaje al batería de Tos, Canito, fallecido prematuramente:

“En el verano del 78 Nacho Canut y su familia veraneaban cerca de donde yo pasaba los veranos, por lo que nos conocíamos, y un día, hablando de música, me dijo que había formado un grupo punk, que se llamaba Kaka de Luxe, y que estaban buscando lugar de ensayo. Le dije que, casualmente, yo tenía un grupo de R&B, Mermelada de Lentejas, y también buscaba local. De esta manera, encontramos un local en el Centro Cultural de la Prospe, que antes había sido un antiguo colegio de mandos fascistas, y, como no teníamos suficiente pasata para pagar, avisamos a otros dos grupos para compartirlo: Los Zombies -con Bernardo Bonezzi- y Tos, que después de la muerte de Canito, su batería, se cambiarían el nombre por el de Los Secretos (…) cuando podíamos incluíamos a Tos como teloneros, porque estaban un poco más ‘verdes’ y necesitaban tocar, como todos. Nos hicimos buenos amigos, y en la Nochevieja de 1979, nos fuimos de fiesta de Madrid a Villalba, por la nacional VI, y sufrimos un accidente en el cual Canito, su batería, falleció, y el nuestro, Antonio Yenes, estuvo hospitalizado unos meses. Los demás salimos ilesos. Fue un golpe muy duro. De aquí surgió la idea entre Mermelada y Secretos de hacer un concierto en su memoria. Nosotros les prestamos el equipo técnico y todo lo que se necesitó. Este concierto, que se considera clave en el nacimiento de la movida, fue retransmitido por TVE y la radio, y participaron Nacha Pop, Mamá, Paraíso, Alaska y los Pegamoides, Los Trastos, Los Rebeldes -de Madrid- y Mario Tenia y los Solitarios”.

Javier Teixidor “Teixi”. Consultado en: Dominguéz, Salvador. Los hijos del rock. Los grupos hispanos 1975-1989. Madrid: SGAE, 2004; págs. 532-535.

Tras participar en el Primer trofeo de Rock Villa de Madrid 1978, publicaron un sencillo y un doble sencillo con la discográfica Chapa y, ya en 1979 su primer álbum (“Coge el tren”), en el que se incluyeron canciones compuestas por ellos (sobre todo por “Teixi”) y alguna versión, como “Espero que puedas ser feliz”, versión de “I Wish You Would”, del bluesman Billy Boy Arnold, y “Encrucijada”, versión del clásico de Robert Johnson «Cross Road Blues«. El estilo de este interesante álbum, reeditado en 2015, se sitúa entre el rabioso rocanrol y el R&B. Para que os hagáis una idea de cómo fue recibido por la crítica de la época, os dejo dos testimonios recogidos por Salvador Domínguez en el libro anteriormente citado (págs. 533-534): “Mermelada es un grupo de la New Wave madrileña que hace rock y rhythm & blues. El equivalente local a George Thorogood & The Destroyers, pero más fresco, juvenil y menos amargado” (Patricia Godes, en la revista Vibraciones, julio de 1979); “Descargó el grupo Mermelada, que hizo rock and roll y rock blusero en plan anfetamínico (lo que vulgarmente se llama marcha a toda pastilla)” (Jesús Ordovás, en la revista Sal Común, junio de 1979). Juanjo Mestre, en la web Espacio Woody/Jagger ha definido el estilo de “Coge el tren” como

«un disco de rhythm&blues macarroide, obrero y proletario, dirigido a trabajadores asalariados, y doloroso para ejecutivos de corbata, renegados del rock&roll, políticos corruptos y demás especies en vías de abundante desarrollo. Era un trabajo que pudo haberse gestado en la suciedad de algún pantano, fue ejecutado con rabia y contenía un fuerte sabor a whisky de taberna de la mejor calidad para paladares selectos. Su sonoridad se podía ubicar a caballo entre bandas nacionales como Burning y Los Elegantes, y pertenecieron en los primeros tiempos al llamado ‘Rollo’ y más tarde a la ‘Movida’. Además, aquel toque castizo de armónica y acordeón acometidos con ímpetu trepidante aportaba enorme originalidad a su discurso sureño”

Juanjo Mestre, en Espacio Woody/Jagger

Durante los años ochenta, con algunos cambios en la formación inicial, continuaron sacando discos, algunos más orientados hacia el pop y otros al rocanrol y R&R. Se disolvieron a mediados de la década de 1990; en 1996 se formaría la J. Teixi Band, con tres antiguos miembros de Mermelada, con el propósito de recuperar los viejos sonidos del blues, tan arraigados en Javier Teixidor. Os dejo con “Coge el tren”, un estimulante y enérgico rocanrol garagero de apenas dos minutos de duración (para qué más); aquí los podéis ver en el programa de televisión “Aplauso” (1979).

