A comienzos de 1972, con veintinueve años, Aretha Franklin ya tenía en su haber una larga trayectoria profesional en estilos como el góspel, el jazz o el soul; fue este último género el que la encumbró como su indiscutible reina, gracias a canciones como “Respect”, “I Saw a Little Prayer”, “Think” o “Chains of Fools”. Con todo, hay quien todavía recordaba con cierta nostalgia los comienzos de Aretha como cantante en los oficios religiosos de su padre, el predicador baptista Clarence LeVaughn Franklin. Ya como artista reconocida y valorada por la industria musical y el gran público, quiso volver a sus orígenes y grabar un disco en directo en una misa góspel, con el reverendo James Cleveland como maestro de ceremonias y la imprescindible colaboración del Southern California Community Choir, uno de los coros góspel más importantes de los Estados Unidos. El álbum se grabó en dos sesiones (13 y 14 de enero de 1972), en la New Temple Missionary Baptish Church de Los Ángeles (California -EE.UU.-) y fue publicado en junio de 1972, como doble Lp, por la compañía Atlantic, con gran éxito de crítica y público.
Pero la historia no quedó ahí; también grabaron un documental para la Warner Bros, dirigido por Sydney Pollack, al que seguro recordaréis por películas como “Memorias de África”, “Tootsie”, “Tal como éramos” o “Danzad, danzad malditos”, es decir, un realizador solvente. Sin embargo, las cosas no salieron bien; Pollack no utilizó claqueta en el rodaje, de tal manera que fue imposible sincronizar imagen y sonido. Por supuesto, nadie quedó contento; la Warner tenía claro que aquello era una chapuza, Pollack temía quedar en ridículo y Aretha no quería ni oír hablar de la película, estaba muy decepcionada. Ante semejante panorama, decidieron olvidar el proyecto y guardar la cinta en algún recóndito lugar, de tal manera que nadie la pudiera encontrar. Parece que se guardó en una bóveda de la Warner, de donde la rescató el productor Alan Elliott en el año 2007, quien compró el material e intentó sincronizarlo; todo ello con el beneplácito de Sydney Pollack, pero no el de Aretha Franklin, quien llegó a demandar a Elliott por tratar de apropiarse de su imagen sin permiso. Tras varios intentos infructuosos por tratar de estrenar la cinta, hubo que esperar a que Aretha falleciera, en agosto de 2018, para que Elliott llegara a un acuerdo con los herederos de la cantante. Finalmente, la película se exhibió en noviembre de 2018, y hace unos pocos días fue estrenada en España. Aquí os dejo el trailer (no os lo perdáis), en el que podéis ver a Aretha, al reverendo James Cleveland, al Community Choir y a algunos invitados de excepción, como el padre de Aretha, la cantante de góspel Clara Ward, Sidney Pollack o los mismísimos Mick Jagger y Charlie Watts, de los Rolling Stones.
Aunque me imagino que no la estarán exhibiendo en muchos cines, es posible que aún estéis a tiempo de ir a ver este excepcional e histórico documental. Yo salí del cine emocionado y maravillado con una Aretha Franklin en estado de gracia. Precisamente la canción que encabeza esta entrada es “Amazing Grace”, el mismo título que se utilizó para el disco (aquí lo podéis escuchar) y para la película; se trata de un clásico himno religioso, escrito por el clérigo y poeta inglés John Newton, publicado en 1779, que “transmite el mensaje cristiano de que el perdón y la redención [son posibles] a pesar de los pecados cometidos por el ser humano, y de que el alma puede salvarse de la desesperación mediante la gracia de Dios”.
