Sonny Boy Williamson II / New York Dolls / Rory Gallagher. “Don’t Start Me Talkin’”

New York Dolls fue una banda estadounidense de protopunk y glam rock creada en 1971 y disuelta entre 1975 y 1977. Con dos álbumes de estudio en su haber, fue uno de los grupos de referencia para los Sex Pistols, la formación británica que acabaría por elevar el punk a fenómeno de masas. Influenciados, a su vez, por músicos del ámbito del garage rock, el glam rock el protopunk y el R&B como David Bowie, Marc Bolan, The Stooges, MC5 o The Rolling Stones, apostaron por un sonido enérgico, contundente y sencillo, que acompañaron con una estética travestida y carnavalera, en la que no faltaba la ropa de mujer, los tacones, los pantalones ajustados y los peinados cardados. Tras un primer Lp (“New York Dolls”, 1973) sin apenas éxito entre el público, publicaron el titulado “Too Much Too Soon” (1974), que tampoco caló demasiado aunque, con el paso de los años, ha acabado convirtiéndose en uno de los discos de culto del protopunk. En él se incluyeron temas compuestos por ellos -recordemos quienes eran: David Johansen (voz), Arthur “Killer” Kane (bajo), Terry Nolan (batería), Sylvain Sylvain (guitarra, voz) y Johnny Thunders (guitarra, voz)- y algunas versiones como la que hoy nos ocupa (“Don’t Start Me Talkin’”), un blues compuesto por Aleck Miller, más conocido como Sonny Boy Williamson II.

Fue el primer sencillo que Sonny Boy grabó para la discográfica Checker Records -antes había trabajado para Trumpet Records-; lo hizo con un grupo de músicos excepcional: Otis Spann (piano), Muddy Waters (guitarra), Jimmy Rogers (guitarra), Willie Dixon (bajo) y Fred Below (batería). Este primer registro de “Don’t Start Me Talkin’” fue publicado en 1955. Si no me equivoco, no se volvió a grabar este tema hasta la década de 1960, entonces lo harían Junior Wells o The James Cotton Blues Band, entre otros. Como habréis podido observar, las dos versiones que he elegido para acompañar al original son bastante cañeras; la de New York Dolls ya la hemos puesto en contexto; la otra, la del excelente guitarrista irlandés Rory Gallagher, fue incluida en su décimo álbum de estudio, titulado “Defender” (1987). Si os apetece seguir escuchando versiones de este tema, podéis probar con las de Bob Dylan, The Doobie Brothers, John Hammond, The Yarbirds, Dion, The Climax Blues Band, Dr. Feelgood, Etta James, Bobby Rush, Gary Moore, Willie “Big Eyes” Smith, Fenton Robinson o Peter Green Splinter Group.

Lou Reed. “Walk On the Wild Side”

The Factory fue el nombre por el que se conoció al estudio de Andy Warhol en Nueva York que, entre 1962 y 1984, tuvo varias sedes diferentes. Libertad, creatividad, desinhibición y underground, todo ello (y mucho más) estuvo presente en este lugar de encuentro de artistas y músicos, donde todo era posible: orgías desenfrenadas, excesos anfetamínicos y psicodélicos, prostitutas, transexuales y todo tipo de personajes transgresores. Lou Reed fue uno de los habituales de La Factoría, ya desde su etapa como miembro de The Velvet Underground (en esta entrada hablábamos de ello). En su segundo álbum en solitario (“Transformer”, 1972), uno de los mejores trabajos del neoyorkino, en el que se incluyeron melodías tan reconocibles como “Vicious”, “Perfect Day”, “Hangin’ Round” o “Satellite of Love”, también aparece otro tema que, bien podría decirse, es un homenaje a sus años en The Factory.