Buck Owens / Fats Domino / Shocking Blue. “Sally Was a Good Old Girl”

Harland Howard (1927-2002) fue un compositor estadounidense que destacó, principalmente, en el ámbito de la música country, probablemente sea uno de los más destacados del género. Aficionado a la lectura desde niño y al programa de radio “Grand Ole Opry”, comenzó a escribir canciones a los doce años. Tras servir al Ejército de su país, como paracaidista, intentó abrirse camino como compositor profesional de melodías country. En 1958 llegó al número 2 de las listas de este estilo con su tema titulado “Pick Me Up On Your Way Down”, interpretado por Charlie Walker. Después , a lo largo de varias décadas, escribiría canciones como “Heartaches By The Number”, “I Fall to Pieces”, “She Called Me Baby”, “Everglades”, “Busted”, “Chokin’ Kind”, “She’s Gone Gone Gone”, “I Wish I Could Fall in Love Today” y un largo etcetera, cantadas por grandes figuras del folk y la música country, como Johnny Cash, The Kingston Trio, Buck Owens, Hank Cochran, Waylon Jennings, Conway Twitty, Patty Loveless, Lefty Frizzell, Willie Nelson, Dwight Yoakam, Jim Reeves, Barbara Mandrell o Brenda Lee, por citar solo algunos nombres, porque la lista es infinita.

“Sally Was a Good Old Girl” es otro de los temas compuestos por Harlan Howard, una animada composición sobre “una buena chica”, que fue grabada por primera vez por Hank Cochram (aquí la tenéis). según nos cuenta Eduardo de Frutos en su imprescindible web River of Country, un cantante y compositor nacido en 1935, amigo de Harland Howard. Fue el primer single que Hank Cochram grabó como cantante, lo hizo en 1962 y, posteriormente, en 1965, acabó incluyendo esta canción en su primer álbum (“Going on Training”). El siguiente en grabar “Sally Was a Good Old Girl” debió ser el crooner Bobby Darin; lo hizo en 1963, al igual que Buck Owens, el creador del sonido Bakersfieldaquí hablábamos de Owens y de este subgénero del Country-, que contó con este tema para su disco “On The Bandstand”. También de 1963 son las versiones de Rusty York y Roy Clark. Un año después se publicarían las de Waylon Jennings y Fats Domino, precisamente nuestra segunda opción destacada de hoy. Si la interpretación de Buck Owens ya se encuentra equidistante entre el country y el rock, la de Fats Domino es decididamente rocanrolera, dentro de los parámetros del R&B característicos de este artista. En la década de 1960 también se grabaron otras versiones de esta canción, como las de Lee Hazlewood o Trini Lopez. En 1970 se publicó la de los neerlandeses Shocking Blue -con la cantante Mariska Veres a la cabeza-, nuestra tercera opción de hoy; incluyeron esta canción en su tercer álbum de estudio, el titulado “Scorpio’s Dance” (1970). Y finalizo recordando dos versiones más, la de Conway Twitty, de 1975, y la de la cantante (creo que búlgara residente en noruega) Valentina Boyanova, del año 2007.

Harland Howard (1927-2002)

Amy Winehouse. “You Know I’m No Good”

El 23 de julio de 2011, hacia las cuatro de la tarde, Amy Winehouse fue encontrada muerta en su apartamento de Londres. Tras muchas especulaciones, la forense encargada del caso dictaminó deceso por intoxicación etílica. Tenía 27 años, la misma edad a la que murieron otras leyendas del rock, como Jim Morrison, Jimi Hendrix, Brian Jones, Janis Joplin o Kurt Cobain. Ponía así fin a una vida cargada de excesos, con tormentosas relaciones personales que acabarían poniendo a Amy rumbo a la autodestrucción; bulimia, depresión, violentos cambios de humor, y todo ello acompañado de cuantas drogas pueda uno imaginar: crack, heroína, cocaína, ketamina, alcohol …

Nació en Londres, el 14 de septiembre de 1983, en el seno de una familia judía con tradición jazzística; sus padres se separaron cuando Amy tenía nueve años, para entonces ya conocía y cantaba las canciones de Frank Sinatra que su padre le había enseñado; con diez años tenía su propia banda de rap, a los trece recibió su primera guitarra y, poco tiempo después, cantaba en algunos pequeños bares de Londres mientras formaba una banda de jazz femenina; comenzó su carrera profesional a los dieciséis años. Su primer álbum se tituló “Frank” (2003), en homenaje a su admirado Frank Sinatra, y el segundo -y, lamentablemente, último- “Back to Black” (2006), con el que realmente triunfó y recibió el aplauso unánime de crítica y público.

