David Bowie / Nirvana / Silvia Pérez Cruz & Raül Fernández Miró. “The Man Who Sold the World”

El tercer álbum de David Bowie se tituló “The Man Who Sold the World”; fue publicado en noviembre de 1970, después de unas incómodas sesiones de grabación que tuvieron lugar entre el 18 de abril y el 22 de mayo de ese año. Peter Dogget, en su biografía sobre este artista, comentó que Ziggy Stardust estaba más preocupado de atender a su esposa Angie que de grabar el disco, tarea que se debió tomar con indiferencia y desgana. Según declaraciones realizadas por el productor Tony Visconti al mencionado Dogget, las canciones fueron escritas por él y por los músicos, aunque en la autoría sólo consta el nombre de David Bowie: “La banda (a veces con Bowie contribuyendo en la guitarra, a veces no) grabaría una pista instrumental, que podría o no estar basada en una idea original de Bowie. Entonces, en el último momento posible, Bowie de mala gana se levantaría del sofá en el que estaba descansando con su esposa, y lanzaría una serie de letras”. Años más tarde, Bowie trataría de defenderse de esta acusación: “realmente me opuse a la impresión de que no escribí las canciones de The Man Who Sold the World. Sólo tienes que ver los cambios de acordes. Nadie escribe cambios de acordes como estos”.

Un ejemplo de lo que tuvo que ser la grabación de este disco lo tenemos con la canción titulada igual que el disco; Bowie no grabó la parte vocal hasta el último momento, el día 22 de mayo, cuando ya casi habían acabado de editar el álbum, justo en las mezclas finales. La letra, plagada de metáforas, ha dado lugar a múltiples interpretaciones, algo habitual en la obra de este abanderado de la psicodelia pop, el glam y las composiciones cargadas de referencias filosóficas y literarias. En lo musical, destaca el tono folk que imprime Bowie con su guitarra acústica, el riff de guitarra eléctrica a cargo de Mick Ronson y la peculiar y enigmática manera de cantar del británico. El tema apenas tuvo éxito cuando se comercializó; fue la cantante escocesa Lulu la que rescató esta composición en 1974, gracias a una curiosa versión estilo cabaret berlinés pop.

Hay bastantes versiones de “The Man Who Sold the World”, muchas debidas a artistas no muy conocidos; si queréis escuchar algunas, podéis empezar con las de Richard Barone, Midge Ure, John Cougar, Cocosuma, Simple Minds o Kristen de Beavoir. Aunque la más conocida de todas es la que grabó la banda Nirvana poco antes del fallecimiento de Kurk Cobain; esta versión fue interpretada en una sesión MTV Unplugged registrada en Nueva York el 18 de noviembre de 1993, que fue incluida en el álbum “MTV Unplugged in New York” (1994). Para finalizar, como tercera opción de hoy, os propongo la versión de Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró, recogida en una edición especial del álbum de versiones titulado “Granada” (2014).

The Easybeats / David Bowie / Gary Moore. “Friday on My Mind”

The Easybeats fue uno de los grupos que poblaron la escena musical europea dentro de movimiento conocido como “british invasion. Pero no eran británicos, sino australianos de Sidney, ciudad en la que residían al igual que otras muchas familias, que habían emigrado desde Europa en busca de nuevas oportunidades; dos de sus integrantes, el batería Gordon “Snowy” Fleet y el cantante Stevie Wright, eran ingleses; otros dos eran holandeses: Dick Diamonde (bajo) y Harry Vanda (guitarra); mientras que el quinto miembro, el guitarrista y teclista George Young, había nacido en Escocia. El grupo se formó en 1964, cuando aún eran estudiantes, y se disolvió en 1969; durante ese período grabaron seis álbumes y un buen puñado de singles, en los que recogieron sus principales éxitos: “She’s So Fine”, “Wedding Ring”, “For My Woman”, “Sorry”, “Heaven and Hell”, “Bring a Little Lovin’” -popularizado por el grupo español Los Bravos, aquí nos hemos ocupado de ello- o “Friday on My Mind”, su canción más representativa y la que hemos elegido para protagonizar esta entrada.

Compuesta por dos de sus integrantes (Harry Vanda y George Young), y grabada en los IBC Studios de Londres por el sello United Artist Records, fue publicada en 1966 como sencillo y, en 1967, incluida en el cuarto álbum de estudio de esta formación, el titulado “Good Friday”. Obtuvo un gran éxito en todo el Mundo y, en 2001, fue reconocida como “Mejor Canción de Australia de todos los tiempos” por la Australian Performing Righ Association, votación en la que participaron cien personalidades musicales del país oceánico. “Friday on My Mind” nos habla (aquí tenéis la letra, en inglés y español) de lo dura que puede llegar a ser la semana laboral, sobre todo si tienes en el horizonte un buen fin de semana de diversión junto a tu chica. Se han grabado unas cuantas versiones de este tema, entre ellas podemos citar las debidas a The Dukes, Tages, The Shadows, London, John Kincade, Michael Bruce, Earth Quake, Peter Frampton, Burning Heads o las dos elegidas para acompañar al original: la de David Bowie y la de Gary Moore; la primera formó parte del álbum “Pin Ups” (1973), mientras que la de Gary Moore fue incluida en su disco “Wild Frontier” (1987).