Walk on the Wild Side” es como una especie de biografía velada de algunos de los personajes que poblaron aquel universo warholiano de La Fábrica; en este tema se habla de sexo oral, transexuales, chaperos, prostitutas o traficantes de drogas, todo ello en apenas cuatro minutos de canción; quizás la más conocida de Lou Reed, no en vano llegó a confesar a un periodista: “Sé que mi obituario ya ha sido escrito. Y comienza ‘Doot, di-doot, di-doot”. El título de la canción está inspirado en la novela de Nelson Algren A Walk on the Wild Side (1956) y en la melodía, del mismo título, que se incluyó en la película de Edward Dmytrik, basada en la novela de Algren. Miquel Echarri, en un artículo publicado en El País, titulado “’Walk on the wild side’: quiénes eran y qué fue de los verdaderos protagonistas del himno de Lou Reed”, nos habla de las personas que estaban detrás de los personajes que transitaban por esta canción: Holly Woodlawn, Candy Darling, Joe Dallesandro, Joe Campbell y Jackie Curtis, “cinco historias de superación personal” -como reconoció el propio Lou Reed-, un homenaje a quienes “supieron sobrevivir a infancias y adolescencias francamente miserables para convertirse en lo que querían ser, y ese es el único logro en la vida que de verdad importa”. En lo musical, destaca el tono susurrante, la línea de bajo (tocado por Herbie Flowers, aquí explica cómo fue aquella grabación), los coros interpretados por el grupo vocal Thunderthigs, la batería de Ritchie Dharma (tocada con escobillas o plumillas, en lugar de baquetas clásicas) y el solo de saxo a cargo de Ronnie Ross. Finalizo con un directo de Lou Reed, del año 1985, y con una versión en español, a cargo del cantautor Albert Pla, aunque hay bastantes más.

Las Cinco Canciones de Antonio Chico (IV): “Poison” (Alice Cooper)

Y cambiamos de tercio, nos pasamos al heavy metal con ribetes de glam rock del estadounidense Alice Cooper. Antonio nos explica cómo llegó hasta “Poison” (1989) y hasta su teatral, maquillado y siniestro autor. Según he podido leer, el vídeo oficial fue censurado durante las exhibiciones diurnas, ya que aparecía una modelo en topless; en su momento, fue uno de los vídeos más exitosos de la cadena de televisión MTV. Esta melodía fue utilizada para un anuncio del Wolkswagen Passat, la verdad es que no me acuerdo si se pasó por las cadenas españolas de televisión.

«‘Poison’ es una canción que disfruto siempre que la escucho, a pesar de que la he oído incontables veces. Fue lanzada justo cuando mi gusto musical era más maleable y por lo tanto quedó impregnada en mi subconsciente al grado que ahora ya no estoy calificado para calificarla de manera imparcial. Es un pedazo de mi vida que se renueva cada vez que la oigo de nuevo y puedo cantar su letra de memoria. Pertenece al álbum titulado «Trash» (Basura, en español), lo cual es irónico porque el disco en su totalidad es excelente y presenta un hard rock destilado, con garra y convicción. En fin, tiene un lugar de honor en la banda sonora de mi vida. Y fue con esta canción que conocí a Alice Cooper pues no había aparecido en mi mundo anteriormente salvo por la canción «You and Me» que, a pesar de ser muy famosa, no era representativa de su estilo particular de shock rock. En los siguientes años lanzó los álbumes «Hey Stoopid» y «The Last Temptation» que, a pesar de que también eran muy buenos, les faltaba un poco de la dureza de Trash«.

Antonio Chico

Tom Jones / Alex Harvey Band / Bruce Dickinson / «Delilah»

https://www.youtube.com/watch?v=VjkGzegmUxo

El año pasado, con motivo del encuentro de rugby entre las selecciones de Gales e Inglaterra, se retomaba la polémica en torno a la canción “Delilah”, himno de algunos equipos de fútbol británico, como el Stoke City, y una de las canciones más tarareadas en los campos de rugby y en otros eventos deportivos. El político laborista Chris Bryant llegó a decir que “está comprobado que cuando hay partidos internacionales de rugby y, a veces de fútbol, aumenta drásticamente el número de incidentes de violencia doméstica. Yo también he cantado Delilah. No obstante, es la hora de cambiarla por cualquier otra canción” Un par de años antes, Dafydd Iwan, cantante y presidente del Partido de Gales, se manifestaba en el mismo sentido: “es de lamentar que el texto que cuenta el asesinato de una mujer se haya elevado a la categoría de segundo himno nacional [de Gales]”. “Delilah” fue compuesta por Les Reed, Barry Mason y Whitinghan Sylvan, tomando como inspiración la historia bíblica de Sansón y Dalila; narra el crimen cometido por un marido celoso cuando descubre que su mujer le es infiel; el relato es el clásico que, tradicionalmente, han venido utilizando muchos de los hombres que cometen delitos de este tipo, poniendo como excusa el crimen pasional, que han perdido la cabeza o, como sucede en esta melodía, piden perdón a la víctima una vez asesinada. “Dalilah” fue publicada como single, en 1968, por el galés Tom Jones, y bien podría decirse que fue la canción que lanzó su carrera como cantante profesional. Cuando este tema llegó a España se tergiversó la letra, de tal manera que cuando la canción dice algo así como “Sentí el cuchillo en mi mano y ella dejó de reír», nuestros guardianes franquistas de las buenas costumbres lo tradujeron como “Sentí su cuchillo de la traición en la mano, clavándolo en mi corazón”.