Bajo un fuerte poso revival, con el jazz, el soul y el R&B como principales aliados, y un peinado “estilo colmena”, como los que lucían las Ronettes durante los años sesenta, la música de Amy Winehouse nos hace viajar al pasado a través de sonidos perfectamente contextualizados y adaptados al siglo XXI. “Back to Black” está repleto de excelentes canciones, en su mayoría compuestas por ella, como “Rehab”, “Back to Black”, “Me & Mr Jones” o “You Know I’m No Good”, el tema que he elegido para presentar a este talento musical tempranamente malogrado. En lo que respecta a las letras de las canciones incluidas en este Lp -realizado en un momento de lucidez-. son como una especie de autoexorcismo, una mirada desafiante a los problemas, miedos y fantasmas que la torturaban. Por ejemplo, en “You Know I’m No Good” nos recuerda cómo fue su relación con Blake Fielder-Civil, con quien finalmente acabaría casándose; juntos exploraron los excesos y las drogas, todo ello envuelto en un ambiente en el que no faltaron las agresiones mutuas.

La canción que hoy nos ocupa también fue incluida en el disco “More Fish” (2006), del rapero Ghostface Killah; se trata de otra grabación, con las voces de Amy y Ghostface. Aquí tenéis el videoclip oficial de esta canción y, en los siguientes enlaces, dos directos de Amy Winehouse interpretando este tema, uno de 2007 en Londres y otro de 2008 en Benicàssim. Finalizo con tres versiones, una a cargo de la cantante canadiense Coeur de Pirate, otra más rockera de los británicos Artic Monkeys, mientras que la tercera está protagonizada por Andrea Motis, uno de los grandes talentos españoles en el ámbito del jazz; en esta interpretación debería tener unos diecinueve años, y estuvo acompañada de Joan Chamorro, Ignasi Terraza y Josep Traver.

Martha & The Vandellas / The Kinks / David Bowie & Mick Jagger. “Dancing in the Street”

Aunque parezca mentira, en 1985, David Bowie y Mick Jagger ya eran unos veteranos en esto de la música. Aquel año se celebró el concierto benéfico Live Aid, organizado por Bob Geldof y Midge Ure con el objetivo de recaudar fondos para tratar de paliar la hambruna en Etiopía. Bowie y Jagger participaron en este evento con una grabación del tema “Dancing in the Street” que, en su momento, tuvo mucho éxito, a pesar de la opinión desfavorable de los productores y técnicos de sonido respecto de la calidad de la grabación. La idea original era que cantaran en directo, Bowie desde el estadio de Wembley (Londres) y Jagger desde el estadio John F. Kennedy (Filadelfia); sin embargo, la idea se desechó porque la conexión vía satélite llevaba consigo un retraso de medio segundo que, obviamente, sólo podría ser resuelto con un playback por parte de uno de los dos, algo que rechazaron. La grabación tuvo lugar, finalmente, en los Westside Studios de Londres, donde Bowie se encontraba trabajando en la banda sonora de una película. Parece que bastaron trece horas para grabar la canción y editar el vídeo, en el que se puede ver a Bowie y Jagger ataviados de manera juvenil, cantando y bailando histriónicamente, con una complicidad entre ambos más que evidente.

“Dancing in the Street” fue grabada por primera vez en 1964, por el grupo femenino Martha & The Vandellas, creado en 1957, en Detroit, por Anette Beard, Rosalind Ashford y Gloria Williams, aunque pronto se incorporaría Martha Reeves como voz principal. Se separaron tras grabar un par de singles fallidos, y se volvieron a unir en 1962, cuando Martha Reeves acudió a sus antiguas compañeras para que la acompañaran en una grabación de la Motown, discográfica en la que Martha había trabajado, hasta entonces, como asistente. Su primer sencillo (“I’ll Have to Let Him Go”) se comercializó en 1962, ya bajo la denominación Martha & The Vandellas -antes se hacían llamar The Del-Phis y, posteriormente, The Vells-; en 1964 lo haría “Dancing in the Street”, tema compuesto por Marvin Gaye, William “Mickey” Stevenson e Ivy Jo Hunter cuando, el segundo de ellos, vio a la gente de Detroit refrescarse en la calle durante el verano con el agua de las bocas de incendio. Esta optimista, festiva y desenfadada canción fue pronto transformada por la comunidad afroamericana en un mensaje en favor de los derechos civiles, hasta el extremo de ser desprogramada por algunas emisoras de radio.