La Frontera. «Juan Antonio Cortés»

“La Frontera se formó en el bar de la Facultad de Ciencias de la Información, entre humo de cigarrillos y botellines, en una de las interminables mañanas en las que no subíamos a clase, ya que nuestras inquietudes estaban dirigidas más a la música que a otro tipo de actividades. Una de esas mañanas propuse a los que estaban sentados conmigo ir a ensayar a un local que tenía alquilado en Faico (entre la glorieta de Embajadores y la de Santa María de la Cabeza). Allí estábamos Rafa Hernández, José Battaglio, Quino López, Toni Marmotta y yo. Daba la casualidad de que los cinco proveníamos de grupos diferentes, y todos éramos guitarristas. El reparto de instrumentos se produjo al azar: Al entrar al local de ensayo, casi empujándonos, los más rápidos –Quino y Rafa-, se adueñaron de las dos guitarras que había. A Toni le tocó el bajo, a José Battaglio la batería –que la transformó en un kit a su medida, sin bombo, con su timbal base, la caja y un plato, y la tocaba de pie-, y a mí me dieron el micrófono. Empezamos a tocar versiones de los New York Dolls, de los Pistols y de los Buzzcocks. Gran parte de la originalidad del grupo residía en que no éramos auténticos profesionales, ya que algunos tocaban el instrumento adjudicado por primera vez”. (Javier Andréu. Cantante, compositor y líder de La Frontera. Consultado en: Domínguez, Salvador. Bienvenido Mr. Rock. Los primeros grupos hispanos 1957-1975. Madrid: SGAE, 2002; págs. 967-968).

Los ochenta eran así. Este grupo de compañeros de facultad, de la maravillosa quinta del 63, todos guitarristas, sin experiencia con otros instrumentos, decidieron presentarse al Festival Villa de Madrid de 1984 bajo el nombre de Las Muñecas Repollo, y lo ganaron. Un año después grababan su primer Lp (“La Frontera”), después de que Rafa Hernández abandonara el grupo para crear Desperados, junto a Guille y Fernando Martín; en 1986 publicaban “Si el whisky no te arruina las mujeres lo harán” y, al año siguiente, “Tren de Medianoche”. En estos tres primeros discos de estudio están muchos de los temas más conocidos de esta banda, finalmente bautizada como La Frontera: “Judas el Miserable”, “La Ley de la Horca”, “La Frontera”, “Pobre Tahúr” o “Siete Calaveras”, canción que ya salió en una entrada anterior. El siguiente álbum de estudio se tituló “Rosa de los Vientos”, con el que consiguieron un gran éxito; el estilo de este disco sigue dentro de los parámetros del rock vaquero característico de esta formación, aunque creo que hay más concesiones al pop melódico, tal vez por decisión de los miembros de la banda y, también, como estrategia de la discográfica para poder acercarse a un público más amplio. En líneas generales los trabajos de estudio de esta banda, en particular “Rosa de los Vientos”, tienen unos arreglos pop muy del gusto de la época, aunque cuando tocaban en directo (he tenido la ocasión de verlos un par de veces) eran muchísimo más rockeros, siempre me ha dado la sensación que ese era su verdadero sonido. Aunque todo el disco me parece interesante, hay dos canciones que brillan por encima de las otras, al menos en lo relativo a reconocimiento y éxito: “El Límite” y “Juan Antonio Cortés”; en los enlaces respectivos podéis escuchar las versiones originales de estudio, y en el vídeo destacado de hoy tenéis la interpretación en directo de “Juan Antonio Cortés” incluida en el álbum “Capturados Vivos” (1992), disco que contó con la colaboración del guitarrista Guillermo Martín, fundador de Desperados y antiguo miembro de Los Rodríguez.

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Delaney & Bonnie / Carpenters / Sonic Youth. “Groupie (Superstar)”

Delaney & Bonnie fue una banda de rock, con elementos de otros estilos como el folk-rock, el pop, el country, el blues, el soul o el góspel, creada en California durante 1967, en torno al matrimonio formado por Delaney Bramlett y Bonnie Bramlett (Bonnie Lynn O’Farrell, de soltera). En torno a ellos consiguieron aglutinar a figuras de la música tan destacadas como Eric Clapton, Leon Russell, Gregg Allman, George Harrison, Rita Coolidge o Bobby Whitlock, por citar sólo algunos nombres que, de manera inestable y desordenada, intervinieron en la grabación de sus discos. Publicaron seis álbumes de estudio, varios discos en directo y algunos singles, entre ellos el que contiene la canción que hoy nos ocupa: “Groupie (Superstar)”; en 1973 se divorciaron, dando también por finalizada su aventura musical.