Existen unas cuantas versiones de este tema, sobre todo en el ámbito del pop y de la canción melódica, aunque también hay unas cuantas interpretadas por grupos de rock, que son las que hoy van a protagonizar la alternativa sonora en este día de versiones; es el caso de Paddy Goes To Holyhead, de los metaleros Leningrad Cowboys, de los góticos Inkubus Subkkubus, de los punk-celta Flogging Molly o de los metaleros alternativos Faith No More. Casi todas las versiones rock son un tanto gesticulantes y exageradas, a veces incluso hilarantes, para algunos divertidas, para otros sencillamente ridículas; los dos vídeos que acompañan al original de Tom Jones son partícipes de esta circunstancia (si os queréis reír un buen rato, aconsejo que no os los perdáis): en el primero podemos ver a la banda de Alex Harvey (a partir del minuto 2:20 la cosa se pone realmente grotesca) y en el segundo a Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden, en un programa de televisión creo que irlandés. Para finalizar, os dejo con un bonus track en este mismo sentido, esta vez en español (con letra propia) a cargo de La Orquesta Mondragón.

Norman Greenbaum / Doctor and the Medics / The Kentucky Headhunters. «Spirit in the Sky»

https://www.youtube.com/watch?v=-cXrEPNvRO8

Norman Greenbaum es un norteamericano de Massachusetts que vive en Petaluma (California), promoviendo conciertos y alejado de los escenarios y la fama. Aunque grabó algunos discos a finales de los sesenta y principios de los setenta, es conocido en el mundo de la música por su éxito «Spirit in the Sky», compuesto por él y publicado en 1969 como single y, poco después, como parte de su primer álbum, titulado igual que la canción. Nació en el seno de una familia judeoamericana y fue educado como tal, por lo que resulta paradójico que «Spirit in the Sky» esté considerado como un himno religioso cristiano debido a su letra, en la que se habla de Jesús y del Cielo como lugar a donde ir después de morir. El propio Norman Greenbaum ha reconocido que, en realidad, se inspiró en las películas del oeste, en aquellos héroes que morían con las botas puestas, y en algunos cantantes de country, como Dolly Parton o Porter Wagoner, cantando canciones de temática religiosa en la televisión; nunca pensó en componer una canción de plegaria o alabanza cristiana: «he utilizado el elemento cristiano porque tenía que utilizar algo y porque estaba ahí, pero lo más importante no es la parte en la que se menciona a Jesús, sino la propia historia del espíritu que se marcha para el cielo. Es bastante divertido: yo también quería morir con mis botas puestas». Lo más reconocible de «Spirit in the Sky», su verdadera seña de identidad, es ese riff inicial de guitarra, entre psicodélico y hardrockero, con el que consiguió cautivar a los aficionados al rock. Sin embargo, no parece que sea totalmente original; apenas un año antes Canned Heat cerraban su excelente «Boogie with Canned Heat» con un tema («Fried Hockey Boogie«), compuesto por el bajista Larry Taylor, que recuerda bastante al que hoy nos ocupa. Incluso podría pensarse en una influencia anterior en lo que a este riff se refiere, la del tema «Boogie Chillen«, grabado por John Lee Hooker en 1950, incluso el tema «Shake Your Hips» (1965), de Slim Harpo. Y si queremos seguir viendo parecidos razonables, ahí tenéis, sin ir más lejos, uno de los temas más conocidos de ZZ Top, «La Grange«, publicado en 1973. Para la segunda versión os propongo a la banda de glam-rock Doctor and the Medics, que incluyeron este tema en su álbum «Laughing at the Pieces» (1986); y para la tercera a los Kentucky Headhunters, grupo de rock sureño que versionó esta canción para su segundo álbum de estudio («Electric Barnyard», 1991). No obstante, si queréis escuchar otras versiones, aquí tenéis las debidas a Bauhaus (rock gótico, post punk), Nina Hagen (punk, new wave), Larry Norman (rock cristiano), Elton John (melódico) o las más poperas de Dorothy Morrison, Gareth Gates o Kim Wilde.