Para acompañar a Martha & The Vandellas y al dúo Bowie-Jagger, he escogido a los británicos The Kinks, quienes incluyeron esta melodía en su segundo álbum de estudio, el titulado “Kinda Kinks” (1965). Pero hay más versiones; aquí os dejo algunas, en concreto las interpretadas por Brenda Lee, Ramsey Lewis, The Everly Brothers, The Mamas & The Papas, Grateful Dead -con casi 16 minutos de duración-, Little Richard, Van Halen, Gary Glitter, Leningrad Cowboys, Laura Nyro & Labelle, Neil Diamond, Human Nature, Phil Collins y Greta y los Garbo (en español).

Little Willie John / Peggy Lee / James Brown. “Fever”

Peggy Lee es una de las cantantes habituales en las entradas dedicadas a versiones; la hemos mencionado muchas veces, de manera destacada en dos canciones: “Johnny Guitar” y “Garota de Ipanema”. Nació en Jamestown (EE.UU.), el 26 de mayo de 1920; comenzó a cantar como profesional en la radio KOVC de Valley City (Dakota del Norte), en una época en la que alternaba el trabajo, en ésta y en otras radios locales, con el de camarera. A comienzos de los años cuarenta ya había tenido sus primeros éxitos (“Somebody Else is Taking My Place” y “Why Don’t You Do Right”), y había participado en un par de películas como cantante en la orquesta de Benny Goodman. Falleció el 21 de enero de 2002, dejando un importante legado musical que se extendió durante seis décadas, con una gran cantidad de discos grabados en compañías como Capitol, Decca o Harmony. Además de cantante, también fue actriz y compositora.

Una de las canciones más recordadas de Peggy Lee es “Fever”, publicada como sencillo en 1958. Se trata de un tema compuesto en 1956 por Eddie Cooley y Otis Blackwell -bajo el pseudónimo de John Davenport debido a problemas contractuales-. El tema fue grabado en 1956 por el cantante de R&B norteamericano Little Willie John; tuvo bastante éxito, a pesar de que, al menos inicialmente, no era muy del agrado de este artista. Entre 1956 y 1958 se publicaron otras versiones, como las de Sandra Meade, Kay Martin & Her Bodyguards, Earl Grant o Ray Peterson, aunque ninguna de ellas -ni siquiera el original- obtuvo el respaldo que logró Peggy Lee, que supo transformar la canción convirtiendo su propuesta en la versión de referencia para la mayoría de las que se hicieron después. Reescribió la letra y transformó la melodía, con la complicidad del arreglista Jack Marshall; el ritmo vivo y los arreglos de viento del original fueron sustituidos por un tempo más lento y sensual, una suave batería (Shelly Manne), un envolvente bajo (Joe Mondragon) y ese inolvidable chasquido de dedos -ejecutado por la propia Peggy Lee- que, aunque ya estaba presente en la versión de Little Willie John, ahora se hacía más evidente como recurso para incrementar el tono insinuante de la canción.

“Fever” es una de esas canciones que parece haber cantando todo el mundo, y en todos los estilos imaginables. Seguro que vosotros tendréis vuestras versiones preferidas; en mi caso, para acompañar a Little Willie John y Peggy Lee, me voy a quedar con la de James Brown, incluida en su álbum “Cold Sweat” (1967). Si queréis seguir escuchando otras propuestas, podéis empezar con las ejecutadas por Frankie Avalon, Elvis Presley, Ben E. King, Conway Twitty, The Kingsmen, Sarah Vaughan, Paul Revere & The Raiders, Buddy Guy, Junior Wells, The Jam, Rita Coolidge, Billie Jo Spears, Wanda Jackson, Boney M, Tom Jones, Joe Cocker, Chuck Brown & Eva Cassidy, Suzi Quatro, Nina Hagen, Michael Bublé, Bette Midler, Madonna, Beyoncé o, incluso, la más hilarante de Rita Moreno con los Teleñecos.