Este tema, también conocido como “Superstar”, fue escrito por Bonnie Bramlett y Leon Russell (así suele figurar en los títulos de crédito), aunque lo más probable es que también intervinieran en su composición dos mujeres: la propia Bonnie Bramlett, tal y como señala Marta en su blog We Are Rock, y Rita Coolidge, que bien pudiera haber sido quien propuso la canción al ver cómo se relacionaban las jóvenes groupies con las estrellas del rock, a menudo utilizadas para relaciones sexuales esporádicas, sin continuidad ni implicación sentimental. La protagonista de esta canción se lamenta de las promesas de amor incumplidas por su rockero, al que sólo puede escuchar, y amar, a través de la radio. “Groupie (Superstar)” fue incluida como cara B en el single “Comin’Home”, que vio la luz en 1969 bajo la denominación de Delaney & Bonnie and Friends Featuring Eric Clapton; sin embargo, no formó parte de los Lps coetáneos y sólo se acordaron de ella en 1972, cuando entró en el último álbum de los norteamericanos, el titulado “D&B Together” (1972).

En realidad, esta melodía fue popularizada por el dúo vocal e instrumental The Carpenters, formado por los hermanos Karen y Richard Carpenter, esó sí con algunos retoques en la letra para adaptarla al estilo recatado de este grupo; el sencillo se publicó en agosto de 1971 y también fue incluido en su álbum “Carpenters” (1971). La tercera versión que os propongo, más oscura y desgarrada, es la de la banda estadounidense de rock alternativo Sonic Youth, quienes la grabaron para un álbum tributo a The Carpenters (“If I Were a Carpenter”, 1994); en el blog Musicaememorandum se han ocupado de esta versión. “Superstar” es una canción que luce fenomenal en voces femeninas, como las de Bonnie Bramlett o Karen Carpenter, y en las de otras cantantes, véanse por ejemplo las versiones de Cher, Rita Coolidge, Vikki Car, Peggy Lee, Bette Middler, The Anita Kerr Singers, Elkie Brooks, Diana Krall o Isabella Taviani.

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Los Bravos. “Bring a Little Lovin’”

Una vez más, Quentin Tarantino nos ha vuelto a sorprender con la banda sonora de su última película: “Érase una vez en… Hollywood” (2019); en ella aparecen temas como “Hush” (Deep Purple), “The Letter” (Joe Cocker), “Mrs Robinson” (Simon & Garfunkel), “California Dreamin” (José Feliciano) o “You Keep Me Mangin’ On” (Vanilla Fudge), por citar sólo algunos. Además, en esta ocasión, también ha querido contar con un grupo español, el más internacional que tuvo nuestro país en la década de 1960: Los Bravos; de la banda liderada por el alemán Mike Kennedy nos hemos ocupado en dos entradas anteriores, dedicadas a los temas “Black is Black” y “Anouschtka”.

La canción elegida para esta película ha sido “Bring a Little Lovin’” (aquí tenéis un tráiler, con esta melodía como protagonista); fue compuesta por Harry Vanda y George Young, dos nombres que quizás resulten familiares a los seguidores del hard rock y el heavy metal, pues ellos fueron los productores musicales de los primeros discos de AC/DC, justo los que antecedieron a su gran éxito “Highway to Hell”. Antes de que se dedicaran a estos menesteres, el británico George Young y el holandés de origen Harry Vanda formaron parte de The Easybeats, una banda de R&R creada en Sidney (Australia) a finales de 1964, que fue disuelta cinco años más tarde. El gran éxito de estos Beatles australianos fue “Friday on My Mind”, pero lo cierto es que escribieron buenas canciones, como “Bring a Little Lovin’”, que fue grabada como maqueta antes de que fueran comprados los derechos discográficos para su explotación por parte de Los Bravos.

La versión de Los Bravos fue la primera en comercializarse, primero como sencillo, en 1967, y después formó parte del álbum “Dame un poco de amor” (1968), en el que se recogieron las canciones que formaron parte de una película de título parecido, dirigida por José María Forqué (aquí tenéis nuestra canción de hoy, con imágenes de este largometraje). Aquí y aquí podéis ver a Los Bravos interpretando esta canción, y en este enlace tenéis una actuación en directo del año 1987, incluida en uno de los episodios que formaron parte del programa de televisión “¡Qué Noche la de Aquel Año!”, presentado por Miguel Ríos. Los Easybeats acabaron incluyendo su demo en la versión australiana de su álbum “Vigil” (1968) y, por supuesto, existen más versiones, como la del propio Mike Kennedy, la del grupo pop Los Flechazos, la de los vascos Zarama, incluso una de Ricky Martin.